La unión de la comunidad logró lo que parecía imposible: restaurar la estructura original de la capilla doctrinera de Otengá, un templo colonial que tiene más de 400 años.

El templo doctrinero de Otengá, donde se tiene la devoción de la Virgen de la O, fue restaurado por la comunidad durante casi dos años. Foto: cortesía Pedro López.
Los habitantes del centro poblado de Otengá, en el municipio de Betéitiva, no se cambian por nadie, porque con la ayuda de toda la comunidad lograron lo que parecía que solo se iba a conseguir con un milagro: restaurar en casi dos años el templo doctrinero, una capilla construida hace más de cuatro siglos en las estribaciones de las montañas boyacenses de la cordillera Oriental.
Según los archivos de la época colonial, la capilla se terminó de construir en 1620 por la comunidad religiosa de los agustinos, y en este templo se ha venerado a la Virgen de la O, ya que la encomendera Juana María de Ávalos transportó desde España el cuadro de esta advocación religiosa.
Betéitiva, donde está Otengá, se encuentra en la provincia de Valderrama, y para acceder a este centro poblado se puede llegar por un camino desde el municipio de Floresta, a una hora de Duitama, o también hay carretera por el municipio de Betéitiva, pero el tiempo de viaje es equidistante.
Este lugar es muy conocido por las romerías y actos piadosos de los creyentes en la Virgen de la O, y el 6 enero se hacen peregrinaciones a este templo doctrinero, lo mismo que el último fin de semana de agosto, en el que se tiene la tradición de un ritual denominado las 40 horas.
El equipo de restauración, integrado por el arquitecto Pedro López y el historiador Henry Neiza, explicaron que, se logró hacer la restauración de toda la infraestructura que hace parte de este templo, en al menos 900 metros cuadrados de la construcción.
“Esta capilla construida en el año de 1620 conservaba el cuerpo original y una buena parte del claustro”, precisó López.
El arquitecto dio a conocer que se hizo una recuperación de todo el templo, y este trabajo se logró gracias a la unión de toda la comunidad de Otengá, ya que estos pobladores fueron los que aportaron los recursos económicos para restaurar este templo colonial, lo mismo que la mano de obra, y siempre estuvieron presentes en todo el proceso de rehabilitación para ayudar en lo que se necesitara.
El trabajo consistió en cambiar el techo o cubierta, que ya se encontraba deteriorado por la acción del gorgojo, y de esta manera se colocó madera nueva, un material que fue aserrado en la misma región. Además, se volvió a poner el baldosín, se hizo un tratamiento a los exteriores como andenes, la canalización de aguas lluvias y se recuperó un inmueble de dos pisos donde funciona el despacho parroquial.
En esta rehabilitación, la Secretaría de Cultura y Patrimonio del departamento y la Alcaldía de Betéitiva aportaron los estudios técnicos para la recuperación, pero fue la comunidad la que proporcionó los recursos económicos, que estuvieron por el orden de los 1.500 millones de pesos.

La cubierta del templo doctrinero, construido hace más de cuatro siglos, fue cambiada en su totalidad. Foto: cortesía de Pedro López.
“La comunidad organizaba actividades para obtener recursos, todos se unían si se trataba de descargar los materiales, de ayudar con las reparaciones, y había residentes del centro poblado de todas las edades siempre colaborando”, dijo el restaurador Pedro López.
Y añadió el experto que, esta capilla estuvo a punto de ser demolida, pero que la intervención del historiador Henry Neiza, hace 23 años, impidió que se acabara con la histórica edificación.
“Hacia 1930 la comunidad había reparado la cubierta, y desde el 2019 se volvió a proponer la restauración de este histórico templo, hasta que se logró en el 2024”, puntualizó López.