La Zaranda Cultural, que dio inicio el año anterior como un escenario para el muestreo de las actividades artísticas de los municipios y que tuvo que ser trasladada al sector del Bosque de la República al conocerse que no se prestaría el lote del sector del estadio para las noches festivas, rompió con todo pronóstico en cuanto al impacto y afluencia.

Ayer domingo este sector se colmó de gente, desde las 10 de la mañana, cuando cientos de personas llegaron para compartir las manifestaciones folclóricas de los municipios programados en esta franja y el rock de las agrupaciones icónicas de la ciudad de Tunja.
Otro de los grandes atractivos de este nuevo escenario de la cultura capitalina fue el que protagonizaron los más de 200 Harlistas que llegaron de todos los rincones de la geografía nacional para celebrar juntos sus 21 años de vida institucional y entregar los regalos a una larga fila de niños que esperaban desde tempranas horas de la madrugada.
Los integrantes de esta organización de motos de alto cilindraje y exuberante presencia no escatimaron elogio ni agradecimiento alguno para la organización y en efusivos mensajes locutados en la tarima, agradecían el afortunado momento en que se había tomado la decisión de habilitar este nuevo espacio en el Aguinaldo Boyacense, convertido en una verdadera fiesta, hasta el punto de compararlo con la emblemática calle de las ramblas de la madre tierra.
Durante la alegre jornada que estuvo acompañada por un sol radiante hubo de todo, empezando por la entrega de regalos a cientos de niños y música popular carranguera protagonizada por los niños de Nuevo Colón, retreta con las agrupaciones bandísticas, danza, rock, gastronomía, artesanía y un fenomenal paseo compartido en familia desde la esquina de la Plaza de Bolívar hasta el histórico lugar donde se encuentra ubicado el Paredón de los Mártires de la campaña libertadora.
Sin lugar a dudas que este nuevo “Malecón de la Zaranda” ha dado mucho de qué hablar en la presente edición del Aguinaldo Boyacense y muchos lo catalogan como una acertada decisión para la dignificación de proscenios para el arte y la cultura.
En ese mismo tablado los humoristas criollos Guachimán y Paparacito encantaron a los asistentes y compartieron sus ocurrencias con el nutrido aforo.