La espera de 75 años terminó: el Atlético Bucaramanga es el nuevo campeón del fútbol profesional colombiano. El equipo ‘Leopardo’ venció en penales (6-5) a Independiente Santa Fe.

La victoria llegó en los penaltis, el Atlético Bucaramanga consiguió su primera estrella. Las calles de Bucaramanga se tiñen de amarillo y verde; hinchas y familiares se abrazan y las lágrimas se asoman en un estallido de júbilo por el triunfo del ‘Leopardo’.
En páginas doradas del club se escribirán los nombres de Fabián Sambueza, Aldair Quintana, Fredy Hinestroza, los 28 jugadores y el equipo técnico en cabeza de Rafael Dudamel Ochoa.
Ahora, el Atlético Bucaramanga se suma a la lista de campeones del fútbol colombiano y jugará la Copa Libertadores en 2025.
Ni la incesante lluvia en la capital del país impidió que el Atlético Bucaramanga conquistara ese momento de gloria que quedará en la mente de niños, adultos y veteranos. La estrella por fin se pinta de amarillo y verde. Las manos de Aldair Quintana así lo permitieron.
Con un Aldair Quintana inmenso, el Atlético Bucaramanga consiguió el triunfo mediante los penales, en un partido cargado de emociones. El arquero del equipo santandereano atajó dos cobros desde el punto blanco que permitieron el título.
El partido en Bogotá comenzó con un resultado adverso para el Bucaramanga. El equipo dirigido por Rafael Dudamel supo reponerse del gol de Hugo Rodallega con ajustes tácticos y el espíritu de lucha que caracterizó a la plantilla durante el torneo.
El empate parcial llegó gracias a Jhon Emerson Córdoba, quien definió magistralmente contra el segundo palo y silenció a casi todo el estadio Nemesio Camacho El Campín, salvo a la mancha amarilla de hinchas búcaros que estallaron de la emoción.
En el arranque del segundo tiempo, Bucaramanga demostró su coraje y tras un tiro de esquina Daniel Mosquera marcó el 2-1 para los ‘auriverdes’. Tras una extensa revisión del VAR, el central Carlos Betancur confirmó el gol que puso al frente a los dirigidos por Dudamel.
Una vez consiguió la ventaja, el equipo santandereano hizo algunos cambios para asegurar el resultado, pero sufrió no pudo mantener la diferencia. En los últimos minutos, Santa Fe se volcó con todas sus fichas al ataque y remontó el partido obligando a los penales.
Lo que luchó Bucaramanga debe quedar escrito. Tanto coraje, tanta valentía. Bucaramanga fue un equipo empeñado en ser campeón, y en el partido de vuelta en Bogotá no se dejó intimidar por nada, no le importó la lluvia torrencial ni la cancha empapada ni los penaltis, fue un equipo de oídos sordos ante la furia local, no les afectó la algarabía de los leones, al contrario, fue un equipo motivado.
Pero Bucaramanga no se iba a dejar quitar la estrella por la que tanto lucharon. En esa tanda definitiva apareció el portero Aldair Quintana para ser, como lo ha sido, otra vez figura. Cuando Millán, el defensor cardenal falló su remate, El Campín se derrumbó y toda Bucaramanga lanzó su grito eterno de campeones. Merecidos campeones.
*Con información de Vanguardia Liberal