El cerebro manda: la neurociencia revela por qué el amor puede llevarnos a elegir mal

En el Día del Amor y la Amistad la neurociencia propone mirar más allá del flechazo y usar estrategias simples para tomar decisiones afectivas más conscientes y evitar repetir patrones tóxicos.

Expertos advierten que el cerebro puede sabotear nuestras relaciones amorosas. Foto: suministrada a Boyacá Sie7e Días

*Por: Nury Vargas.

El Día del Amor y la Amistad suele estar lleno de flores, chocolates y promesas de amor eterno. Pero esta vez, la ciencia trae un mensaje que podría romper el encanto: el cerebro —y no el corazón— es quien manda cuando nos enamoramos, y muchas veces se equivoca.

Un estudio del doctorado de Neurociencia Aplicada y Comportamiento de la Universidad de San Buenaventura, sede Bogotá, advierte que en apenas 0.2 segundos se activa una tormenta química que acelera el pulso, nubla el juicio y empuja a tomar decisiones afectivas impulsivas.

El resultado puede ser terminar repitiendo los mismos patrones y cayendo en relaciones que duelen.

“El amor es maravilloso, pero cuando la dopamina sube, la lógica baja la guardia. Entender cómo actúa nuestro cerebro es vital para no caer en las mismas trampas emocionales una y otra vez, y así comprender por qué tantas veces terminamos en relaciones tóxicas”, explica Sandra Milena Camelo, directora del doctorado.

El informe detalla que el enamoramiento activa el área tegmental ventral, el núcleo accumbens y la amígdala cerebral, tres regiones que encienden un cóctel de sustancias capaz de movernos como marionetas: la dopamina impulsa la búsqueda de placer, la oxitocina y la vasopresina fortalecen el apego, la adrenalina dispara el corazón y la serotonina regula la obsesión para evitar que todo se salga de control.

Pero hay un punto ciego: cuando esta orquesta química toca demasiado fuerte, la corteza prefrontal —la parte del cerebro que mide riesgos y consecuencias— se apaga. “El corazón late, pero es el cerebro quien decide… o se equivoca”, señala Camelo.

A esto se suman los sesgos emocionales. Idealizar a la pareja, aferrarse a lo conocido o justificar lo injustificable solo por el tiempo invertido en la relación son atajos mentales que mantienen a las personas en dinámicas poco sanas.

Además, el cerebro tiende a repetir patrones afectivos del pasado, incluso si no fueron los mejores.

Según datos del DANE, las búsquedas en Google sobre “relaciones tóxicas” aumentan hasta un 30 % en septiembre y las tasas de divorcio en Colombia han crecido un 18 % en cinco años. Para Camelo, el Día del Amor y la Amistad es el momento ideal no solo para celebrar, sino también para replantear cómo amamos.

“Estos pasos son simples, pero pueden marcar la diferencia entre repetir historias tóxicas o construir relaciones más libres y conscientes”, concluye la investigadora.

Cinco acciones simples pueden marcar la diferencia entre repetir historias dolorosas o construir relaciones sanas. La primera es dar tiempo y espacio: frenar el impulso ayuda a que la razón vuelva a tomar el control y no se decida solo desde la emoción.

La segunda es proyectar el futuro. Imaginar cómo sería la relación en cinco años permite distinguir si se trata de un sentimiento pasajero o de algo que puede sostenerse en el tiempo. La tercera es revisar la coherencia. Comparar lo que sentimos con lo que realmente vivimos ayuda a detectar idealizaciones peligrosas y mantener los pies en la tierra.

La cuarta es escuchar o otros. Amigos y familiares suelen ver con más claridad lo que nosotros pasamos por alto, y sus opiniones pueden ofrecer una perspectiva valiosa. Por último, leer las señales del cuerpo. La calma y la seguridad suelen acompañar las decisiones sanas, mientras que la ansiedad o las mariposas constantes son señales de que manda la emoción.

Este 20 de septiembre la invitación es clara: celebrar con flores y detalles, sí, pero también con autoconocimiento y equilibrio.

*Redactora de Boyacá Sie7e Días

-Publicidad-

PAUTE AQUÍ - WhatsApp 322 817 2265