Un siglo de historia y ejemplo del sogamoseño ilustre don José Pulido Engativá

Don José Pulido Engativá, en sus 100 años de vida y rodeado de su familia. Foto: suministrada a Boyacá Sie7e Días

*Por: Álvaro Pulido Prieto

En el corazón de Bogotá se celebrará un acontecimiento digno de orgullo para Sogamoso y para Colombia: los 100 años de vida del señor José Pulido Engativá, un sogamoseño ejemplar que, con esfuerzo, disciplina y amor por su tierra, forjó una vida de trabajo, familia y legado.

Nacido en Sogamoso, en la vereda Los Alisos, don José cursó su primaria en una escuela pública del sector. Desde muy niño aprendió el valor del esfuerzo: al salir de clases ayudaba en el chircal de adobe de su padre, don Wenceslao Pulido; su grupo familiar, conformado por su señora madre, doña Carmen, y sus once hermanos, con quienes compartían una vivienda muy humilde.

En su entorno se cultivaba trigo y criaban ovejas, vacas lecheras y gallinas para el sustento del hogar. Ese ambiente campesino, de trabajo y solidaridad, marcó profundamente el carácter de don José.

A los 13 años, con el anhelo de abrirse camino, emprendió viaje hacia Bogotá. En la capital inició su vida laboral como ayudante de construcción, mientras estudiaba en el Sena, donde se formó como constructor. Su disciplina y constancia le permitieron pronto independizarse y dirigir sus propias obras: viviendas, bodegas, colegios y proyectos emblemáticos como la Normal de Villa de Leyva.

Su nombre empezó a asociarse con la construcción en barrios tradicionales bogotanos como Santa Isabel, La Soledad, Quinta Paredes y en el norte de la ciudad, donde dejó huella con edificaciones sólidas y de calidad. Más adelante incursionó en la construcción de edificios de apartamentos, entre ellos el Edificio Sandoná, en la calle 45 con carrera 30, y el Edificio Litavira, en Teusaquillo, con 60 apartamentos y 12 locales. Cada una de sus obras llevaba un pedazo de su tierra natal, con nombres inspirados en lugares emblemáticos del Valle del Sol y del Acero como, Iraka, Alisos, Suamox, Litavira y Sugamuxi.

Pero si algo distingue la vida de don José Pulido es su compromiso con la familia. Junto a su esposa, doña Gilma Beatriz, formó un hogar ejemplar, lleno de amor, valores y unión. Compartieron incontables recuerdos, viajes y proyectos, construyendo una vida tan sólida como las obras que él levantó. De esa unión nacieron sus hijos Martha Isabel, Gloria Inés, José Miguel, Álvaro, Leonardo y Juan Alberto, quienes hoy lo acompañan con orgullo y gratitud.

Hoy, al llegar al siglo de vida, don José Pulido Engativá representa el espíritu del sogamoseño trabajador, visionario y profundamente familiar. Su historia inspira a las nuevas generaciones que reconocen en él un ejemplo de esfuerzo, humildad y amor por la tierra.

Entre abrazos, risas, recuerdos y gratitud, su familia brindó por él con emoción:

“Por una vida intachable, por un legado de amor y trabajo, y por un siglo de ejemplo, ¡salud por don José Pulido Engativá!

*Especial para Boyacá Sie7e Días

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