Camas UCI y de “héroes” – #Pregones – Ricardo Gabriel Cipagauta Gómez – #Columnista7días

De seguro muchos tendremos lágrimas represadas por las víctimas de la COVID-19, que de conocer de su suerte hoy lamentamos que por imprudencias o indisciplina se hayan ido del lado de sus familias, hogares y hasta procesos en sectores productivos de la región y del país. Que haya sido por esta pandemia o por asocio con otra comorbilidad, que ya se instaló en nuestras vidas, como la endemia que así reciba vacunas o remedios ya hicieron el daño a todo nivel…

Uno de los temas conexos es resaltar a los “héroes” de la salud, en todas sus disciplinas y especialidades, mujeres y hombres que con su juramento hipocrático están en la cacareada primera línea pero que también llevan la procesión personal.

Y valga la ocasión para que los gerentes de algunas E.S.E. (incluso de algunos permeados en EPS e IPS) no sigan haciendo cálculos o compromisos politiqueros para firmar a trabajadores abnegados o grupos que solo buscan es ofrecer sus servicios sin pensar en colores desteñidos. Que las instituciones se hayan levantado con  recursos públicos no es motivo para que sirvan de caballito de batallas electoreras o conveniencias cuando vienen grandes retos.

La otra arista es la de los insumos, medicamentos, elementos, equipos e inclusive servicios públicos básicos para que funcionen los equipos tecnológicos -que ameritan unas manos expertas-, porque alguien tiene que manipularlos y saber que cada movimiento dará vida a un enfermo.

Se hacen titulares para reclamar que lleguen esos recursos y desde las instancias se hacen todos los esfuerzos y aun así el comportamiento es lamentable pensando que existe la obligación de que con soplar aparezcan botellas y resulta que todo obedece a cadenas productivas, eslabones que unidos van a formar una parte clave, vital, de esas esperanzas que con la sapiencia humana permitirá que cumplamos las tareas del Creador, que no agradecemos ni valoramos.

Ahora viene el tema transversal que es la necesidad de adaptar los espacios para ubicar las Unidades de Cuidados Intensivos (UCI), para ampliar los servicios de la capacidad hospitalaria, y eso no es para que por control remoto hagan milagros. En las UCI de Boyacá se han ido a la eternidad pacientes de otras regiones del país y en estas muchos boyacenses.

Esto no es del tamaño de los hospitales o clínicas o de las soluciones como los de “campaña” u hoteles o coliseos, es de tener una oportunidad para que con la ciencia haya una esperanza de vida, pero es con corazón que se hace, no para justificarse, salir en fotos, noticieros o redes sociales.

Ojalá dentro de un año podamos estar diciendo que los indicadores (que son los que al parecer interesan) se superaron con pruebas, vacunas, alternativas y unificando protocolos para que TODOS recibamos –cuando corresponda- la protección debida, con o sin pandemia, sino en la “normalidad” que a lo mejor descuidamos, subvaloramos y hoy anhelamos. Para regresar a esas rutinas -que nos satisfacían- urge que volvamos a mínimos de integración y ya cuando se conocerá del cronograma de las vacunaciones que obliga a una logística sin malicias, sin saltarnos el turno, sin pagar por debajo de la mesa, sin mañas o suplantando a las autoridades.

Y que no se les olvide a las EPS cumplir las disposiciones para pagar lo pactado por la atención de esos pacientes que hemos sido juicios aportando, contribuyendo o como beneficiarios, su ambición comercial no puede romper las leyes del sentido común, la ética y los mínimos.

Hoy son ya 320 días o más del virus que nos dejó marcados en la historia. Se avecinan  los días más difíciles de asumir y ser parte de la solución, pero no para quienes ya tenemos un rango de edad sino para quienes deberán asumir el rumbo de la región y el país, y eso se logra con superar cualquier tipo de ambición, personal o institucional, integrando fuerzas comunes y ahí es YA.

¿Tanta tecnología para quedar fríos en una mesa? o ser una cifra tan fría de más de 49 mil muertes de paisanos, o más de 2 millones en el mundo, que por culpa de un invasor que encontró trinchera y eco en nuestra falta de Unidad… no en torno a “Personajes” o enemigos de héroes.

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