La egresada de la UPTC que brilla en el firmamento de quienes han hecho descubrimientos astronómicos #Uptc70Años

Estudió Física Pura en la UPTC y ahora, como astrofísica, hizo un descubrimiento que impacta al mundo: encontró una enana marrón con una capa expandiéndose, algo que jamás se había visto.

La astrofísica boyacense Dary Alexandra Ruiz Rodríguez nació en la ciudad de Paipa. Foto: Javier Sneider Bautista
La astrofísica boyacense Dary Alexandra Ruiz Rodríguez nació en la ciudad de Paipa. Foto: Javier Sneider Bautista

La astrofísica boyacense Dary Alexandra Ruiz Rodríguez, del municipio de Paipa, ingresó a la pléyade mundial de científicos que han hecho descubrimientos astronómicos.

La colombiana, egresada de la carrera de Física Pura de la UPTC y con maestría en Física y doctorado en Astrofísica, descubrió en sus observaciones una enana marrón con una capa expandiéndose, algo que jamás se había visto.

“Yo hice un descubrimiento sorpresivo de una estrella marrón con quema de deuterio. Este objeto es el único en su especie”, precisó la astrofísica paipana.

Tanto para ella, como para sus colegas y todos los del campo, fue una sorpresa, ya que es la primera vez que se hace un hallazgo de estos y abre las puertas a nuevos conocimientos en la astronomía.

“Como yo trabajo con datos de Alma (Atacama Large Millimeter/submillimeter Array, observatorio de Chile), hay un procedimiento muy estándar que consiste en observar los discos y empezar a estudiar el polvo y el gas, que es la composición de los discos”, afirmó.

Extraer esas imágenes se llama proceso de reducción de la imagen. Cuando Dary Alexandra Ruiz Rodríguez estaba reduciendo esos datos, encontró una forma particular del gas de la enana marrón.     

Dary Alexandra es investigadora del Observatorio Nacional de Radio Astronomía de Virginia (EE. UU.). Foto: archivo particular

El observatorio Alma, con el que trabaja la astrofísica boyacense, posee el más poderoso telescopio en su especie para observar los discos.

“Los discos normalmente tienen una rotación que denominamos rotación kepleriana y tiene una forma particular. Cuando yo encontré este objeto no se parecía en nada”, explicó Dary Alexandra.

Al encontrar esa forma, pensó inicialmente que había hecho algo mal, porque eso no es normal, y entonces volvió a reducir todo. Además, consultó con su colaborador más cercano, el astrónomo argentino Lucas Cieza, quien le manifestó no saber de qué se trataba.

“Después empezamos con la rutina de preguntar a cuanto astrónomo conocíamos “¿saben qué es esto?”. Todos nos decían “no tengo ni idea”, incluso astrónomos con más de 60 años de experiencia”, señaló la científica colombiana.

Se identificó que es una enana marrón, pero el movimiento no es el kepleriano sino el de expansión, por lo que la descripción que más se adapta es que en este objeto hay una fusión interna, por un gas que se está expandiendo.

“Normalmente en una estrella sería una fusión de helio, pero como en este caso la enana marrón no alcanza a tener la misma masa y la misma temperatura que una estrella normal, entonces esta fusión es la del deuterio (isótopo estable del hidrógeno)”, precisó la astrofísica.

Una de las consecuencias de esa fusión es que empieza a aumentar la temperatura y se va expandiendo desde sus capas más internas hasta lo más externo, y como resultado hay un desprendimiento de las capas exteriores.    

“Lo que nosotros estábamos observando era esa capa expandiéndose, algo que jamás se había visto, aunque los teóricos en algún punto lo llegaron a mencionar, pero como no había evidencia, muy poco se hizo hace más o menos 50 años, pero nosotros por primera vez estamos diciendo que estamos observando una enana marrón con una capa expandiéndose”, explicó Dary Alexandra.

