Así llegaron y gobernaron Gustavo Petro y Rodolfo Hernández a Bogotá y Bucaramanga

En octubre de 2015 Rodolfo Hernández fue elegido como alcalde de Bucaramanga para el periodo 2016- 2019, tras conseguir 77.238 votos. Por su parte, Gustavo Petro el 30 de octubre fue elegido alcalde para el periodo 2012-2015 con la mayor votación: 732.308 votos.

El panorama de los gobiernos locales de los dos aspirantes a gobernar el país.

Claro que hay enormes distancias, pero en su trayectoria sí hay una constante: la polémica durante sus períodos al frente de las alcaldías.

Para el caso de Petro, su vida ha estado atravesada por la actividad política: fue personero y concejal de Zipaquirá, representante a la Cámara, agregado de la embajada de Colombia en Bélgica, alcalde de Bogotá y senador de Colombia durante dos periodos.

Por su parte Hernández fue concejal del municipio de Piedecuesta (Santander), en 1992, pero nunca asistió ni se posesionó como cabildante. Años después, en 2016, llegó a la alcaldía de Bucaramanga pero en 2019, antes de culminar su mandato, alegando persecución política y cuando la procuraduría lo sancionó por presunta participación indebida en política, renunció a su cargo como alcalde de Bucaramanga.

Petro, por su parte, fue destituido de la alcaldía de Bogotá, a la que había accedido en 2011, tras una investigación disciplinaria por el manejo de una crisis relacionada con el sistema de recolección de basura. Sin embargo, la historia terminó con un aspecto bien distinto para él: obtuvo una victoria jurídica internacional ante la Corte Interamericana de Derechos Humanos, que ordenó su restitución como alcalde de Bogotá en 2014 y le permitió catapultarse como el líder de izquierda que se ha construido hasta hoy, según analistas.

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Hernández, está formalmente acusado por presuntas irregularidades en un contrato de consultoría sobre las tecnologías para el manejo de los residuos en el relleno sanitario de El Carrasco, en Bucaramanga, cuando era alcalde. Se ha declarado inocente.

Como alcalde de Bucaramanga redujo el gasto de la ciudad en $30 mil millones, redujo la tasa de mortalidad de 640,9 por 100.000 habitantes a 608,9 por 100.000 habitantes, aumentó la cobertura en educación primaria del 98,18% (2016) al 100,56% (2019).

Gustavo Petro a su turno, llegó con una ambiciosa propuesta social pero fue más lo que dedicó a la confrontación que a la administración. Terminó su mandato con una aprobación del 32 %. Educación, Movilidad y Hábitat, fueron los sectores donde más incumplió.

Su administración fue tensa y muchos lo calificaron como un mal gerente, que promete mucho y hace poco; de ser un gobernante incapaz de trabajar en equipo; de ser terco y obstinado, que casi siempre se salió con la suya, y hasta de déspota, como lo calificó, quien fue el director de Relaciones Internacionales de la Alcaldía de Bogotá, Daniel García-Peña, en junio de 2012.

Las cifras oficiales dejan ver que la ‘Bogotá Humana’ de Petro se caracterizó por fijarse metas retadoras, pero que cumplió a medias, a pesar de que la ejecución presupuestal de los programas más relevantes de su plan de desarrollo hubiera tenido buenos porcentajes.

*Con información de EL ESPECTADOR

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