Entre el estoicismo y el maquiavelismo – Carlos David Martínez Ramírez – #ColumnistaInvitado

El filósofo Schopenhauer planteaba que para lograr la felicidad es clave conservar un equilibrio entre el estoicismo, porque para los humanos no es fácil renunciar al placer, y entre el maquiavelismo que implicaría un egocentrismo radical y una actitud desconsiderada frente a la integridad de los demás.

Otra discusión pertinente en la actualidad es la violencia generada por el desbalance entre el egoísmo y el altruismo; aunque para muchos el altruismo puro es imposible, hoy resulta pertinente que como sociedad nos cuestionemos sobre las barreras que nos hemos autoimpuesto para ser solidarios.

Analizando el comportamiento de algunas élites sociales, resulta importante cuestionar la falta de solidaridad que lleva a resultados desastrosos para toda la sociedad en el largo plazo. Si los grandes empresarios sólo buscan maximizar sus ganancias sin pensar en el poder adquisitivo de sus colaboradores, en últimas muchos pierden al imposibilitar la reactivación económica al limitar la capacidad de demanda de productos y servicios, en general.

La responsabilidad social empresarial debe empezar de adentro hacia afuera, si las personas están bien, las empresas tienen probabilidades más altas de crecimiento.

En el escenario económico, un Estado Benefactor no resulta ser una solución viable fiscalmente, pero hoy muchas agendas políticas van a tener que repensarse superando los falsos dilemas entre el bienestar posible y la estatalización radical. Hoy necesitamos a Keynes sin confundirlo con socialismo.

Como sociedad, debemos entender que la solidaridad y la cooperación ayudan a generar seguridad, ésta no se logra únicamente con la coerción y la violencia. Si ayudamos a nuestros vecinos, ellos nos ayudarán, aunque no siempre hay que esperar algo a cambio por todo lo que damos.

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