Las reflexiones de José Luis Bohórquez tras ser suspendido como alcalde de Duitama

Tras ser apartado de su cargo por orden del Consejo de estado, el mandatario de los duitamenses entregó una larga reflexión sobre lo que pasa con él y con Duitama.

El alcalde de Duitama, ahora suspendido en su cargo, hizo un completo análisis de lo que viene ocurriendo con su gobierno y lo que puede venir para la ciudad. Foto: Gerson Flórez/Boyacá Sie7e Días. Foto: Gerson Flórez/Boyacá Sie7e Días.

En una carta de tres páginas, José Luis Bohórquez López, se dirige a todos los duitamenses, a quienes votaron y quienes no votaron por él, a todo el municipio, con una reflexión en la que analiza una a una las características de lo que le ocurre a su gobierno:

“Quiero agradecer a cada una de las personas que me han escrito, con cierta preocupación hacia mi persona, por la situación en la que me encuentro a raíz de una decisión del Consejo de Estado, que me suspende PROVISIONALMENTE, como alcalde en propiedad. Dejándome en una extraña situación de ser alcalde, pero congelado en una habitación, mientras se profiere un fallo de fondo. En conclusión, habrá dos alcaldes en Duitama, uno suspendido, y uno encargado. Son días difíciles, incluso para mi ser emocional y mental. Lamento que mi Duitama, nuestra Duitama, entre en esta etapa que puede llevar varios meses. Pero mi equipo seguirá gobernando y haciendo lo mejor que pueda, para que Duitama este primero.

Cuando empecé este ejercicio político, poco dimensioné la fuerza de mis contradictores. Creía – inocentemente- que su poder en una ciudad como Duitama, se resumía a hacer contratos torcidos y tratar de enriquecerse disimuladamente en el caso de algunos y descaradamente en el caso de otros, mientras duraba cada período político. En detrimento, claramente de los recursos públicos de los duitamenses. Hoy me di cuenta, que los subestimé. Mis contradictores – jamás enemigos-, han acudido a la combinación de todas las formas de lucha política, para aplastarme.

Iniciaron colocando en duda mi victoria en las urnas, luego con demandas, luego amenazas de llevar esto al campo penal y la pérdida de mi libertad, luego tutelas, luego tratar de crearme desprestigio político, imputando acusaciones a mi personalidad, a mi familia, y a decisiones administrativas. La narrativa ha sido clara, por un lado, no dejan gobernar, incluso con personas dentro de la administración que les siguen el juego, y por el otro, exigiendo resultados inmediatos en micrófonos, a un gobierno de 6 meses, llevando a algunas personas a decir: “ese alcalde del sombrero no hace nada, sino quejarse”. Todo se resume en atar las manos de una persona y luego decir, que esa persona es manca porque quiere, y solo se queja. La narrativa esconde algo que debería ser evidente: estamos ante una clara persecución.

Es para mí un honor ser perseguido por lo que represento, por mis convicciones. Hay un sector político de Duitama que le duele que yo no me preste para sus torcidos y que tampoco los permita. Que les molesta que no gobierne con sus roscas de siempre. Que les aflige que un hombre de izquierda progresista esté sentado en el despacho, empujando hacer la PTAR y grandes obras sin que se las roben, empujando a sacar contratos decentes sin direccionamientos. Trancándoles a sus contratistas de siempre y sus acostumbradas coimas. Un hombre de izquierda, que celebra la vida, y no le tiembla la mano para celebrar con agua y no con pólvora, en hacer eventos, festividades sin pedir coimas o dar dádivas; para declarar un río sujeto de derechos, llevar ayudas al campo, trasladar estatuas o izar banderas de comunidades excluidas, como lo ordena la ley.

