El alto de El Moral, en la vereda La Germania de Tunja se convirtió en el punto más importantes para los manifestantes, que alcanzaron a tener 17 puntos de bloqueo con los que sitiaron a Boyacá.
Aunque los manifestantes aseguran que tienen derecho a la protesta, lo cierto es que los cuatro días en los que tuvieron prácticamente aislado al departamento de Boyacá del resto del país, generaron, según expertos una afectación a la economía local y regional que solo se evidenciará realmente hasta dentro de unas semanas.
Un solo reporte, el de la Secretaría de Agricultura del departamento, resume lo que ocurrió con los bloqueos durante el segundo día: “Ayer se dejaron de recoger cerca de 120.000 litros de leche en el corredor central, que comprende municipios como Tunja, Oicatá, Tuta, Toca, Motavita, Soracá y Siachoque, así como 170.000 litros en el valle de Chiquinquirá, San Miguel de Sema, Caldas y Saboyá, situación que representa pérdidas económicas por cerca 600 millones de pesos”.
A eso se suma el que solo en ese segundo día de protesta se encontraban en bodegas más de 500 toneladas de alimentos como papa, zanahoria y cebolla que son comercializadas en Corabastos en Bogotá, pero que no han podido ser trasportadas.
Y es que inicialmente fueron dos o tres puntos en los que se pusieron las barricadas, pero llegó un momento en el que se tuvieron 19 sitios con la obstrucción y hasta abusos de parte de los manifestantes que anárquicamente cometieron abusos y agresiones con las que se violó el derecho de miles de usuarios de la vía.
“Son unos atrevidos, ¿dónde está el Esmad? ¿dónde están las autoridades?, nos tienen secuestrados y nadie dice nada”, dijo el miércoles a Boyacá Sie7e Días Indalecio Villamil, conductor de un camión en el que transportaba repuestos para vehículos de carga hasta Duitama y añadió que él venía exclusivamente a descargar y regresar a Cundinamarca, pero que quedó en el bloqueo, sin traer ropa de cambio, sin plata y lo más grave, sin los medicamentos que usa, porque no venía a quedarse tres días entre el carro.
Con él coincidió Geraldine Matamoros, quien viajaba con sus tres hijos de 2, 3 y 5 años desde Villavicencio hasta Cúcuta y quien estaba desesperada pues hasta incomunicada quedó y no tenía con qué darles de comer a sus hijos.
“Fui y les clamé, les supliqué a estos miserables y antes se burlaron de mí, esto es absurdo, nosotros qué culpa tenemos o qué podemos hacer para que les bajen el precio al combustible”, recalcó la mujer.
Sin duda que el Alto del Moral, en la salida y entrada de Tunja se convirtió en el punto más importante para los manifestantes que sin ningún tipo de liderazgo o de vocería decidieron reclamar, situación que hizo más difícil el diálogo con las autoridades, pues todos querían hablar, todos opinaban y nadie daba soluciones reales.
Entre tanto, miles de usuarios de la vía pasaban las duras y las maduras, entre otras cosas, porque la manifestación se apoderó de las vías de un momento a otro, sin advertir una hora cero, como ocurre en cualquier tipo de estas protestas.
Uno de los conductores de tractomula que alcanzó a pasar en la apertura que se dio cerca de las 9:30 de la mañana del jueves, le aseguró a Boyacá Sie7e Días, que quienes estaban impidiendo el paso del resto de la ciudadanía no son camioneros agremiados a nada, sino unas personas que creyeron que con eso iban a conseguir algo y que así no es, que por el contrario lo que hicieron fue hacerles mala fama a los verdaderos camioneros.
“Claro que el precio del combustible nos afecta, pero esta gente está jugando con candela, es que un paro no se hace así, hay que definir una hora cero y ellos no lo hicieron, por eso nosotros quedamos con productos perecederos en el trancón y nos generaron pérdidas millonarias, eso a cualquiera le saca la piedra”, recalcó el camionero quien pidió la reserva de su identidad.
Niños, adultos mayores, enfermos y transportadores carga quedaron atrapados en los bloqueos, siendo el más crítico en Tunja donde el trancón se podía calcular por cientos de vehículos y kilómetros de trancón, llegando hasta Ventaquemada en un momento.
La situación fue muy tensa y como en ningún otro momento desencadenó el rechazo de las mayorías por el abuso que se estaba cometiendo hasta que la Policía tuvo que intervenir y abrir paso.
