Avanza la novena de aguinaldos y con emoción por el reencuentro de primos, amigos (sismo en el Pacífico), compañeros, no tan amigos, desconocidos e invitados que aceptan sin saber a quiénes encontrarán (desde el trino de la fría y fea Casa de Nariño salen ráfagas o escupitajos de fuego (amigo), y es que así son los turbulentos días de una nación, que lo tiene todo, pero que se descarriló… por los rieles de unos ineptos, abusivos, indignos y hasta malditos en sus fueros.
Atacar la majestad de los controvertidos fallos de la justicia, la cual no debiese darse unas tan largas, prolongadas e injustificadas vacacione, o mejor inmerecido descanso, a sabiendas de todo lo que hay que solucionar o por lo menos encarrilar depende de sus luces; da juego a quienes atrincherados en la magnanimidad de ser otro de los poderes, para congraciarse con alguien que también juró respetar la separación de poderes, pero que no le gustan cuando son contra sus actuaciones o los califican de indignos porque no pudieron salir del enredo que armaron -y nos metieron- en una “pelea de comadres, donde poco a poco se conocen las verdades”, pero cual lambones se quejan por la redes, y se agazapan en los barrios y sus gentes, para disimular su idiotez.
Irrespetar y dar mal ejemplo a las generaciones que se permean por la redes, por no educarnos en la manera de saber votar o participar en las bondades de la democracia y no dejarse arrastrar por calenturientas campañas o mensajes o fotos o videos o titulares o serviles por unas monedas… para luego saberse que por sus ambiciones se perratean una ciudad (Duitama) -que se venía recuperando de los estruendos de hoy ex en todo, asesores de ministerios, hijos de… y hasta adalides de la transparencia, honestidad, juventud y trayectoria. Maniqueísmo barato para gobernar, tapando así todas las falencia y debilidades que se cubren con de paño y otros adornos.
Añoramos que llegue la semana santa (o antes) del 2025 para saber qué destino, rumbo, giro, fechas y otros menesteres nos deparará el estrujarnos y comprender que esto no depende sino de nosotros, de hombres y mujeres que votando bien y acertando reviviremos a nuestra Duitama.
Y es que maldiciendo pasito no se va a solucionar nada, pero haciéndolo hasta vociferar mucho menos. Utilizando un lenguaje de sabelotodo o hijo bobo del libro gordo del pingüino Petete (o así se puede bautizar uno de los osos melosos) pues era el que enseñaba, entretenía y nos dejaba citados para la clase que viene, y eso no sucede con tan pálidos y desteñidos funcionarios o primeras líneas de quienes se dedican a querer ser los Topo Gigio de hoy, y no llegan ni a morrongos de casa.
Pero es que insistimos, tú, ellos y nosotros, que no es por el bien de unos pocos, de tener que mirarse en lo malo de lo anteriores para seguir cometiendo los mismos y peores errores (para festivales con más de 51 años o semanas culturales con más de 40) –porque fallas siempre se detectarán y corregirán- pero hay que salir a celebrar que con manipulación de poderes se van a seguir haciendo de las suyas y cual dragones recibirán aplausos, reconocimientos y más miradas matadoras, con pelambres muy extraños, y siendo asesorados por cantinflescos personajes…
Que sean días de reflexiones profundas, no pegados a leer cual cotorras lo que se vuelve una retahíla, sino que nos demos un descanso a la mente, a los sinsabores del año, a los ultrajes y perfilamientos, al corazón podrido por la envidia y carcomido por la ambición desmesurada. Mirar a los ojos, estrechar las manos y pronunciar las palabras precisas para no seguir hiriendo con o sin sangre.
Al regresar en enero, si no se dispone de otra voz, que tengamos una Feliz Navidad y nos abracemos en las peticiones al Divino Niño, Patrono, para que recarguemos en éste inmerecido descanso ¡y YA!
*Por: Ricardo Gabriel Cipagauta Gómez. @ricardocipago