La salida de Jersalud deja un vacío en la red de atención que afecta a maestros y a sus familias, mientras que el sindicato exige garantías inmediatas para evitar un colapso en el servicio de salud.

Jersalud anunció la finalización de su contrato con Fomag. Foto: archivo particular
*Por: Nury Vargas
La atención en salud para los docentes y sus familias en Boyacá, Meta y Casanare entró en un escenario de crisis tras la terminación del contrato entre Jersalud S.A.S. y el Fondo de Prestaciones Sociales del Magisterio (Fomag). La medida, notificada en la noche de este martes 30 de septiembre, dejó sin operador a 20 municipios y llevó a que el sindicato Sindimaestros declarara la máxima alerta.
En una circular, Jersalud informó que la notificación de Fomag se recibió a las 11:20 p.m. y que, como consecuencia de esta decisión, “se ve obligada a cesar la prestación del servicio a partir del primero de octubre del 2025 en las zonas mencionadas”.
La entidad subrayó que durante su gestión mantuvo “una disposición permanente de concertación técnica, administrativa y financiera orientada a asegurar un equilibrio justo y sostenible”, pero lamentó que no se tuvieran en cuenta elementos críticos del territorio y de la población atendida, como la dispersión geográfica y la pirámide poblacional del magisterio.
El sindicato Sindimaestros también se pronunció confirmando la ruptura del contrato y denunciando que no hubo acuerdo con Jersalud. Según su directiva, “por decisión de Fomag Nacional se terminó el contrato de cápita con Jersalud, pues no se llegó a un acuerdo contractual”.
Frente a la propuesta de atención por evento presentada como alternativa, el sindicato aseguró que la empresa prestadora informó que no continuaría en ninguna modalidad.
La situación generó un llamado urgente. “Hacemos un llamado al magisterio boyacense a permanecer en estado de alerta máxima y a participar activamente en las acciones que determine la Junta Directiva con el objetivo de defender y garantizar el acceso digno a los servicios de salud”, expresó Sindimaestros, que ya se encuentra en gestiones en Bogotá.
El sindicato pidió la intervención de organismos de control y autoridades regionales, entre ellas la Secretaría de Salud departamental, la Defensoría del Pueblo, la Procuraduría, la Contraloría, las personerías municipales y las secretarías de Educación de Boyacá, Duitama, Sogamoso y Tunja, para que se conviertan en garantes de la prestación continua de este servicio, considerado como derecho fundamental.
Desde Jersalud se indicó que habilitaron canales institucionales para orientar a los beneficiarios durante su transición. Al mismo tiempo, reiteró su disposición a dialogar con Fomag para encontrar fórmulas de atención que garanticen calidad, oportunidad y sostenibilidad.
Ambas partes coincidieron en lamentar los efectos de una ruptura que califican como abrupta. Sindimaestros señaló “la decisión arbitraria y repentina de cada una de las partes, que afectan la prestación oportuna del servicio”, mientras Jersalud advirtió que un modelo equilibrado es la vía adecuada para preservar el acceso efectivo a la salud del magisterio.
La incertidumbre crece entre los docentes y sus familias, quienes esperan que en los próximos días se defina un mecanismo que les garantice la continuidad de la atención en salud sin mayores traumatismos.
*Redactora de Boyacá Sie7e Días