En Sogamoso se construye hoy el nuevo estadio de la ciudad, una obra con una inversión de más de 40.000 millones de pesos provenientes de las regalías minero energéticas, esa obra necesariamente debe terminarse adecuadamente y será un importante equipamiento para la ciudad.
Al ver a Sogamoso en todo su conjunto, esto es, su malla vial urbana y rural, la estructura física necesaria para la seguridad, la central de abastos, la terminal de transportes o los escenarios deportivos de carácter público, podría pensarse que el estadio no era una prioridad para la ciudad.
A finales del año 2019 los sogamoseños vimos con nostalgia cómo derribaron el edificio administrativo, tal vez ese día nos dimos cuenta de que la ciudad tenía de verdad graves problemas en su infraestructura física y de servicios y, luego, con bastante estupor se hicieron públicos los contratos de arrendamiento que la ciudad tiene con particulares y que son necesarios para desarrollar la gestión administrativa a falta de un espacio físico adecuado; son más de 2.000 millones de pesos al año que se pagan de los impuestos de los sogamoseños para que pueda funcionar la administración.
Sin duda alguna es de celebrar que el gobernador Barragán hubiese dado una mirada hacia esta ciudad con la inversión del estadio, lo que no deja un buen ambiente es que justamente esos 40.000 millones de pesos hubiesen podido ser ejecutados para reparar una parte importante de nuestra malla vial, para resolver el grave problema de servicios públicos que tiene el sur de la ciudad, para construir nuestro edificio administrativo o para hacer un gran parque público abierto para la gente con canchas para todas las disciplinas.
Los administradores públicos deben hacer un tamizaje muy riguroso para que sus decisiones estén encaminadas a resolver problemas sociales, que el recurso estatal se invierta priorizando las necesidades más apremiantes y que las obras sean oportunas y generadoras de desarrollo estratégico.
Se debe terminar la obra del estadio porque definitivamente es una realidad, en el futuro deberá buscarse para ese equipamiento un uso democrático y público, además de garantizar su sostenibilidad y cuidado para que no quede en manos del olvido y a merced de la delincuencia, al mismo tiempo seguirán quedando para la ciudad los retos urgentes de sacarla del atraso en que se encuentra resolviendo los graves y urgentes problemas como los que se indicaron al inicio de estas líneas.