Les molesta un alcalde que va a los colegios a hablar con los jóvenes, que envía profesores europeos a colegios públicos para que los jóvenes aprendan de otras culturas y abran la mente. Un alcalde que hace eventos deportivos para todas las comunidades, ciclovías dominicales, que siembra árboles en los páramos, que patrulla con la Policía y el Ejército, que hace ferias con emprendedores sin cobrarles un peso, que no persigue violentamente a los vendedores ambulantes, que prohíbe el alcohol y las drogas en parques, que trabaja con las trabajadoras sexuales en cumplimiento de la sentencia T-310 de 2022; que contrata artistas locales y les paga a tiempo, que recibe hojas de vida de ciudadanos y les da la oportunidad de empleo, sin importar por quién votó. Que empuja grandes obras para la ciudad (Buscar plata para pavimentar, PTAR, Antiguo Terminal, Molino Tundama, Teatro Bicentenario, Centro de Discapacidad, Nueva sede de la ESE, remodelación de espacios deportivos, Estadio, Antigua Plaza de Toros, etc.), a un ritmo que no es la velocidad de los negocios y torcidos, sino con la calma de sacar buenos contratos y obras para la ciudad y no para el bolsillo de los de siempre.

Les molesta en el alma, que este alcalde vaya a las veredas, lleve mercados, silo, tanques, y en general ayudas, gastando el dinero público en la gente olvidada del campo y no como en el pasado, diciendo que no había dinero. Porque se lo “mecateaban en cositas”, no llevaron ayudas de nada al campesinado, pero sí resultaron dueños de edificios, de fincas, de lujosas casas, con la plata de los duitamenses. Les molesta que este alcalde, hable de reforma agraria en Duitama, de sanear los predios, de sacar un POT, que no llene a Duitama de cemento y barrios sin servicios públicos, sino de vida, de agua, de lo rural, de crecimiento urbano sostenible.

Les molesta que este alcalde, siempre hable de servirle a la gente y no servirse a sí mismo como politiqueros a sus bolsillos. Les molesta que este alcalde, sea un representante de un gobierno nacional, que para ellos representa todo lo que odian. Porque si, la única explicación para actuar como actúan, es un profundo odio, es la oscuridad reinando en su condición humana. Es el lodo sobre la razón. Es algo que tenemos todos los seres humanos, solo que a ellos, los ha embriagado y como sabuesos, no estarán contentos hasta que yo me vaya definitivamente de la alcaldía. Están cerca, este fin de semana, se escucharon sus alegrías. Solo Dios sabe la historia final de este episodio.

Sin embargo, no pasa nada, es el ritmo al que me tocó gobernar y con mucho esfuerzo puedo bailar a ese ritmo. Pero que la gente sepa, que aun cuando hemos cometido errores- nunca se puede perder la capacidad de autocrítica-, en esta alcaldía trabajamos cada semana. Que los tiempos para ver resultados no son a la velocidad de las redes sociales. Mi antecesor lo intentó, tapaba huecos con cámaras y posaba de hacer mucho, la realidad de hoy: hay más huecos que antes. Porque todo tiene una técnica, porque todo tiene sus tiempos, y más en lo público. Pero cuando se le mete política a todo, es muy fácil convencer de que nada se está haciendo. Aquí estamos haciendo, y lo más importante cuidando la plata pública.

Dirán que es discurso, que el del sombrero habla paja, les dejo un ejemplo. Un actual alcalde de Boyacá, sacó un contrato de ciclovías dominicales, las cuales se realizan cada 15 días. Cada domingo le cuesta a ese municipio $20.062.000 (si, 20 millones) Nosotros, por el mismo contrato, haciendo básicamente lo mismo, pero no cada 15 días, sino cada 8 días, nos cuesta, en Duitama cada domingo, la suma de $3.200.000 (si, 3 millones). ¿Por qué a ese alcalde, de tanta experiencia, le pasa eso? Solo hay una explicación, están inflando costos, para pagar favores o hacer negocios con lo público. Darán mil explicaciones, pero la realidad para los que estamos en política, es que sabemos que ahí, hay torcido. A ese alcalde le dicen que hace mucho, a mí que no hago nada. En realidad, estamos haciendo al paso que podemos, cuidando el dinero público.

