Algunos datos curiosos del Mundial de Ciclismo de Ruta que me correspondió coordinar como alcalde de Duitama en la época del evento.

Héctor Julio Becerra Ruiz, alcalde de Duitama cuando fue el Mundial de Ciclismo 1995. Foto: archivo Boyacá Sie7e Días
*Por: Héctor Julio Becerra Ruiz
– Los primeros ciclistas que arribaron a Duitama fueron algunos integrantes de la delegación de Australia, que viajaron de Bogotá el sábado 29 de septiembre con el propósito de conocer esta región del país y la vía por donde se correría la prueba de ruta.
– Como la Federación Colombiana de Ciclismo nos informó vía telefónica sobre esa visita de carácter turístico, fueron atendidos por los vecinos del barrio Juan Grande. Ellos ya habían terminado su participación en las pruebas de pista en Bogotá, que fue el único tipo de competencia en que ese país tomó parte. Esa visita fue coordinada con la junta de acción comunal por el ingeniero Guillermo Velásquez Rojas, quien había sido residente en ese sector.
– Como en Juan Grande el acto se cumplió con toda solemnidad y con la izada de las banderas de Colombia, de Boyacá, de Duitama y la de Australia, la señora Nuncy Díaz de Becerra que estaba acompañando al alcalde en la atención que se les ofrecía a los visitantes, lanzó la idea de que se siguiera el ejemplo de ese barrio y que se hiciera lo mismo con todos los demás, y que por lo tanto se hiciera la distribución de las delegaciones participantes para que fueran recibidos por los vecinos en forma similar.
– La delegación de Australia quedó tan gratamente sorprendida con las finas atenciones, el desvelo y la exquisitez de la recepción que les fue ofrecida, que permanecieron durante cerca de cuatro horas departiendo alegremente y en forma amigable con sus anfitriones, intercambiando peluches de canguros y koalas y ellos recibiendo elegantes bandejas de frutas y otros productos boyacenses.
– Ante la euforia demostrada por los integrantes de la delegación australiana, se encargó al jefe de la Oficina de Prensa de la Alcaldía, el periodista Alfredo Deháquiz Mejía, de la tarea de elaborar el listado de los países que tomarían parte en las pruebas de ruta y un proyecto de asignación de cada delegación a los diferentes barrios de la ciudad.
– El bosquejo fue presentado a primera hora del día siguiente o sea el domingo 30 y se procedió a publicarlo en fotocopias, convocando de inmediato a los directivos e integrantes de las juntas de acción comunal para informarles sobre el país que les encarecíamos debía atender, recomendándoles buscar la participación efectiva de todo el vecindario, invitación que se reiteró mediante altoparlantes en las visitas que se iniciaron de inmediato por el comité municipal y por un grupo de voluntarios repartidos en grupos.
– Igualmente, la señora Díaz de Becerra propuso que a las juntas de acción comunal se les suministrara tela para confeccionar las banderas y que en la base de los postes de la luz del barrio se pintara la de los países participantes, pues eso le daría a la ciudad un colorido especial, y la impresión que se llevarían las delegaciones y los muchos visitantes que arribaran a Duitama resultaría más impactante.
– La idea de pintar la base de la postearía fue consultada telefónicamente con el gerente de la electrificadora de Boyacá, quien no solo autorizó lo propuesto, sino que ofreció toda su colaboración para que la ciudad se luciera con esa magnífica idea.
– Con un cálculo sobre el tamaño, la cantidad de banderas y el espacio que debía pintarse en cada uno de los postes de los barrios, se acordó que el municipio les haría entrega de la tela y la pintura para cumplir con esa misión, y eso fue lo que permitió en el corto lapso de cinco días cambiar la presentación de la ciudad y mostrarla con la bella combinación de colores que ofreció.
– Para facilitar esos trámites, el almacenista del municipio, don Julio Mariño (q.e.p.d.), y el secretario General, ingeniero Manuel Sandoval Sánchez, expedían una orden para que los establecimientos en donde se habían celebrado acuerdos de venta de tela o de pintura entregaran lo autorizado, siendo esos dos funcionarios los encargados de verificar el cumplimiento de la tarea encomendada.
– Fue tanto el civismo de las gentes y el entusiasmo despertado con esa medida, que muchos vecinos de su propio peculio adquirieron más tela y pintura para aumentar el número de banderas, además de las que tenían en sus casas, lo que le permitió a Duitama mostrar algo nunca visto en la historia de los campeonatos mundiales, lo que fue reconocido por varios jefes de las delegaciones y por los mismos ciclistas.
– Mención merecen los vecinos de La Milagrosa que se lucieron con las atenciones brindadas a la delegación de Alemania, que arribó al sector a eso de las 8:00 de la noche, pues fueron recibidos con orquesta, cohetes, viandas y aguardiente, que los teutones deleitaron haciendo énfasis sobre la calidad y delicia de tan grata bebida.
