Director territorial de la ADR en Tunja dice que lo suyo no es un pulso con el presidente de la entidad #Tolditos7días

Carlos Arturo Ramírez Fonseca (derecha en la foto), director de la Unidad Técnica Territorial No. 7 (con sede en Tunja) de la Agencia de Desarrollo Rural (ADR), considera que no hay un pulso entre él y la presidencia de la entidad, dado que un pulso es una puja de fuerzas equilibradas, y que para este caso el desequilibrio es brutal.

Carlos Arturo Ramírez Fonseca (derecha en la foto), director de la Unidad Técnica Territorial No. 7 de la ADR. Foto: archivo Boyacá Sie7e Días

Afirma que desde la llegada de esta nueva administración se evidenció el afán desmedido para disponer de este cargo, el cual está amparado por un fallo judicial que él está cumpliendo y donde la calificación de su desempeño ha sido de 100/100.

“Para este efecto se inició una guerra frontal en mi contra en la cual me encuentro solo, mientras que ellos cuentan con pooles de abogados, oficina de comunicaciones, todas sus dependencias y, en la territorial, cerca de 60 contratistas de servicios personales seleccionados directamente por ellos”, dice.

Agrega que, en su caso, no ha contado con un solo contratista propio de apoyo, lo que lo ha llevado a redoblar esfuerzos y asumir múltiples responsabilidades para cumplir con la misión institucional y proteger el nombre de la ADR, así como el del Gobierno del cambio.

Manifiesta que mientras él está dando la cara de frente con su queja, ellos vienen actuando bajo la figura de anónimos ante los entes de control.

“Que con sus denuncias anónimas, comentarios, acusaciones y su poder han humillado y deshonrado mi dignidad y buen nombre. Que al no pagarme la seguridad social en junio y julio pusieron en riesgo mi vida dada mi condición de salud”, señala Ramírez.

Añade que, en el anónimo que publicó este medio se vaticinó su traslado, y que pese al fuero que lo cobija, el lunes siguiente llegó el traslado como retaliación a su queja, dejando de manifiesto la desmedida fuerza de parte de ellos que ostentan el poder y ratifican de esta manera el acoso del que es víctima.

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