Una visión de la Universidad Pedagógica y Tecnológica de Colombia – Carlos A Salamanca #Uptc70Años

Columna UPTC Carlos Salamanca

He tenido el privilegio de haber vivido parte del desarrollo de la Universidad Pedagógica y Tecnológica de Colombia desde el año de 1954, hasta el año 2007 cuando me retiré como exrector. 

En el año de 1954 ingresé como alumno a primero de primaria en la Escuela Anexa a la Normal de Varones de Tunja, institución académica y administrativamente anexa a la Universidad Pedagógica de Colombia. La Escuela Anexa era un centro experimental piloto donde se realizaban las prácticas de métodos de enseñanza, estrategias pedagógicas e innovaciones educativas.

Los estudiantes de la Escuela Normal realizaban entonces las prácticas docentes en nuestros cursos, como futuros maestros de talla magistral. Por ejemplo, allí conocí como practicante de sociales al doctor Jorge Palacios Preciado, posteriormente rector de la Universidad. Fueron mis profesores en la Anexa la señora María de Gómez, Campo Elías Mejía, Carlina de Samacá, Álvaro Quintero y como rector el licenciado Julio Cely Riaño, todos maestros docentes de reconocida reputación.

Por ese entonces era rector de la Universidad el doctor pedagogo Julius Sieber, a quien pude conocer en el campus de la universidad; él había llegado al país como director de la Segunda Misión Alemana quien forja para la Universidad estándares académicos y profesionales de primer nivel. Acudían a la Universidad estudiantes becados de todas las regiones del país desde Nariño, los Llanos orientales, Eje Cafetero, Antioquia, Santanderes y Costas Colombianas para formarse como profesores Licenciados que en su mayoría retornaban para enseñar en los colegios de esas regiones. 

En el año de 1952 se abrió el Colegio de Bachillerato Miguel Jiménez López como una sección adjunta a la Escuela Normal, con profesores de la Universidad Pedagógica de Colombia y era también un lugar de prácticas, de métodos de enseñanza y pedagogías de los estudiantes de la Universidad. 

En este Colegio cursé mis estudios de bachillerato desde 1959 a 1964 con profesores de las calidades y cualidades como Eduardo Barajas Coronado, Mardoqueo Santamaria, Maximino Cascante, Alfonso Suárez, Carlos Cuervo, Francisco Ortega, Gonzalo López, Alberto Moreno, Pablo Naranjo, Max Hugo Salazar y muchos otros excelentes docentes y pedagogos que posteriormente fueron mis compañeros de trabajo en la Universidad Pedagógica y Tecnológica de Colombia.

La organización académico administrativa de la Universidad, la Escuela Normal, el Colegio de Bachillero y la Escuela Anexa era una estructura cuidadosamente diseñada que facilitaba la realización de las prácticas pedagógicas y el seguimiento de las innovaciones educativas por parte de los profesores de la Universidad, los profesores de la Escuela Normal y los profesores de la Escuela Anexa. Se puede decir que se cumplía a cabalidad el objetivo de la formación de

“Maestros de Maestros” con excelentes resultados muy bien conocidos nacional e internacionalmente. En el ambiente de la Escuela y el Colegio se vivía la influencia de la formación alemana en cuanto a la disciplina, puntualidad, cumplimiento en las actividades académicas y rectitud en actividades como el ingreso las clases, las presentaciones, los desfiles deportivos, el respeto y amabilidad hacia los mayores, presentación personal. Recuerdo a compañeros del Colegio Miguel Jiménez López como el Ingeniero Hugo Arias Castellanos y el doctor Eduardo Barajas Sandoval que también fueron rectores de la Universidad.

En la década del sesenta, año 1961 se crean las carreras de Ingeniería Metalúrgica, Ingeniería de Vías y Transportes y de Ingeniería Agronómica y se le cambia el nombre a la Universidad por Universidad Pedagógica y Tecnológica de Colombia ampliado su formación a varias disciplinas del conocimiento al área de la salud, de las ciencias económicas y administrativas, y de la ingeniería en otras ramas.

