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Cerca de 1.000 ejemplares han ingresado durante el tiempo de funcionamiento.
El Centro de Atención, Valoración y Rehabilitación de Fauna Silvestre (CAV-R) de Corpochivor, inicio labores en el año 2004. Cuenta con una capacidad para atender veinticinco (25) animales de manera simultánea, entre mamíferos, aves y reptiles de pequeña y gran envergadura, en encierros de cuarentena, pre- rehabilitación y rehabilitación final. A la fecha se han recepcionado cerca de mil (1.000) animales, los cuales ingresan por modalidades de rescate, entrega voluntaria, incautaciones, decomisos y remisión por parte de otras entidades tanto públicas como privadas.
Dentro de los individuos que han ingresado a estas instalaciones se resaltan especies como oso de anteojos (Tremarctos ornatus), puma o león de montaña (Puma concolor), ocelote (Leopardus pardalis), águila de páramo (Geranoaetus melanoleucus), águilas pescadoras (Pandion haliaetus), cóndor de los andes (Vultur gryphus), búho crestado (Asio stygius), mono araña (Ateles hybridus), mono lanudo (Lagotrix lagotricha), mono maicero (Sapajus apella), mono cariblanco (Cebus versicolor), loro frentiamarillo (Amazona ocrhocephala), guacamaya real (Ara macao), entre otras.
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Este CAV-R es el único centro de alta montaña del país, que cuenta con una jaula de vuelo en funcionamiento para culminar los procesos de rehabilitación de aves de mediano y gran tamaño. Esto ha permitido la rehabilitación completa de ejemplares de águila pescadora (Pandion haliaetus), águila de páramo (Geranoaetus melanoleucus), búhos crestados (Asio stygius), los cuales han sido reincorporados a sus hábitats de distribución natural. |
Actualmente se tiene un convenio con la Secretaría Distrital de Ambiente–SDA, para la realización de acciones necesarias a nivel médico veterinario, zootécnico y biológico, con el fin de rehabilitar un espécimen hembra de puma (Puma concolor), rescatado por dicha entidad y el Grupo de Protección Ambiental y Ecológica de la Policía Nacional, en el primer semestre del 2021.
En una primera fase se avanzó en la rehabilitación nutricional, zootécnica y médico veterinaria, dando inicio a la recuperación comportamental, enfocada a consolidar la aversión al ser humano. Este último aspecto será reforzado en una segunda fase, que se calcula de un año, al término del cual el animal tendrá los comportamientos adecuados para ser liberado en su hábitat, para que allí retome su rol natural, en función del equilibrio de los ecosistemas.