– Esa delegación estuvo tan alegre, que al son de los acordes musicales y animados por el entusiasmo generado por el aguardiente no demoraron en demostrar sus habilidades para el baile, lo que hicieron siguiendo el ejemplo y las instrucciones que les impartían sus parejas, que fueron casi todas las vecinas de ese barrio.
– La velada con esos visitantes duró hasta las 11:00 de la noche, hora en que el presidente de la delegación ordenó poner fin al festejo, pidiendo a los deportistas abordar el bus que debía llevarlos hasta Paipa en donde estaban hospedados, orden que acataron sin dar muestras de mucha satisfacción con la medida.
– La delegación norteamericana fue atendida en el barrio Boyacá, en donde se les recibió con toda solemnidad en las horas del mediodía, en acto similar a una reunión de tipo académico, con presentación de danzas, grupos musicales, izada de banderas y luego el consumo de apetitosas viandas.
– La delegación de Colombia fue agasajada en el barrio del mismo nombre y allí los vecinos desplegaron todo su ingenio para lucirse ante los paisanos, que también quedaron sorprendidos con el entusiasmo y fervor generado por el evento mundialista, destacando que la ciudad se estaba luciendo por su comportamiento con los visitantes extranjeros y con ellos.
– En el parque El Carmen pocas veces se ha reunido tanta gente como la que concurrió al homenaje de la delegación de España. Desafortunadamente como el encuentro fue en horas de la noche y a dos días de celebrarse la prueba, el legendario ciclista Miguel Induráin no concurrió al acto, lo que causó tremenda frustración entre los asistentes, que aspiraban a conocer y ver de cerca a uno de los ciclistas más famosos del mundo de todos los tiempos.
– El pundonor de la delegación de Haití merece destacarse, pues la Federación Colombiana de Ciclismo tuvo que suministrarle un vehículo para que se pudiera trasladar desde Bogotá hasta Duitama, pues no contaban con recursos económicos para hacerlo por su propia cuenta. Una vez arribaron, la alcaldía corrió con los gastos de su alimentación el primer día mientras se conseguía en dónde poder alojarlos.
– Analizada esa situación, por ofrecimiento de los vecinos se le asignó al barrio Manzaneda el encargo de atender esa delegación, que estaba integrada por cuatro ciclistas que llegaron en condiciones muy precarias, pues no contaban con jefe de delegación, ni director, y sus bicicletas no eran de la mejor calidad como para correr tan exigente prueba.
– Los vecinos manifestaron que ellos estaban en condiciones de suministrar alimentación y hospedaje a los ciclistas, lo que hicieron situándolos en diferentes casas, y por la noche les brindaron un inolvidable encuentro musical acompañado de regalos, buen aguardiente, cantos y baile, que los isleños animaron con su habilidad y veloces y rítmicos movimientos.
– Como los ciclistas concurrieron al agasajo en camisa pese al frío nocturno, los vecinos se preocuparon por la situación y al indagar sobre lo que sucedía, fueron informados de que ellos no contaban con chaquetas, sacos o ropa parecida, y que por eso tenían que soportar las inclemencias del difícil clima.
– Ante eso se pensó entregarles unas sudaderas de las muy pocas que habían sido adquiridas por el municipio, pero los vecinos de inmediato en forma espontánea y sin que existiera petición nuestra, a primera hora del día siguiente les compraron elegantes y abrigadoras chaquetas, con lo cual los deportistas así aliviaron la difícil condición en que se hallaban.
– Como los residentes de ese pequeño barrio no escatimaron esfuerzo alguno para atender a los ciclistas con comida, suministro de ropa, de tenis y similares, al terminar la prueba de ruta en la cual el resultado para ellos como resulta entendible no fue sobresaliente, no querían irse, pues estaban felices de la generosidad, desvelo y afecto recibido, y solo se vieron obligados a retornar a Bogotá para no perder los boletos de vuelo de regreso que tenían.
– Como el periodista Alfredo Deháquiz había elaborado el listado de los países asistentes, se propuso diseñar un novedoso y colorido afiche, que sería el documento oficial de presentación de la ciudad de Duitama con motivo de la celebración del evento mundialista.
– Ese afiche fue ponderado por el bello mensaje de hermandad que contenía, y como inicialmente se autorizó únicamente la elaboración de 5.000 ejemplares, cantidad que se consideró suficiente para entregar al público, hubo necesidad de ordenar varios tirajes más, pues las gentes querían conservar celosamente ese recuerdo.
– Al igual que los habitantes de Duitama, cada una de las delegaciones de los países participantes solicitó el obsequio de un buen número de esos afiches, pues todos quedaron encantados con la calidad del diseño y con su impresión multicolor, lo que los motivaba a llevar a su patria ese recuerdo de su participación en Colombia en esa cita deportiva.
