
Ya se cumplió un año de la Resolución No. 2707 del 3 de julio del 2024 del Instituto Nacional de Vías (Invías), que ratificó el cierre definitivo de la trasversal del Cusiana desde el kilómetro 77 hasta el kilómetro 90, debido a los fenómenos geológicos que se presentan en ese tramo ubicado en jurisdicción del municipio boyacense de Pajarito.
La decisión de este cierre obedeció a fisuras encontradas en el tablero y vigas del puente Chorro Blanco, ubicado en el kilómetro 81 + 550 metros. Este puente, de 300 metros, junto al puente Nuevo, de 105 metros de extensión, integra el viaducto Los Grillos, del que una parte de su estructura colapsó en agosto del 2023.
En diciembre del año pasado el Invías habilitó un paso alterno en el kilómetro 81 del corredor Sogamoso-Aguazul, sector Chorro Blanco, exclusivo para vehículos con peso de hasta 28 toneladas, es decir que no es apto para tractocamiones, aunque esos vehículos siguen transitando por allí debido a que no hay control permanente por parte de las autoridades que deben cumplir esa función.
Lo más preocupante de esto es que el paso alterno habilitado está entre la montaña y el viaducto Chorro Blanco, del cual el propio director del Invías, el ingeniero civil Juan Carlos Montenegro Arjona, manifestó el año pasado que, la infraestructura del puente está siendo empujada.
“Los movimientos que hemos detectado son de rotación sobre las columnas que lo sostienen y de traslación, si me permiten la expresión, en la placa, y no toda la placa al unísono, o sea no toda la placa en el mismo sentido: parte de la placa se mueve hacia un lado y parte de la placa se mueve hacia el otro, que fue lo que rompió el viaducto de Los Grillos. Eso nos hace intuir, con el seguimiento que hemos realizado, que el puente probablemente, en el momento en que colapse por el movimiento de la tierra, va a caer sobre la montaña”, afirmó.
Aquí surge la pregunta, ¿el viaducto de Chorro Blanco, de 299 metros y en cuya construcción se invirtieron 9.068 millones de pesos, se podría ir al suelo en cualquier momento?
Lo cierto es que el Invías propuso a mediano plazo un corredor occidental nuevo por la parte superior de la montaña, de aproximadamente 18 kilómetros, que partiría del sector de Corinto (kilómetro 73), continuaría por el flanco occidental de la corona de los deslizamientos y conectaría nuevamente el corredor en el kilómetro 91, delante del municipio de Pajarito.
Todo un reto para la ingeniería
La principal carretera que comunica a Boyacá con los llanos orientales siempre ha sido un dolor de cabeza para los transportadores y viajeros, que han tenido que soportar pasos de difícil tránsito y también de alta peligrosidad.
El clamor de los usuarios de esta vía es histórico, pero la respuesta de los gobiernos se ha quedado corta ante la necesidad de una importante y definitiva inversión que ponga fin a los problemas.
Las soluciones siempre se han planteado a dificultades puntuales, como pasó con la quebrada La Rocha, que cobró varias vidas con sus desbordamientos.
En ese sector se construyó un viaducto que mejoró las condiciones de la vía en ese paso, pero siguieron presentándose dificultades en otros tramos.
Mediante el Plan 2.500, del Gobierno de Álvaro Uribe Vélez, se destinaron 8.362 millones de pesos para pavimentar 14,86 kilómetros en el trayecto entre Corinto y Pajarito. Después de que la empresa contratista, Consorcio Plan 2.500 del Llano, y la firma interventora, Ponce de León, recorrieron los 14,86 kilómetros contratados, decidieron desechar casi cuatro kilómetros que presentaban fallas geológicamente inestables.
Finalmente, esa intervención no mejoró mucho las condiciones de esta carretera del orden nacional.
En el 2009 el Gobierno nacional firmó un contrato para intervenir la carretera mediante el proyecto de la transversal del Cusiana, incluido en el Plan de Vías para la Competitividad.
El valor inicial del contrato fue de 95.161 millones de pesos y después se aprobó un adicional. En total se destinaron 146.000 millones de pesos para construir viaductos y mejorar tramos de la carretera.
Este contrato se le adjudicó al consorcio CC-MP-HV-Cusiana, integrado por Conconcreto S.A., Constructura MP S.A., y Horacio Vega Cárdenas. Mediante este contrato se construyeron los viaductos de Peña de Gallo, La Cónguta, La Leonera, Los Grillos, Chorro Blanco, Puente Nuevo, La Chigüirera, La Orquídea 1 y 2, La Cascada, Cusiana y La Frontera.
El consorcio CC-MP-HV-Cusiana también construyó un puente sobre la quebrada La Molinera, que no ha sido utilizado porque lo movió una falla geológica.
Otros puentes afectados en la vía Sogamoso-Aguazul
El punto de la quebrada La Orquídea siempre fue un paso de alto riesgo en la vía del Cusiana, porque la corriente de agua atraviesa la carretera y en temporada de invierno las crecientes hacían prácticamente imposible el tránsito vehicular.
Los usuarios frecuentes de este corredor vial recuerdan cómo tenían que hacer trasbordos en medio del fango, porque los buses y demás vehículos no podían transitar por el lodo en este lugar.
Cuando el consorcio CC-MP-HV-Cusiana empezó la intervención de esta vía, decidió construir dos viaductos sobre la quebrada La Orquídea, que fue la única solución que encontró para superar este paso.
Efectivamente se construyeron dos puentes en este sector para evitar los cierres de la vía ocasionados por el desbordamiento de la quebrada: uno de 110 metros y otro, de 92 metros.
El primer viaducto tuvo un costo cercano a los 5.000 millones de pesos. Ambos puentes se pusieron en servicio en el segundo semestre del 2013, pero el de mayor longitud tuvo que ser cerrado para todo tipo de vehículos desde el 24 de agosto del 2017.
El viaducto La Orquídea 1, como así fue denominado, en jurisdicción del municipio de Pajarito, terminó colapsando en el 2019 por las afectaciones que presentaba su estructura.
Desde agosto del 2017 el tema del viaducto La Orquídea 1 terminó convirtiéndose en un problema jurídico, para determinar de quién fue la responsabilidad del daño del puente.
En la mañana del domingo 20 de agosto del 2023 colapsó parte de la estructura del puente Los Grillos, ubicado también en el municipio de Pajarito, de 262 metros y con un costo de 17.268 millones de pesos. Entró en funcionamiento en el 2014 y nueve años después ‘sucumbió’.
Un megaproyecto vial que incluyó la ANI para el periodo 2022-2026
Dentro del portafolio de megaproyectos férreos, viales, fluviales y aeroportuarios que presentó la Agencia Nacional de Infraestructura (ANI) para ejecutar en estos cuatro años (que concluyen en el 2026), Boyacá clasificó con dos.
Uno de estos es el de la conexión vial de Sogamoso-Aguazul-Maní-Puerto Gaitán, que acercaría a los departamentos de Casanare, Meta y Boyacá.
Esta iniciativa se concibió durante el segundo Gobierno de Juan Manuel Santos, impulsada por el vicepresidente de ese momento, Germán Vargas Lleras.
Sin embargo, hasta el momento solo se ha quedado en un proyecto atractivo, pero nada más, y mientras tanto los usuarios de las transversal del Cusiana siguen padeciendo el tradicional calvario de los cierres de la carretera en cada temporada de lluvias. ¿Hasta cuándo tendrán que esperar una solución definitiva y efectiva?