Ahora se podrá abrir un nuevo campo investigativo tratando de identificar objetos que sean similares a este. Esta enana marrón se encuentra en una nube molecular que se llama Ofiuco, donde hay unas 1.500 estrellas en proceso de formación.

Dary Alexandra Ruiz Rodríguez es egresada de la carrera de Física Pura de la UPTC. Foto: archivo particular

Desde los 8 años quería estudiar astronomía

Dary Alexandra Ruiz Rodríguez nació en Paipa (Boyacá), vivió siempre en el barrio Los Rosales y desde muy niña le llamaron la atención la luna y las estrellas. Cuando tenía 8 años empezó a interesarse por estudiar astronomía.

Desde kínder hasta 11 estudió en el Colegio El Rosario de Paipa y mientras cursaba el bachillerato entendió que, para llegar a ser astrónoma tenía que estudiar la carrera de Física.

“Cuando terminé el bachillerato, la única opción que tenía era estudiar Física Pura y afortunadamente la UPTC tenía esa carrera. Fui la única mujer en un grupo de más de 40 estudiantes, de los que terminamos solo cinco”, recordó.

Su interés eran las estrellas y los planetas, pero en la UPTC no había nada relacionado con la astronomía. Sin embargo, en quinto semestre de la carrera de Física Pura llegó el profesor Nelson Vera, con conocimientos en astronomía, pero en el campo de las galaxias.

Con su apoyo, logró que la Universidad abriera clases prácticamente para ella sola y la contactó con astrónomos que trabajaban en el campo de los planetas y las estrellas.

“Yo empecé a contactar profesores de otros países, entre ellos a una profesora de Arizona (Estados Unidos), Lisa Prato, y empecé a recibir clases de ella a distancia”, contó la científica boyacense.

En ese proceso tuvo que superar varias barreras, como la falta de un inglés fluido y la mala calidad del internet. La profesora de Arizona la relacionó con el astrónomo César Briceño, quien estaba en el Centro de Investigaciones de Astronomía de Venezuela.

“Él me dijo: “usted tiene talento, véngase para acá”. Él me ofreció empezar la tesis y fue mi director de tesis. No tengo certeza, pero creo que fue la primera tesis de astronomía en la UPTC”, manifestó.

Al terminar su carrera de Física Pura en la UPTC, Dary Alexandra aplicó a una beca en Estados Unidos y se fue a estudiar su maestría en Física en Phoenix (Arizona) y mientras tanto trabajaba en el Observatorio Astronómico Lowell, en Flagstaff, con ayuda de la profesora Lisa Prato.    

Al tiempo que realizaba su maestría y trabajaba en el Observatorio Lowell, la joven boyacense tomaba clases aparte para perfeccionar su inglés.

Concluida su maestría, y gracias a las publicaciones que había hecho sobre su investigación en el Observatorio Lowell, recibió varias propuestas para estudiar su doctorado y se inclinó por una de Australia, donde le financiaron su propia investigación, con la posibilidad de buscar sus propios colaboradores.

El doctorado en Australia lo obtuvo en tres años y medio, y cuando lo terminó, recibió un premio de la IAU (Unión Astronómica Internacional) como joven promesa en astrofísica.

“Para estudiar la formación de planetas hay que estudiar cómo se forman las estrellas y como consecuencia está la formación del disco y la formación de los planetas en ese disco. Mi investigación de doctorado con Alma fue sobre cómo era la evolución de esos discos en diferentes regiones y la comparación entre estrellas singulares y binarias”, afirmó la astrofísica.

Finalizado su doctorado regresó a los Estados Unidos, donde actualmente es investigadora del Observatorio Nacional de Radio Astronomía de Virginia.

Pese a sus ocupaciones, siempre está pendiente de su mamá y sus tres hermanos, y con cierta frecuencia viaja a Paipa a visitar a la mujer que le inculcó la tenacidad para abrirse camino en la vida y alcanzar su sueño de estar muy cerca de las estrellas.