El Festival Vallenato de Nobsa hermana el interior con el Caribe – Héctor H. Rodríguez A #Elinforme H.H.

Entre bambucos, torbellinos y guabinas el vallenato se fue abriendo paso en los 80 en el corazón de los nobsanos y hoy es el ritmo preferido en la tierra de la ruana, los muebles rústicos y las campanas. 

Uno de los responsables de que la música de la costa Atlántica se arraigara en Nobsa como si fuera un aire autóctono fue Luis Alejandro Vargas, quien en 1979 viajó a Valledupar y quedó impresionado por las parrandas vallenatas.

«De regreso a Boyacá fui a Sogamoso y le propuse a la Alcaldía realizar un festival vallenato, pero allá me cobraban impuestos. Desilusionado volví a Nobsa, mi pueblo, y el personero de entonces, Héctor Torres, me dijo: yo le ayudo, y ahí comenzó el festival», recuerda Vargas.

En 1980 se celebró el primer festival vallenato en Nobsa y desde entonces en esta población de artesanos e industriales se volvieron familiares los acordeones, las cajas y las guacharacas.

Creció tanto la afición por los aires de la tierra de Francisco el hombre, que pronto algunos nobsanos aprendieron a tocar el acordeón y crearon sus propios conjuntos vallenatos.

Uno de los acordeoneros boyacenses que surgió en los festivales de Nobsa fue Hernando Cely (ya desaparecido), quien hace 39 años fue coronado rey vallenato en Villanueva (La Guajira) en la categoría aficionado.

Con los años apareció otro acordeonero de Nobsa, que igualmente se ha destacado en certámenes nacionales. Se trata de Sergio Armando Suárez ‘Checheo’, quien también ganó el Festival Cuna de Acordeones en Villanueva, en la categoría juvenil, en el 2005.

«Un tío mío interpretaba el acordeón y de escucharlo terminé interesado por este instrumento melodioso», afirma Checheo, que es acordeonero desde los 11 años.

Al ver que la afición año tras año crecía en Nobsa por el vallenato, en el 2001 el alcalde de entonces, Juan Carlos Granados, creó la Escuela de Acordeoneros ‘Hernando Cely Cristancho’.

Allí se formaron Juan Gabriel Montaña, ‘Juancho Montaña’, Yair Mateo Ávila, Julián Rojas y Juan Pablo Pérez, entre otros, quienes han seguido aumentando el gusto por el vallenato en este municipio boyacense.

Hoy Nobsa ya hace parte del ‘mundo del vallenato’ y es reconocido no solo por su tradicional festival, sino por conquistas importantes como el título de Rey Infantil 2024 en Valledupar,  ganado por el niño nobsano Fernando José Salcedo Matute.

De sangre costeña, por su mamá, y boyacense, por su papá, Fernando José Salcedo Matute lleva el folclor caribeño en las venas. Por eso, desde muy niño le llamó la atención el vallenato y particularmente el acordeón, instrumento que aprendió a tocar con gran facilidad y hoy lo interpreta con mucho talento.

Este año Fernando José participó en el Festival Vallenato USA, organizado por la Fundación Vallenata USA, que reúne desde el 2016 a importantes exponentes en las categorías de acordeón profesional, infantil y canción inédita, consolidándose como el evento que mantiene viva la esencia vallenata entre los colombianos residentes en Miami, Estados Unidos.

Y volviendo al Festival Vallenato de Nobsa Folclor y Tradición, que culmina este domingo con la coronación del rey profesional, es un evento que refleja la diversidad de culturas y folclores que se juntaron en esta parte del territorio boyacense con la construcción y puesta en funcionamiento de la siderúrgica Acerías Paz del Río.

En los años 50 surgió en Boyacá el acordeonero Jorge Mojica,  ‘Chapete’, quien se convirtió en un referente del vallenato en el departamento. Después surgieron otros intérpretes del acordeón y de los instrumentos básicos del vallenato. También aparecieron conjuntos musicales que amenizaban improvisadas  parrandas vallenatas.

Todas estas  incursiones en la cultura de la costa Atlántica colombiana han ido dando sus frutos con el tiempo, al punto que hoy Boyacá, apartado del Caribe en distancia pero cercano por el folclor, cuenta con un rey vallenato profesional, el acordeonero Julián Mojica Galvis, quien se coronó en el 2018 en Valledupar.

De ahí la importancia que ha tenido el Festival Vallenato de Nobsa como un impulsador de artistas de un aire costeño que se arraigó en el corazón de Boyacá y ha hermanado a dos pueblos unidos por el mismo tricolor colombiano.

-Publicidad-

PAUTE AQUÍ - WhatsApp 322 817 2265