En el año de 1965 mis padres, Carlos Salamanca Roa y Victoria de Salamanca me enviaron a Bogotá estudiar la carrera de Ingeniería Electrónica en la Universidad Javeriana y por sugerencia e invitación del profesor Maximino Cascante y del doctor Alberto Jiménez Sánchez directivos de la División de Ciencia de la Universidad, fui vinculado como profesor catedrático para dictar las asignaturas de electricidad y electrotecnia en la Facultad de Ingeniería en el año de 1971.

Esta oportunidad hizo que mi vida profesional se encaminara hacia la docencia como profesor instructor, asociado y titular y como docente administrativo director del Departamento de Física. Como primer decano de la Facultad de Ciencias y Matemáticas incentivé a los docentes de Licenciaturas de Química, de Biología, de Física y de Matemáticas que tenían una orientación altamente pedagógica, como debía ser, para la creación de los currículos de los programas de química, biología física y matemáticas   de la Facultad.

Cuando fui nombrado Vicerrector Académico me sucedió en la decanatura el  Ms en Física Guillermo Buitrago Rojas, quien continuo en la consolidación de esos programas, aprobación y acreditación de alta calidad. En la inauguración de esos programas asistieron el doctor Guillermo Páramo, rector de la Universidad Nacional, quien en su discurso hizo una alusión  a la presencia del águila alemana en la institución; el doctor Eduardo Posada de la comisión de sabios, el doctor Carlos Eduardo Vasco presidente de la Sociedad Colombiana de Matemáticas y otros importantes invitados.  

En la vicerrectoría se dio gran importancia a la autoevaluación y se iniciaron los procesos de acreditación de alta calidad de los programas en general de la Universidad. Se estimuló la creación de programas de especialización, maestría y doctorado inicialmente con la asistencia de universidades como la Universidad Nacional, La Universidad del Valle, La Universidad de los Andes y otras y también con universidades extranjeras.

Ejerciendo el cargo de rector de la universidad se lograron entre otras cosas las primeras  acreditaciones del CNA (Consejo Nacional de Acreditación) de  programas académicos, la certificación de los procesos administrativos por el ICONTEC, la reglamentación de la Estampilla pro Universidad por la Asamblea Departamental, los edificios del Antiguo Hospital San Rafael para la facultad de ciencias de la Salud, la construcción del edificio de laboratorios de Ciencias, la actualización de Estatuto General de la UPTC, y la creación de programas de maestrías y doctorados aprobados por el Ministerio de Educación Nacional.

La Universidad como un ente dinámico está experimentando los cambios tecnológicos y sociales del mundo globalizado y le corresponde diseñar estrategias pedagógicas e innovaciones educativas con planes que combinen la enseñanza presencial, la enseñanza virtual y la inteligencia artificial para la formación personal y social de los jóvenes docentes y profesionales.

Igualmente debe continuar haciendo investigación en las áreas de las ciencias y la ingeniería, la economía, la salud, la agronomía y veterinaria en temas que impacte de manera eficiente y eficaz las áreas de influencia de la Institución lo que redundará en la satisfacción de los boyacenses y colombianos en general.

En estas síntesis trato de resumir mi grata experiencia en la Universidad Pedagógica y Tecnológica de Colombia porque son muchos los hechos, las anécdotas, los recuerdos de esta etapa de mi vida. Estoy convencido que si la esencia de esos procesos pedagógicos y metodológicos y ese ambiente Sieberiano se recrearan actualmente, la formación de los niños y jóvenes actuales sería muy efectiva en cuanto el aprendizaje y “la formación para toda la vida”. 

*Por: Carlos A Salamanca Roa,

Villa de Leyva, octubre 4 de 2024.

-Publicidad-