A sus 79 años falleció el obispo boyacense Luis Alberto Parra Mora

El Valle de Tenza está de luto: a los 79 años de vida, ayer en Bogotá falleció el obispo emérito, Luis Alberto Parra Mora, quien desde el 2014 se encontraba en tratamiento médico, luego de que el papa Francisco le aceptara su renuncia por enfermedad.

Monseñor Parra Mora falleció este martes, luego de padecer una diabetes que poco a poco lo fue debilitando. Foto: Archivo Mg. Julián Hozman Mora.

El religioso perdió la batalla con una diabetes que padecía desde hace varios años, pero que en los últimos meses se le había complicado. Su velación inició al caer la tarde de este martes, en la Parroquia Santa María Magdalena, en Bogotá.

En el año 2014, la Santa Sede le había comunicado que el Papa Francisco había “aceptado la renuncia de monseñor Parra Mora al gobierno pastoral de la Diócesis de Mocoa – Sibundoy, en conformidad con el Canon 401/2 del Código de Derecho Canónico, que estipula renuncias en caso de enfermedad u otras causas graves”.

Por su parte, al momento de recibir la misiva Monseñor señaló que debido al estado progresivo de su diabetes y la pérdida de visión le hizo tomar dicha decisión de renunciar ya que le impedía ejercer sus funciones a plenitud: “estoy muy agradecido con el pueblo del Putumayo por haberme acogido en esta maravillosa tierra”, manifestó en ese momento con voz de nostalgia el religioso.

Terminado el último homenaje de despedida de los purpurados de la iglesia católica al boyacense, este miércoles su féretro será trasladado a su natal Tenza en el departamento de Boyacá, donde lo recibirá la comunidad y estará en cámara ardiente en el salón parroquial de este municipio, ubicado a tres horas y media de Tunja.

Sus honras fúnebres se adelantarán el jueves a partir de las 3:00 de la tarde con el acompañamiento de altos jerarcas de la iglesia católica no solo de Boyacá y Casanare, sino de otras regiones del país, junto a sacerdotes y comunidad tenzana, quienes le darán el último adiós a su querido paisano.

Luis Alberto Parra Mora había nacido el 22 de marzo de 1944 en el hogar del señor Primitivo Parra Contreras y de doña Tránsito Mora Rodríguez, reconocidos como incansables trabajadores.

Durante 11 años, el alto prelado boyacense fue el guía espiritual de la comunidad católica del Putumayo. Foto: Archivo Mg. Julián Hozman Mora.

Según contó a Boyacá Sie7e Días, el reconocido historiador Julián Hosman Mora: Luis Alberto, desde temprana edad, al igual que algunos de sus hermanos, “partieron a remotos lugares para procurarse una formación para su futuro luego de realizar sus estudios primarios en Tenza”.

La enseñanza secundaria la cursó en el Seminario Menor del Vicariato Apostólico de Casanare, en el Seminario Menor de San Pedro Claver de Barrancabermeja y en Seminario Intermisional ‘San Luis Beltrán’, de Bogotá, posteriormente hace su formación teológica en el Seminario Mayor de la Arquidiócesis de Bogotá.

“Tras varios años de esforzada preparación lejos del hogar, llega el feliz día de su ordenación sacerdotal el 10 de octubre de 1971, memorable momento para él y para una madre abnegada que en ocasiones debió partir del terruño para auxiliar a su hijo y velar porque todo marchara lo mejor posible para él”, recalcó Hosman Mora.

Luego de servir en varias parroquias el padre Luis Alberto, lleva a instancias superiores su formación y obtiene título de Licenciado en Teología Dogmática de la Pontificia Universidad Javeriana en 1989 y en la Universidad de San Buenaventura, un Máster en Educación para Adultos en 1992, estudios a los que se suma una larga serie de procesos de formación complementaria afín a su ejercicio sacerdotal y episcopal.

“Como sacerdote de profunda espiritualidad, gran carisma y espíritu de acción misionera sirvió en Casanare las parroquias de Hato Corozal (1972 y 1977), Trinidad (1973-1977), Aguazul (1979-1988), Orocué (1988-1996), fundador del Colegio ‘IEA Pundi’ de Promoción Indígena en Orocué (1989), además fue supervisor de la Educación Contratada (1993-1997), rector del Colegio ‘Luis Hernández Vargas’ de Hato Corozal (1997-1999), párroco de la catedral de Yopal (1999-2001), vicario General de Yopal (1999-2003), director de Pastoral Social de Yopal (2002-2003), director del Sistema Integral de Nueva Evangelización en Yopal (2000-2003)”, añadió.

El historiador dijo además que, en reconocimiento a sus méritos y destacado sacerdocio, la inspiración divina permitió que su santidad Juan Pablo II, el 18 de octubre de 2003, lo nombrara primer obispo de la Diócesis de Mocoa-Sibundoy, en el Putumayo; servicio pastoral que significó un gran reto, superado más que exitosamente gracias a la entrega y capacidades de este insigne prelado tenzano.

A pesar de las amenazas de muerte recibidas por la guerrilla de las Farc, durante su estancia en el departamento del Putumayo, nunca renuncio a su trabajo pastoral, el cual quedó reflejado en las comunidades, especialmente en las menos favorecidas.

Uno de los últimos actos públicos en los que se le vio como Obispo del Putumayo, fue en Mocoa durante un evento con el entonces presidente Juan Manuel Santos, donde ratificó que era un convencido del Proceso de Paz entre el Gobierno Nacional y la guerrilla de las Farc, y que fincaba todas sus esperanzas en los diálogos que se adelantan en La Habana Cuba.

A su consagración intelectual se deben varias publicaciones entre las que sobresalen, ‘Formación de catequesis comunitarios para la promoción de las comunidades rurales’, Pontificia Universidad Javeriana, Bogotá 1987, y ‘Desarrollo educativo en el contexto de la identidad cultural de las comunidades indígenas Sálibas de Orocué’, Universidad Buenaventura, Bogotá 1992, entre otros títulos.

*Con información de Mg. Julián Hozman Mora

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