El grupo armado, por medio de un comunicado, admitió su autoría en el atentado terrorista que iba dirigida hacia las instalaciones de la unidad militar, que dejaron daños materiales y tres personas con lesiones leves.
El atentado frustrado fue planeado por miembros del Eln. Foto: archivo particular
*Por: Yuliana Bohorquez
Al Ejército de Liberación Nacional (Eln) se le atribuyó desde un principio la responsabilidad de los hechos ocurridos el pasado sábado 8 de noviembre en la ciudad de Tunja, donde una volqueta de color verde, equipada con 24 rampas de lanzamiento y cerca de 300 kilos de explosivos, fue abandonada a escasos metros de las instalaciones del Batallón Simón Bolívar, en el barrio Prados de Alcalá, antes de que saliera el sol.
En las primeras declaraciones de las autoridades, aseguraron que la acción terrorista, que logró ser neutralizada a tiempo y por fortuna no causó pérdidas humanas ni heridos de gravedad, fue planeada y llevada a cabo por la estructura Adonay Ardila Pinilla del Frente de Guerra Oriental del Eln, cuyo principal cabecilla es Jussef Morales Betancourt alias el ‘Poeta’.
En su momento, señalaron que el propósito de este grupo armado era consolidar un corredor de movilidad entre los departamentos de Arauca, Casanare y Boyacá. Además de responder a las operaciones ofensivas que ha mantenido el Ejército Nacional en algunos municipios del norte de Boyacá.
Pues fue hasta el lunes 17 de noviembre, cuando en el sitio oficial de este grupo subversivo en internet, apareció publicado un comunicado, en el que Frente de Guerra Oriental del Eln reconoció su autoría en el ataque. Sin embargo, aseguraron haber atentado contra la Segunda Brigada del Ejército, referencia que no corresponde a la realidad, pues en Boyacá opera la Primera Brigada del Ejército Nacional, adscrita a la Quinta División.
“El 8 de noviembre, un comando especializado del Estado Mayor Nacional y del Frente de Guerra Oriental del Eln, accionó una volqueta artillada contra las instalaciones del Batallón Bolívar, sede de la Segunda Brigada del Ejército estatal, ubicada en la ciudad de Tunja, capital departamento de Boyacá”, se lee.
El grupo afirmó haber utilizado cargas explosivas para causar afectaciones a la infraestructura del batallón cumpliendo con protocolos de seguridad.
“Esta operación ofensiva se planificó para cumplir con todos los protocolos de seguridad, con los que se evitaron afecciones a la población civil, que habitan en las inmediaciones de esta base militar, por este motivo la volqueta no contaba con mecanismo de autodestrucción. Las 24 cargas explosivas, destruyeron parcialmente las instalaciones de esta base militar. Nuestras unidades guerrilleras se replegaron sin novedades”, aseguran.
Luego, señalaron que, “este ataque se realiza en respuesta a las operaciones paramilitares que desarrolla la Segunda Brigada del Ejército estatal, en los municipios de Chita, Guicán, Cocuy y Páramo de Guinas, en las que organiza ataques a la población civil, usando patrullas del Ejército, a las que ordena usar brazaletes de distintas bandas, mafias paramilitares y disidencias de las antiguas Farc”.
El Ejército Nacional confirmó en días anteriores que las operaciones contra este grupo al margen de la ley continuarán, al igual que la investigación que busca esclarecer por completo las circunstancias del ataque y judicializar a los responsables de haber alterado la tranquilidad aquel sábado en la capital boyacense.
*Redactora de Boyacá Sie7e Días
