
El lunes pasado, además de desistir de la aclaración a su fallo, el alcalde José Luis Bohórquez presentó una acción de tutela contra la Sección Quinta del Consejo de Estado, con la que pretende que se le reconozcan derechos y se deje sin efecto el fallo del pasado 12 de diciembre, para que se profiera un nuevo fallo, frente a la nulidad electoral en su contra.
Bohórquez tiene claro que, a pesar de haber interpuesto la tutela, debe salir del cargo, pero lo que espera es que, en dos, tres o hasta seis meses que puede tardar la decisión final de la tutela en primera y segunda instancia se le dé la razón.
Ahora, que si el fallo de la nueva acción interpuesta no es a favor suyo, conserva la esperanza de que la acción en sala de revisión de la Corte Constitucional sea escogida, algo que no es tan fácil, pero que han logrado funcionarios como recientemente lo hiciera el actual Contralor General de la República, Carlos Hernán Rodríguez, a quien la misma Sección Quinta del Consejo de Estado le anuló la elección, y siguiendo el mismo camino que hoy tomó Bohórquez, logró que la Corte Constitucional le revisara la tutela y le diera la razón que lo devolvió a su cargo.
La intención de Bohórquez tiene otro antecedente reciente en una alcaldía, exactamente en el municipio de Girón (Santander) donde el mandatario, al que el Consejo de Estado le había anulado su elección, tras esa revisión al fallo, tuvo que ser reintegrado a su cargo, incluso luego de que se adelantaran elecciones atípicas.
Pero la esperanza de Bohórquez no para ahí, porque si la Corte Constitucional en Colombia no revisara su fallo, pretende llegar hasta la Corte Interamericana de Derechos Humanos; nada fácil el tortuoso camino que acaba de emprender el alcalde a quien el Consejo de Estado, revocando el fallo del Tribunal Administrativo de Boyacá, le anuló la elección por doble militancia, al pedir el apoyo de un candidato al concejo que no era de su partido.
¡Finalmente, la esperanza es lo último que se pierde señor alcalde!