Mujeres que inspiran, motivan, acompañan y nos fortalecen. Así de maravillosas y admirables resplandecen con luz propia las mujeres en la industria minera, desde las oficinas, en las bocaminas, en el open pit, como asesoras u operando máquinas y equipos. Cada mujer deja a su paso una “huella minera” que consuela en los momentos de escasez, alienta cuando la crisis llega, es como esa “Fe del carbonero” que no necesita verse para creer en su fuerza y en su firmeza.
Somos mujeres que sin importar el rol que nos corresponda, es decir, desde el trabajo operativo, administrativo, técnico, preparación de alimentos, suministro de bienes y servicios, seguridad, u otros seguiremos siendo “orgullosamente mineras”, capaces de aceptar los desafíos y de enfrentarlos con valentía.
Ahora en los momentos difíciles por los que la industria atraviesa hay una única decisión de las mujeres mineras, nos quedaremos, hasta el final, para defender y proteger el sustento de millones de familias colombianas y especialmente de las que habitan en nuestro departamento y dejando claro que la extracción de minerales no debe ser usado como una bandera de polarización, vergüenza o afrenta, todo lo contrario, nos quedaremos firmes, porque hemos encontrado en la industria minera oportunidades para lograr sueños y propósitos, porque es un renglón económico que sí promueve la equidad de género y la inclusión, y que a pesar de la estigmatización de esta industria, somos muchas más las mujeres que apreciamos el privilegio de haber nacido para servirle al gremio minero de Colombia.
