Se acaba la vida útil de los rellenos sanitarios y Boyacá no avanza en tratamiento de residuos #Columnista7días

Colombia enfrenta una crisis que se agudiza cada año, con el cierre de varios rellenos sanitarios y la vida útil de los existentes llegando a su fin; Boyacá está a punto de enfrentarse a una emergencia medioambiental y sanitaria que podría ser irreversible. Según el informe de ‘Disposición final de residuos sólidos-2023’, de la Superintendencia de Servicios Públicos, en Colombia se disponen cerca de 12 millones de toneladas de residuos al año en 94 rellenos sanitarios, de las cuales el 96 % se envían a rellenos sanitarios, una cifra alarmante que refleja la falta de políticas eficaces de aprovechamiento, pero sobre todo la necesidad inminente de tecnologías de tratamiento de residuos.

No se han promovido proyectos que permitan aprovechar el valor de los residuos, como la generación de energía a partir de desechos, y/o la valorización. El país sigue atrapado en un ciclo de disposición final que no solo es insostenible, sino también perjudicial para el medio ambiente y la salud pública. La falta de inversión en tecnologías innovadoras está llevando al país a una peligrosa dependencia de soluciones temporalmente viables, pero permanentemente destructivas.

Boyacá no es ajena a esta realidad; actualmente existen tres rellenos sanitarios: Relleno Sanitario Terrazas del Porvenir en Sogamoso, el cual está clausurado; el Relleno Sanitario Carapacho en Chiquinquirá, que recibe a una pequeña parte de municipios del departamento, y el Parque Tecnológico Ambiental Pirgua, que recibe a más de 130 municipios de departamentos de Boyacá, Santander y Cundinamarca, recibiendo cerca de 1.000 toneladas de residuos al día, lo que redujo su vida útil de 42 años a menos de 7 años con el crecimiento en las tasas de disposición.

¿Qué se va a hacer en Boyacá con los Residuos?

Hoy los municipios solo disponen los residuos en rellenos, los cuales son soluciones obsoletas de modelos lineales que solo postergan el problema y lo agravan con el tiempo. Es fundamental que Boyacá cambie de enfoque y deje de ver los rellenos como el lugar óptimo para eliminar el problema; es momento de empezar a verlos como una oportunidad. Los países que lideran en sostenibilidad hace varias décadas han implementado tecnologías avanzadas para la conversión de residuos en energía, compostaje y otros productos útiles, lo que no solo reduce el volumen de residuos, sino que también crea fuentes de energía renovables. En cambio, Colombia aún persiste en un modelo de manejo de residuos basado en el vertido.

La solución está en la inversión e implementación de infraestructura para las tecnologías de tratamiento de residuos. Tecnologías como la incineración controlada, la digestión anaeróbica, los procesos de gasificación y la valorización energética permiten transformar los desechos en recursos, reduciendo drásticamente el impacto ambiental. Tecnologías que generan beneficios económicos y sociales, como la creación de empleos y la reducción de la dependencia de los combustibles fósiles y una verdadera transición energética.

El agotamiento de la capacidad de los rellenos sanitarios, sumado a la falta de políticas públicas contundentes, la falta de interés político, la falta de proyectos que promuevan estas tecnologías, llevará a Boyacá al borde de una crisis sanitaria; no hay soluciones ni proyectos para el tratamiento de residuos en Boyacá, y la escasez de espacio para la disposición de residuos será la noticia que ningún municipio está preparado para recibir.

Es preocupante que, a menos de 7 años del agotamiento de los rellenos sanitarios en Boyacá, no se esté considerando la adopción de nuevas alternativas tecnológicas para el tratamiento de residuos. En lugar de seguir pensando en modelos obsoletos de rellenos regionales o municipales, como lo dictan las normas desactualizadas que hoy posee Colombia.

Esta es, sin duda, una crónica de una muerte anunciada, como en la novela de Gabriel García Márquez.    

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