Deportista, músico y brigadier ejemplar, Julián Condía dejó en la Armada Nacional un legado de disciplina y compromiso que hoy inspira a toda una generación.
*Por: Nury Vargas
El 12 de enero del 2024, Julián Fernando Condía Bello ingresó a la Escuela Naval de Suboficiales ARC Barranquilla con una ilusión desbordante: convertirse en marino y recorrer el mundo bajo la bandera de Colombia.
Apenas 18 meses después, ese sueño se había convertido en una realidad tangible, con méritos y reconocimientos que hablaron de su disciplina, entrega y vocación de serivico.
El almirante Juan Ricardo Rozo recordó que Julián “se destacó en la Armada Nacional en esa etapa en la Escuela Naval de Suboficiales en Barranquilla, por eso fue seleccionado como brigadier y eso lo alcanzan solamente los que ocupan los mejores puestos”.
Su desempeño lo llevó también a ser escogido como segundo grumete del buque ARC ‘Gloria’, entre 76 compañeros que hacían parte del crucero de instrucción.
En tierra y en altamar, Julián brilló. En la Escuela Naval sobresalió en asignaturas exigentes como navegación, comunicaciones visuales y simulación de escenarios navales.
Fue trompeta de la Banda de Guerra y representó a la institución en el taekwondo, demostrando disciplina, coraje y espíritu deportivo. A bordo del velero ‘Gloria’ se ganó el respeto de sus superiores y compañeros por su carácter y su entrega.
Su vida, aunque breve, estuvo marcada por los sueños cumplidos. Julián no solo alcanzó lo que se propuso, también dejó huella imborrable en quienes navegaron a su lado. Hoy su recuerdo se eleva como un faro de disciplina y valentía que inspira a Sogamoso, a Boyacá y a toda Colombia.
*Redactora de Boyacá Sie7e Días