El día que le arrebataron la vida a 15 personas indefensas en La Sarna – Héctor H. Rodríguez A #Elinforme H.H.

El primero de diciembre del 2001 fueron asesinadas, en estado de indefensión, 15 personas que viajaban en un bus que se dirigía de Sogamoso al municipio de Labranzagrande. La masacre, ocurrida en el sector del páramo de La Sarna (vía del Cusiana), la perpetró un grupo de paramilitares, que contó con el apoyo de la Policía y del Ejército.

Allí, mientras estaban acostados con la cara sobre el pavimento de la carretera, los asesinos les arrebataron la vida con disparos de armas de fuego a Luis Ángel Gil, de 30 años; Tania Leonor Correa, de 21; Mercedes Rivera, de 22; Luis Arturo Cárdenas, de 29; Isidro Alba Guío, de 54; John Fredy Poveda, de 17; Luis Miguel Melo; de 17; Abel Cudris, de 52; Gonzalo Rincón, de 30; Luis Alejandro Pérez, de 22; José Antonio Monguí, de 52; Jairo Isidoro Peña, de 48; José Bertulfo Noa, de 50; Herminda Blanco, de 44, y Hernando Gómez Garavito, de 32 años de edad.

Ese sábado, primer día de diciembre, el bus 339 de Cootracero había partido a las 7:00 de la mañana de la Terminal de Transportes de Sogamoso con rumbo al municipio de Labranzagrande, ubicado en la provincia boyacense de La Libertad.

Cuando había transcurrido una hora de viaje, en el sector conocido como el páramo de La Sarna, un hombre que se desplazaba en una motocicleta le atravesó su vehículo al bus y le impidió que siguiera su marcha. Otro sujeto de civil subió al carro y les ordenó a los pasajeros que se bajaran y al conductor que atravesara el automotor en la vía.

A cada lado del bus se ubicaron dos hombres y otros cuatro, cubiertos sus rostros con capuchas, se acercaron al conductor, al auxiliar y a los pasajeros y los obligaron a acostarse boca abajo sobre el pavimento.

Pasados unos segundos, y sin que hubieran averiguado su identidad, empezaron a dispararles en la cabeza a los indefensos jóvenes, mujeres y hombres que en medio del pánico y la sorpresa no entendían por qué los estaban matando de esa manera tan cobarde.

Todavía no se sabe realmente por qué los paramilitares dejaron con vida a dos niños de 7 y 11 años y a una mujer de 58 años, a quienes no les dispararon.

Después de saciar su sed de sangre, los seis asesinos huyeron del lugar con dirección hacia Sogamoso. El Ejército, que mantenía permanentemente un retén en el sector de El Crucero, a pocos kilómetros de donde ocurrió el asesinato colectivo, había retirado sus hombres de ese lugar unos días entes de la masacre. Las autoridades llegaron a La Sarna cerca de seis horas después de cometidos los 15 homicidios.

“En conclusión se puede establecer que con la abierta participación de militares y civiles, el grupo criminal de las Autodefensas Campesinas de Colombia cometió la barbarie de asesinar a sangre fría a 15 personas inocentes, desamparadas e indefensas, que se desplazaban por una carretera nacional a un municipio —Labranzagrande— al que obtusas mentes estigmatizaron como municipio guerrillero, por el hecho de que bloques de las Farc y otro grupo militar criminal extorsionaban y cometían fechorías, sin que el Estado interviniera decididamente para proteger a sus pobladores, los cuales quedaron, con el ingreso de los paramilitares, en su mira y en total desprotección”.

Así lo afirma el documento de la condena contra Alquimides Pérez Parra, alias ‘Gavilán’, uno de los sentenciados por haber asesinado a algunas de las víctimas de la masacre del páramo de La Sarna.

“Todos los de la ley trabajaban con nosotros, sea Sogamoso, Garagoa, Duitama, todo… el único que no quiso trabajar con nosotros fue el coronel de Garagoa, porque él trabajaba con el otro bloque de las autodefensas…”, afirmaron los procesados por este homicidio colectivo.

Helver Gómez Barrera, integrante de las Autodefensas Campesinas de Casanare, señaló: “Marmaja me dijo que el Ejército había dado una información de un bus … el cual transportaba un personal de la guerrilla, no recuerdo si era del 56 o del 28, pero que eran colaboradores de la guerrilla… que la información era positiva, que ellos eran, que hasta guerrilleros iban ahí en el bus. Que ellos habían acatado la orden, habían coordinado todo, hasta la hora de salida del carro y que adelante con personal del Ejército en el sitio La Sarna, había solicitado una requisa, a todo el personal, a quienes obligaron a bajar del bus; el armamento que se portaba era parte de las autodefensas y parte que ponía personal de la ley… había un carro del B2 y un carro pequeño, un Daewoo blanco de la organización… las armas las recogieron después de los hechos y no se volvió a saber de ellas, eso las recogió el Ejército… y los otros que participaron era personal de la Sijín y del Ejército que operaba en la zona…”.

El comandante de las Autodefensas Campesinas de Casanare, Josué Darío Orjuela Martínez, alias ‘Solín’, también condenado por la masacre de La Sarna, aseguró: “salía una orden de batalla del batallón, ahí decía tal placa, tal moto y donde vivían y esa orden de batalla traía los datos, nombres y direcciones de las personas que salían de allí, que los estaban investigando el batallón, como ellos no podían hacer nada (!!) entonces nos la pasaban a nosotros ,para que nosotros investigáramos, recogiéramos y pistoliáramos…”.

Agregó que había participación, por pasiva y por activa, de miembros de las Fuerzas Armadas y de Policía de la región.

Según documentos de la justicia, las autoridades llegaron al lugar de la masacre a las 2:00 de la tarde, cinco horas después de ocurridos los hechos, pese a que se enteraron de los asesinatos desde las 8:30 de la mañana, pues a esa hora un ciudadano llegó hasta el comando del Sexto Distrito de la Policía, en Sogamoso, e informó del crimen. Esta persona, además, dio señas de los vehículos en que se movilizaban los presuntos responsables.

En los documentos judiciales aparece un testimonio bajo la gravedad de juramento, respecto de que un policía de la Sijín, José Hildebrando Monguí, sí fue notificado a tiempo y pudo llegar al sitio de los hechos a las 9:30 de la mañana, hora en la que comprobó que su padre viajaba en el bus y también había sido asesinado.

“Hay un miembro de la Policía o Sijín y es otro de los que cumple con las reuniones, donde decían qué tocaba hacer… el bombo era que había ocurrido una masacre en Boyacá… y él levantó la mano y dijo que él iba a hacer el levantamiento, que él no tenía miedo a nadie y estando en los levantamientos, vio a su papá que estaba ahí… tocaba colaborarle a este muchacho económicamente, porque estaba muy afectado y que era una persona que nos estaba colaborando bastante en la organización… fue uno de los que entregó el lugar preciso de lo del bus… que no hubiera tropa y eso…”, aseguró alias ‘Solín’.

Este lunes primero de diciembre se cumplen 24 años de la masacre de La Sarna, uno de los hechos violentos que más ha conmovido al centro del departamento de Boyacá. Las familias de las víctimas siguen esperando que el Estado se responsabilice por este acto demencial.

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