Nuestro turismo regional (II)

Tunja debería ser paso obligado para los turistas cuando visitan a Boyacá. En todas sus provincias se encuentran maravillas para conocer y admirar.

Lo interesante en cuanto al departamento, es que, se disfrutan todos sus climas, desde los más cálidos, como en Puerto Boyacá, medio en la zona cafetera y panelera en las provincias de Ricaurte Bajo, Lengupá o Valle de Tenza, fría como su propia capital y ese bellísimo corredor turístico que conduce a Paipa, Duitama, con su magnífico Pueblito Boyacense y Sogamoso, con poblaciones intermedias con grandes atractivos, fuera de sus inigualables paisajes como Sotaquirá, Cómbita, Tuta, Oicatá, Tibasosa y Nobsa.

En la provincia de Sugauxi está ese bellísimo mar interior de la Laguna de Tota. También se encuentra el clima gélido del Nevado de El Cocuy que se extiende hasta las poblaciones de Chita y Güicán. Por ella en el norte está Soatá, la tierra de los dátiles y limones, por Occidente la pujante Chiquinquirá y la rica zona esmeraldera. esde luego que también está la preciosa gema en el oriente de Boyacá.

Lo que sí hay que destacar, es que en cada provincia hay una deliciosa comida típica, distintos climas, paisajes y hasta idiosincrasias diferentes, pero siempre como un común denominador: la hospitalidad de sus gentes y en hora buena, la seguridad que aún se mantiene.

Fuera de lo anterior, se requiere complementar lo que hace parte de la infraestructura del turismo. Se necesita, por ejemplo, mejorar las vías de comunicación y la construcción de otras nuevas. En eso sí es donde deben invertir los gobiernos y naturalmente, aunque ya de parte de la empresa privada, en hotelería y buenos restaurantes.

Todo esto es lo que lleva a un verdadero desarrollo del turismo, que indudablemente se convierte en una de las más importantes fuentes de ingresos tanto para el sector oficial como para inversionistas de la iniciativa privada y por consiguiente, en oportunidades de empleo.

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