El bocadillo de guayaba, un producto de tradición que une dos departamentos hermanos 

Más de 4.000 personas se benefician de la fabricación de bocadillos en los departamentos de Boyacá y Santander.

Más de 4.000 personas se benefician de la fabricación de bocadillos en los departamentos de Boyacá y Santander. Foto: archivo particular
Más de 4.000 personas se benefician de la fabricación de bocadillos en los departamentos de Boyacá y Santander. Foto: archivo particular

El reconocimiento del bocadillo, producto típico colombiano, data de generaciones de campesinos de los municipios de Moniquirá (en Boyacá) y Vélez, Puente Nacional, Barbosa y Guavatá (en Santander), que desde tiempos ancestrales han transformado la guayaba en ese alimento que hoy cuenta con el sello de Denominación de Origen protegido.

La base de este manjar es la guayaba roja, a la que después de sacarle la pulpa y cocinarla por un poco menos de una hora, la endulzan con panela o azúcar; luego, esta mezcla se pone a enfriar en grandes moldes de madera. Enseguida le añaden la tradicional capa blanca, que también es bocadillo, pero esta vez hecho con guayaba de pulpa blanca. Una delicia de principio a fin.

Disfrutar de un buen pedazo de bocadillo con cuajada o acompañado de un buen vaso de leche es una de las delicias que pueden disfrutar a diario los habitantes de esta región del país, y no solo ellos lo dicen; entre los testimonios conservados hasta nuestros días sobre el bocadillo sobresalen las notas de Antonio Nariño, quien el 27 de noviembre de 1823 escribió una carta en la que dejó evidencia de la existencia del bocadillo y lo delicioso que le parecía.

“Como estoy inmediato a Vélez, me tomo la libertad de mandar a usted, con un peón que saldrá mañana, una arroba de bocadillos y un zurroncito del célebre masato blanco para que se lo coma en mi nombre”, le escribió el político y militar a Manuel Quijano.

Preparar el bocadillo es una tradición que ha perdurado por muchos años y seguirá por muchos más, ya que los abuelos le enseñaban a sus hijos y estos a los más jóvenes. Actualmente en las provincias de Ricaurte y Vélez se cuentan con más de 100 fábricas, donde cerca del 80 % de los fabricantes aprendió el oficio por herencia familiar.

Aunque la fabricación del bocadillo ha pasado por algunos inconvenientes en los últimos años por la baja cosecha de guayaba en la región, así como el alto costo del azúcar y demás insumos para la elaboración de este manjar, líderes del sector, como Nidia Grandas representante de Asoveleños, siguen impulsando este producto.

“Invitamos a la gente para que consuma nuestros bocadillos. Cada día se hacen esfuerzos para que los productos salgan de mejor calidad y queremos que todos los colombianos prueben nuestros productos, no solo los de la región central; queremos abrir mercados internacionales para que el mundo sepa lo que es un bocadillo”, afirma Nidia.

Aproximadamente 4.000 personas dependen de la elaboración de este manjar de guayaba: desde los recolectores en los cultivos de guayaba, con los trabajadores en las industrias de la fabricación del bocadillo y en las empresas de hoja de bijao. Más del 60 % de trabajadores son mujeres y en su mayoría madres cabeza de familia.

-Publicidad-