
Héctor José Moreno Reyes, nacido en las casonas del barrio más popular de Sogamoso, ‘Mochacá Libre’, un antiguo asentamiento de los muiscas en inmediaciones del Templo del Sol, de la ciudad de Iraca, como dicen que se llamaba la hoy pujante Sogamoso
Como todos los sogamoseños de la época, su familia estaba ligada íntimamente con Casanare, una región olvidada al oriente de la cordillera Oriental, más allá del lago de Tota.
Moreno Reyes se crio en las riberas del río Tocaría, en las sabanas de la hacienda La Reforma, en Nunchía, en el norte de Casanare, donde aprendió las artes de sobrevivencia en una tierra agreste, enfermiza, donde dominaban el tigre, la pantera el jaguar y el caimán llanero, pero igualmente el embriagante paisaje, de color, de vida, de moriche y esteros, dominio del güio negro.

Héctor José Moreno Reyes, el hijo de Mochacá y superministro de Estado, hoy en su biblioteca particular. Foto: Boyacá Sie7e Días
Héctor José apenas salió de estas tierras a Bucaramanga, a estudiar en la Universidad de Santander, y a Bogotá, a volverse piloto de pequeñas aeronaves que servían de aerotaxis en los llanos, la selva y el mar caribe.
Hasta principios de la década de los 80, muy poca atención le había prestado el Estado central a los territorios ubicados al oriente de la cordillera Oriental, y los pueblos insulares de San Andrés y Providencia, un poco más del 50 por ciento del territorio nacional, olvidado.
En archivos perdidos de la historia aparecen algunas crónicas que, lánguidamente, quizá con vergüenza, relatan que sus pobladores, a cambio de nada, lo dieron todo por la liberación del yugo español, en cruentas batallas como las del Pantano de Vargas.
Fue de tal tamaño el olvido del Estado de estas regiones, que el presidente Miguel Antonio Caro, 74 años después de la Batalla del Puente de Boyacá, contrató a un aventurero francés para que explorara esa inhóspita región poblada de fieras, malaria y salvajes.
Fue el presidente de la República Belisario Betancur Cuartas quien designó como director del Departamento Administrativo de Intendencias y Comisarías (Dainco) al hijo de Mochacá, Héctor José Moreno Reyes, y le dio un puesto en el Consejo de Ministros, oportunidad para diseñar un proyecto de reconocimiento y valoración de los 10 territorios olvidados, al oriente y en el Caribe.
La primera propuesta de Moreno Reyes fue integrar a este inmenso territorio a la Nación, pues a ella le pertenece históricamente; para ello se diseñó y se empezó a ejecutar la carretera Marginal de la Selva, que por el piedemonte llanero integraría a Caracas (Venezuela) con Buenos Aires (Argentina), con Bogotá (Colombia) y el centro del país, pasando por el centro de Boyacá.
La otra propuesta fue conectar a la red nacional de energía eléctrica a los departamentos de Casanare, Putumayo, Guaviare, Vichada y Arauca. Para Leticia (Amazonas) el montaje de una termoeléctrica alimentada por los residuos de la refinería de Orito (Putumayo) y para San Andrés, otra, con los residuos de la refinería de Mamonal (Cartagena).
Héctor Moreno también tuvo asiento en la junta directiva de Satena (Servicio Aéreo de Territorios Nacionales), que para la época operaba con viejos aviones DC3 y DC6, los que por falta de mantenimiento terminaron en numerosos accidentes con fatales resultados.
Con recursos del Estado aprobados en el Consejo de Ministros se dotó la empresa aérea estatal, con modernos aviones Caza, de origen español, y, además, se adquirió con destinó a los llamados territorios nacionales aviones Pilatus Turbo Porter, aeronaves suizas conocidas por su capacidad de despegue y aterrizaje en pistas cortas y sin pavimento.

Primera página del diario El Tiempo, en la que aparece Moreno Reyes en compañía del ministro de Desarrollo Económico, Iván Duque Escobar; Alejandro Gamboa, secretario del Consejo de Ministros, y el niño Iván Duque Márquez, que años más tarde sería presidente de Colombia. Foto: Boyacá Sie7e Días
Con la Armada Nacional se generó todo un programa de construcción de embarcaciones, que sirvieron como buques hospitales, buques tienda y buques nodrizas, con cayucos de apoyo a los pescadores artesanales del Caribe.
Gracias a la gestión del superministro, a los territorios llegó la señal de televisión y las estaciones y oficinas de Telecom, por donde pudieron comunicarse los colombianos de la Colombia andina y lo llamados Territorios Nacionales.
El hijo de Mochacá intentó incursionar en la política y fue senador de la República, al lado de otro boyacense, Jaime Castro, pero con los principios filosóficos de Luis Carlos Galán. Con el asesinato del líder, Héctor José Moreno Reyes, el hijo de Mochacá, se retiró, como califican por ahí, a los cuarteles de invierno, a escribir: ya ha impreso cuatro libros.