Cáncer de cabeza y cuello: una alerta sobre la importancia de la detección temprana

Cada año se registran más de 630.000 nuevos casos en el mundo. Factores como el tabaco, al alcohol y el VPH elevan el riesgo de padecer esta enfermedad.

Detectar a tiempo el cáncer de cabeza y cuello puede salvar vidas. Foto: suministrada a Boyacá Sie7e Días

*Por: Nury Vargas.

El cáncer de cabeza y cuello avanza muchas veces en silencio. Sus primeras manifestaciones suelen ser tan leves que pasan desapercibidas, lo que retrasa el diagnóstico y limita las posibilidades de un tratamiento oportuno. Esta enfermedad puede desarrollarse en diferentes zonas, como la boca, nariz, garganta, tiroides o glándulas salivales, y presentarse en formas como carcinoma, linfoma o sarcoma.

A escala mundial se calcula que representa una cuarta parte de los diagnósticos oncológicos y que cada año se detectan alrededor de 630.000 nuevos casos.

Entre los factores que aumentan el riesgo se encuentran el consumo de tabaco y alcohol, la infección por el virus del Papiloma Humano (VPH), la exposición prolongada a químicos y la radiación solar sin protección.

“Según la Liga Colombiana Contra el Cáncer, alrededor del 70 % de los pacientes son diagnosticados cuando la enfermedad ya está localmente avanzada, lo que disminuye significativamente las probabilidades de una recuperación efectiva. Por ello, es fundamental fomentar la concienciación sobre los síntomas y la importancia de la detección temprana”, explica el doctor Andrés Alberto Álvarez, cirujano de cabeza y cuello adscrito a Colsanitas.

Los síntomas iniciales pueden confundirse con afecciones comunes: dolor de garganta persistente, ronquera, dificultad al tragar, pérdida de peso sin causa aparente, sangrados en boca o nariz, y llagas orales que no cicatrizan en un plazo de 15 días.

El diagnóstico se apoya en valoraciones clínicas, endoscopias, biopsias y estudios de imagen que permiten determinar la extensión del tumor. Aunque históricamente se ha asociado más con personas mayores de 50 años, los especialistas advierten que el número de casos en jóvenes ha crecido, principalmente por el impacto del VPH.

La prevención, destacan los médicos, está ligada a hábitos cotidianos: no fumar, evitar el consumo excesivo de alcohol, protegerse de la radiación solar, mantener una dieta equilibrada y acudir con frecuencia al odontólogo.

La vacunación contra el VPH en edades tempranas también puede ser decisiva para reducir la incidencia de algunos tipos de este cáncer.

La detección temprana no solo amplía las opciones de tratamiento, sino que mejora las expectativas de vida. Informarse, reconocer los factores de riesgo y atender a los primeros signos es una de las mejores herramientas para enfrentar una enfermedad que, pese a ser silenciosa, deja huellas profundas.

*Redactora de Boyacá Sie7e Días


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