

Que es mejor despertarla que sentirla, que se reza más porque se dañe la cosecha del vecino, que porque se de la propia; que nos morimos más de envidia que de cáncer, en fin. Lo cierto es que se trata de un sentimiento propio del ser humano que en el Día de la Envidia abordamos desde la academia, desde la historia, desde la religión, desde la política y hasta con humor.