– Fue tal el civismo de las gentes de Duitama, que durante tres días los vecinos trabajaron todo el día y muchas horas de la noche pintando los postes existentes en el barrio, y las modistas, costureras y amas de casa se dedicaron con entusiasmo a la tarea de confeccionar pendones, calculándose que para el 7 de octubre fácilmente había en las casas y calles entre 120.000 a 150.000 banderas, lo que demuestra el fervor puesto por todos para mostrar a la ciudad como nunca lo había estado antes.
– Algunos miembros de las delegaciones extrajeras indagaron si se había solicitado la inscripción de ese aspecto ante la organización Ginness Récord, pues expresaban que Duitama había superado ampliamente el número de banderas colocadas en eventos de esa naturaleza, récord que para esos años ostentaban ciudades populosas y con una población muy superior a la nuestra.
– Tan apoteósica fue la participación de todos los estamentos ciudadanos, que se aseguraba que Duitama habría podido poner el récord no solo en el número de pendones, sino también el de la cantidad de países y tiempo durante los cuales sus banderas habían permanecido ondeando a la vista del público, que en nuestro caso fue de tres días, lo que denota la tarea titánica cumplida por la población, que estuvo animada por un solo propósito: cumplirle a Duitama, a Boyacá y a Colombia.
– Se quisiera poder destacar la labor cumplida por otros sectores de la ciudad, pero por la fragilidad de la memoria humana y el paso de los años resulta difícil hacerlo, pero se reitera que fueron los vecinos de todos los barrios quienes sin ahorrar esfuerzo alguno lograron tener a nuestros visitantes como si se tratara de viejos y entrañables amigos, lo que fue destacado por varios cronistas de otros países de los muchos que llegaron al cubrimiento de la prueba.
– El trazado de la prueba de ruta fue tan exigente, que de 98 corredores de la rama profesional que tomaron la partida solo 17 lograron culminar tan fatigante recorrido, y fueron dos integrantes del equipo español los que subieron al podio: Abraham Olano, como flamante campeón, y Miguel Induráin, como segundo, acompañados por el pedalista italiano Marco Pantani, este último dolorosa y trágicamente fallecido hace unos años.
– Como regalo diferente a los afiches, el comité de damas encargado del manejo protocolario del mundial optó por diseñar un elegante campesino boyacense, para lo cual se utilizaron las botellas que la Industria Licorera de Boyacá había obsequiado, a cuyo uso promocional no pudieron oponerse los patrocinadores del campeonato que eran Postobón y la cerveza Leona, pues ese obsequio fue entregado reservadamente a las delegaciones asistentes. Para eso las señoras Nuncy Díaz de Becerra, María Eugenia González y Lili Mejía de León se trasladaron con la debida antelación al municipio de Nobsa y contrataron la elaboración de unas pequeñas ruanas a la medida de las botellas de licor.
– Para completar el atuendo, en el municipio de Tenza lograron que un artesano que hacía maravillas en fique elaborara un elegante sombrero y con la ruana vistieron cada botella, lo que fue recibido con mucho agrado por lo novedoso del arreglo.
– Por último y como anotación marginal se destaca que desafortunadamente el doctor Miguel Ángel Bermúdez, que fue quien logró que el mundial de ruta tuviera como sede a Boyacá, no fue invitado a los actos oficiales del evento porque el manejo de ese tema corría a cargo de Coldeportes y de la Federación Colombiana de Ciclismo, esta última sumida en una tremenda división, en la que se había impuesto el grupo opositor a Bermúdez.

Héctor Julio Becerra Ruiz, alcalde de Duitama cuando fue el Mundial de Ciclismo 1995. Foto: archivo Boyacá Sie7e Días
– Igualmente tenía una férrea resistencia de la cabeza principal de Coldeportes Nacional, entidad que Bermúdez Escobar había dirigido antes, posición que había dejado después de curiosa controversia.
– Esas peleas internas que se presentan con frecuencia son los que dan lugar a esas exclusiones, lo que se debe en buena parte a la crispación que se vive por los relevos de gobierno en la mayoría de los casos, por odios generados y por afanes revanchistas, ante la carencia de programas o planes de desarrollo que impidan echar por la borda gestiones de antecesores o su marginamiento como el acaecido.
– El alto grado de civismo, de cultura y de organización que demostramos al país y al mundo con ese certamen llevó al Gobierno nacional a atender el pedido que se le hizo, de que en gesto de reciprocidad por lo que nosotros habíamos logrado por Colombia se nos permitiera ser anfitriones de los Juegos Nacionales antes del inicio de este siglo, lo que se atendió, aunque en competencias compartidas con Nariño.
*Alcalde de Duitama para la época del Mundial de Ciclismo 1995.