Mi hermanito murió en la época en que el agua se mete en la casa y nos llega hasta arriba de los tobillos. Es la mejor época del año. A veces alguno de nosotros coge una peste y lo mandamos a dormir con mamá. Al principio, nos enfermábamos todos y mamá tenía que hacer ese jugo asqueroso de rábano, cebolla y tomate para curarnos. Ahora nos enfermamos menos porque no queremos volver a probar ese remedio horrible. Cuando el agua se mete en la casa, inunda todo el piso y parece que la luz se ahogara. Esa época es más oscura pero más feliz. No fue feliz cuando murió mi hermanito. Ese día yo también estaba enfermo. Mi hermanito y yo dormíamos en la misma cama y hervía. Mamá decía que era la fiebre. Mamá decía que yo también tenía fiebre pero me sentía congelado junto a mi hermanito. Después grité. Grité muy fuerte y escuché los pasos de mamá chapoteando en el agua. Grité porque mi hermanito se había convertido en un monstruo. Después me di cuenta de que no se había convertido en un monstruo sino en un saco de lombrices.
Eso fue hace tiempo. La época en que murió mi hermanito, la época del agua, siempre es feliz. El agua cubre el piso de la casa y toda la calle de enfrente hasta la entrada de la casa cural de la iglesia San José. Con mis hermanos sacamos la tina metálica en la que bañan a mis hermanos menores y la ponemos a flotar. A mamá no le gusta que hagamos eso y lo hacemos a escondidas. En cambio, al padre Rosendo le encanta vernos cruzar en la tina por el campanario. El padre Rosendo es un gran hombre y un gran cura. Aunque está enamorado de mi hermana Estrella. Mi hermana Estrella no nos cree y se pone a llorar y le dice a mamá, que se pone furiosa y nos persigue para golpearnos con el cucharón o con una olla o con el trinche de hierro para empujar el carbón; pero en la época en que el agua se mete a la casa no puede correr y nos escapamos muertos de risa. Después debemos entrar a la casa de noche y sin que se dé cuenta. Pero ella sabe que siempre tratamos de entrar por la pared de atrás, donde dice que habrá un gran ventanal. Así que nos espera y entramos los tres o los cuatro o los dos que seamos, y casi siempre alguno se lleva su coscorrón y no deja de llorar hasta que mamá nos sirve la comida. En la época en que el agua se mete a la casa, mi papá no aparece casi nunca.
Giovanni Figueroa
Nació en Sogamoso en 1980. Publicó el libro de relatos Once bajo la lluvia (Ediciones Oblicuas, Barcelona, 2018) y el libro de crónicas humorísticas Historias optimistas sobre personas con muy mala suerte (del proyecto Echemos Vaina, en 2017). Varios de sus relatos han sido publicados en Colombia y España. En 2004 recibió el primer premio del Concurso de Cuento Internacional del Club del libro en español (Naciones Unidas) y fue finalista del concurso literario Art Nalón, en Langreo, Asturias, España, en 2005. La casa de agua ganó el reconocimiento de tesis meritoria de la Maestría en Escrituras Creativas de la Universidad Nacional de Colombia.
Los escritores interesados en participar en este espacio dominical, deben enviar sus trabajos a nombre del escritor, Fabio José Saavedra Corredor, al correo: cuentopoesiaboyaca@gmail.com. La extensión del trabajo no debe exceder una cuartilla en fuente Arial 12. El tema es libre y se debe incluir adicionalmente una biografía básica (un párrafo) del autor.
Los criterios de selección estarán basados en la creatividad e innovación temática, el valor literario, redacción y manejo del lenguaje y aporte de este a la cultural regional.
Todos los domingos serán de Cuento y poesía, porque siempre hay algo que contar.