
La realización de la COP16 en Colombia marca un precedente importante para el país y para la región. Colombia, como el segundo país más biodiverso del mundo, asume un liderazgo notable en la discusión y toma de acciones frente a los retos ambientales globales.
Esta edición de la Conferencia de las Partes (COP) sobre biodiversidad ofrece una plataforma para que el país exponga sus avances en términos de conservación, acción climática, descarbonización y transformación hacia energías alternativas. Estos temas son cada vez más urgentes frente a la crisis climática mundial y Colombia ha demostrado su compromiso no solo en el ámbito nacional, sino también como un referente en la protección de la biodiversidad.
El liderazgo de Colombia en temas ambientales se refleja en sus políticas y acciones encaminadas hacia la descarbonización de la economía y la adopción de energías renovables. El país está avanzando en la implementación de energías alternativas como la solar y la eólica, en un esfuerzo por reducir su dependencia de los combustibles fósiles y contribuir a la mitigación de las emisiones de gases de efecto invernadero. Estas acciones están alineadas con los objetivos globales del Acuerdo de París, donde Colombia se comprometió a reducir el 51% de sus emisiones de gases de efecto invernadero para 2030.
A nivel nacional, Colombia es consciente de la riqueza que posee en términos de biodiversidad, lo que conlleva una gran responsabilidad. Como uno de los países con mayor diversidad de ecosistemas, especies animales y vegetales, la protección de sus recursos naturales se ha convertido en una prioridad estratégica.
La COP16 se convierte en el escenario ideal para que Colombia demuestre al mundo cómo su biodiversidad es clave para la estabilidad climática global y cómo la acción local puede tener un impacto global.
Y precisamente Boyacá, un departamento emblemático en la Región Andina, es uno de los territorios más ricos en biodiversidad en Colombia y es clave para entender el rol del país en la conservación de ecosistemas vitales. Este departamento alberga la mayor extensión de páramos a nivel nacional, un ecosistema estratégico no solo para la biodiversidad, sino también para la regulación hídrica y la captación de carbono.
Los páramos actúan como reservorios de agua dulce y son esenciales para el bienestar de millones de personas. En Boyacá, el páramo de Pisba, el de Rabanal y el de Ocetá son ejemplos de ecosistemas de importancia global, que requieren de una gestión ambiental eficiente y responsable para su preservación.
Estos ecosistemas, además de ser el hábitat de numerosas especies endémicas, son fundamentales para la captura de carbono, lo que convierte a Boyacá en un aliado clave en la lucha contra el cambio climático. Sin embargo, los esfuerzos de conservación y protección deben ser ampliados. Es crucial que las autoridades locales, municipales y departamentales trabajen de manera coordinada con el gobierno nacional para implementar políticas que no solo protejan estos ecosistemas, sino que también promuevan la restauración y el uso sostenible de los recursos naturales.
Boyacá, al igual que la Región Andina, tiene un gran reto por delante en términos de preservación de su biodiversidad y la implementación de estrategias de descarbonización. Las autoridades locales deben liderar el cambio, haciendo un llamado a la acción climática y priorizando la protección de los recursos naturales. La riqueza natural de Boyacá no solo es un tesoro nacional, sino también una herencia que debe ser preservada para las generaciones futuras.
Por todo esto, es necesario hacer un llamado urgente a todas las autoridades competentes para trabajar en línea con las metas globales de protección ambiental. Desde la acción climática hasta la descarbonización, Colombia tiene el potencial de ser un referente global, y Boyacá puede liderar estos esfuerzos dentro del país. La COP16 ofrece una oportunidad única para que las acciones y políticas locales sean visibilizadas en un contexto internacional, demostrando que el cambio comienza desde el ámbito local y se extiende hasta impactar a nivel global.
Es el momento de actuar con responsabilidad, enfocándose en la preservación de la biodiversidad y la protección de los recursos naturales, asegurando un futuro sostenible para las próximas generaciones.
*Por: Fabio Guerrero, exdirector de Corpochivor