
El nombre de Federico Gaviria Velásquez (foto) puede pasar desapercibido para la mayoría de los boyacenses, menos para el exsenador Plinio Olano y para el exgobernador Juan Carlos Granados, y desde luego para sus respectivas familias, a quienes ese personaje les dañó su tranquilidad y especialmente su reputación y su nombre, luego de someterlos al escarnio público tras acusarlos de ser protagonistas en un entramado de corrupción en el caso Odebrecht, al que muchos de los contradictores políticos tanto de Olano, como de Granados, le dieron una difusión masiva.
Pues resulta que, a propósito del reciente fallo de la Corte Suprema de Justicia, en el que absuelve a Olano y de paso a Granados, tras desmentir con argumentos probados al testigo estrella Federico Gaviria, el reconocido columnista de la revista Cambio Iván Serrano publicó una completa investigación que tituló ‘El pastorcito mentiroso de Odebrecht’.
En su columna, el periodista revela no solo pormenores relacionados con las mentiras del ‘testigo estrella de Odebrecht’, sino de su cuestionado pasado, relacionado también con fraudes, mentiras y engaños.
“Gaviria dijo, bajo gravedad de juramento, que Olano había recibido 500 millones de pesos a cambio de mover hilos para que Odebrecht se quedara con contratos clave: la Ruta del Sol II, la Ptar El Salitre y la vía Duitama-Charalá-San Gil. También aseguró que el excongresista había participado en reuniones con brasileños donde, según él, se habían pactado sobornos. Agregó también que Olano había sido beneficiado con el mecanismo de pagos disfrazados con contratos ficticios y fue más allá: le dijo a los investigadores que ese dinero había terminado en una campaña política… Otros involucrados en el caso Odebrecht, quienes incluso han admitido su responsabilidad en el entramado corrupto, negaron las versiones de Gaviria; entre ellos, los brasileños Luiz Bueno Jr. y Eleuberto Martorelli”, relata el columnista.
Y añade: “Otro de los salpicados por Federico Gaviria fue el exgobernador de Boyacá Juan Carlos Granados. Gaviria lo señaló como parte de un supuesto pacto para favorecer a Odebrecht en la construcción de la vía Duitama-Charalá y en la licitación de la planta de tratamiento de El Salitre. Según Gaviria, Granados ofreció respaldo político y administrativo para asegurar que Odebrecht se quedara con los contratos y, a cambio, habría recibido dinero para su campaña. Pero al revisar el expediente, la Corte estableció que el proyecto vial había sido adjudicado años antes de que Granados fuera elegido como gobernador. Ese contrato fue posteriormente liquidado y se realizó una nueva adjudicación en la que Odebrecht simplemente no participó.
“En el caso de la Ptar El Salitre, la cosa fue aún más clara. La licitación fue gestionada por una firma consultora contratada por el Banco Mundial. La Corporación Autónoma Regional (CAR), que tenía participación en el proyecto, no tenía competencia para decidir el contratista. Ni Granados ni Olano —quien también fue mencionado en ese frente— intervinieron. Los funcionarios que participaron en el proceso fueron citados, y todos desmintieron las versiones de Gaviria. Ninguno reportó presiones, ni ofrecimientos, ni reuniones sospechosas. Nadie, salvo Gaviria, dijo que ahí hubo torcido”.
Pero el columnista Serrano va más allá y revela por ejemplo que Federico Gaviria fue empleado del Grupo Aval, se desempeñó como vicepresidente del fondo de pensiones Porvenir por cerca de cinco años y que posteriormente se ocupó como vicepresidente comercial de Colombia Móvil (operador de la marca Ola), donde estuvo involucrado en la compra irregular de 50.000 celulares, que fueron adquiridos como nuevos, pero en realidad eran usados y repotenciados, lo que terminó generando pérdidas millonarias a la empresa.
“En el carrusel de la contratación en Bogotá, Federico Gaviria jugó un papel clave como intermediario de coimas. Fue señalado de canalizar un porcentaje del millonario contrato de ambulancias —alrededor del 9 por ciento—, Gaviria reconoció su participación, aceptó cargos por cohecho y fue condenado. Según la Fiscalía, él era quien se encargaba de entregar el dinero en efectivo, en cajas, en apartamentos de Bogotá. Y aunque Gaviria se presentó como testigo colaborador, el juez que condenó al exalcalde Samuel Moreno compulsó copias por falso testimonio en su contra, al considerar que no dijo toda la verdad”, relata la columna de la revista Cambio.
Y añade que, en el 2023, durante la Fiscalía de Francisco Barbosa, el cuestionado fiscal Gabriel Ramón Jaimes anunció la imputación a 33 funcionarios de la ANI. Los servidores públicos, con perfiles técnicos, están actualmente enfrentando investigaciones, y el dedo que los señala es el de Federico Gaviria.