Aquí se molestan porque tumbe una estatua que va a ser trasladada, pero no les molesta que les tumben en su cara el dinero público, como ha pasado en tantas administraciones del pasado. Ah, ¡Eso es folclor! o mejor, les gusta la filosofía de una señora, que hace unos días me dijo: ¡Que roben pero que hagan algo! Pues acá nos han “tumbado” varias veces y no hay indignación, como la de algunos con lo de la estatua. Dijo un humorista, hay gente que le gusta tanto la moral, que la tienen doble.

Aquí se molestan porque cumpliendo la ley, el Estado Social de Derecho, y el más humano de los sentires: amar al prójimo, icé la bandera de una comunidad diversa, en la fecha en que el enfoque diferencial ordenado por la Corte Constitucional se debía hacer. Como hacen en Bogotá, Medellín y en ciudades del mundo. Se molestan a tal punto, que algunas personas de un grupo de religiosos, se pararon al lado de esta diversidad, a gritarles que eran unos “enfermos y maricas”. Les alarmó ver, a la diversidad de esta sociedad duitamense, izar sus símbolos. Que curioso, la escena se me pareció a cierto fragmento de la biblia, donde se narra a sacerdotes judíos molestos al ver a Jesús enseñar sobre el amor y sus enseñanzas, y a él también le gritaron, que era un hereje, entre otras sandeces. A Jesús, el mismo pueblo lo crucificó, recuerden que la gente de esa época lo condenó, y salvó con aplausos a Barrabas, pidiendo en cambio crucificar a Jesús. Hoy llevamos más de 2.000 años de arrepentimiento por ese acto de barbarie, en cada misa nos recuerdan nuestra crudeza.

En el pasado crucificamos personas con clavos y madera, latigábamos a seres humanos por su color de piel, quemábamos a mujeres por su condición de mujer, se perseguían pueblos por su resistencia a ser dominados, como a nuestro Cacique Tundama -a quien mataron con un martillazo en la cabeza-. También en el pasado masacraban toros con espadas, le quitaban sus orejas y le decían a eso cultura. A esos toreros, les decían héroes. Hoy quieren ser graduados de próceres por su “historia”, la de masacrar toros. A raíz de mi decisión de llevar a Duitama a una esfera de vida y dar el debate, se me vino encima toda la derecha colombiana, desde el señor expresidente Álvaro Uribe, la senadora María Fernanda Cabal, el señor de Fedegan Lafaurie, los periodistas de derecha Luis Carlos Vélez, Salud Hernández, Vicky Dávila, entre otros personajes. Así como la orden de suspensión esta semana. Si se me vino toda esa gente encima, es porque algo bueno estamos haciendo, en este terruño de Duitama, al que jamás ellos miraron ni aportaron.

La realidad, más allá de la controversia, es que con el tema de tumbar y trasladar la estatua del torero César Rincón, no se cambiará el pasado, pero si se aliviará el futuro. Entre tanto, recibiremos toda la piedra de esos sectores políticos que se escandalizan por tumbar una estatua- para ser trasladada-, pero no se escandalizan cuando tumban al pueblo colombiano, ni duitamense.

Seguiré trabajando por mi Duitama, por nuestra Duitama ¡Porque lo mío es servir! Servir para darle ejemplo a algún joven. Que los jóvenes puedan ver, que se puede hacer las cosas de manera diferente. Se puede ganar elecciones sin venderle el alma al diablo. Se puede gobernar con convicciones y con el amor más eficaz por todas las ciudadanías, diversidades, mayorías, minorías y todas las formas de vida. Servir es un honor. Seguiré resistiendo, así me amenacen incluso con la cárcel. Lucharé hasta que tenga una sentencia de fondo, se lo debo a mis votantes. Entre tanto, estoy seguro que la historia me absolverá.

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