El grupo que capacitó el Sena estuvo conformado por cuatro hombres y 11 mujeres, algunas de ellas adultas mayores.
Habitantes de la vereda San Antonio de Duitama construyeron ellos mismos una placa huella para mejorar las condiciones viales de su sector, Nueva Frontera.
Para esto, cuatro hombres y once mujeres de la comunidad recibieron capacitación y apoyo del Sena Regional Boyacá, que mediante el Centro Minero los instruyó en preparación del terreno, en hacer una mezcla perfecta para la placa huella y en la construcción de la misma.
La arquitecta Karol Duarte, instructora del Centro Minero, se encargó de realizar los programas de formación complementaria relacionados con la placa huella en el sector Nueva Frontera de la vereda San Antonio.
El programa de ‘Construcción de Placa Huellas para Vías Terciarias’ constó de siete módulos, de 48 horas cada uno. En estos, los aprendices veían teoría y práctica.
“El Sena dentro de ese programa de formación aporta para diez metros lineales de construcción, que sería la práctica o el proyecto formativo que realizan los aprendices que están dentro del programa”, explicó la arquitecta Duarte.
Agregó que, este tipo de programas requiere como mínimo 15 aprendices de la comunidad, que estén interesados en el curso para beneficiar a su comunidad con la construcción de un tramo de placa huella.
La junta de acción comunal es la que debe solicitar el programa de formación al Centro Minero, para que se incluya en la programación del año o del trimestre y es allí donde inicia todo el proceso académico. El instructor se pone de acuerdo con la comunidad para organizar el horario que más le conviene.
“En el caso de la vereda San Antonio, la parte teórica fue de 6:00 a 10:00 p.m. y la práctica, sábados, domingos y algunos días entre semana. Durante 10 días se trabajó muy fuerte de 6:00 a.m. a 7:00 p.m. para poder terminar la obra, pues la Alcaldía de Duitama aportó para 50 metros lineales, además de los 10 metros que dio el Sena, que aportó también la mano de obra profesional para culminar los 60 metros lineales de placa huella”, explicó la instructora.
El grupo de la vereda San Antonio que se capacitó estuvo conformado por cuatro hombres y 11 mujeres, algunas de ellas adultas mayores. Todos trabajaron en la obra y contaron con el apoyo de la comunidad, que colaboró con alimentos y bebidas, y algunos ayudaron en la construcción.
“Toda la comunidad del sector se mostró muy contenta con la placa huella, porque es un beneficio para todos”, manifestaron en el Sena Regional Boyacá.
Isbelia Estepa, de 70 años y habitante del sector, dijo que fue muy gratificante participar en esta capacitación, pues no pensaba que a estas alturas de la vida volviera a tomar clases y más de arquitectura.
Ella le agradeció al Sena su apoyo, porque si no hubiera sido por esa labor, simplemente no tendrían placa huella, ya que viendo la motivación de los que hicieron el curso y la entrega total de la arquitecta Karol, el municipio también les aportó material para que quedara más grande.
“Para nosotros fue muy motivante pensar que podemos hacer cosas, no importa la edad ni el ser mujeres. Al principio me asusté, pero me animó mi hijo que es arquitecto y se ofreció a ayudarme con las tareas. Así, no falté ningún día y no me dormí, que era mi otro temor, porque yo a las 6:00 p.m. ya estoy durmiendo, pues me levanto muy temprano; eso también me hizo pensar en retirarme, pero gracias al carisma de la instructora Karol en ningún momento me dio sueño y las horas se pasaron muy rápido”, relató la aprendiz.
Agregó que, poder ayudar a su sector fue grandioso y poder decir ‘yo estuve ahí’ es gratificante, pues que trabajaron superbién y que la pasaron increíble, se unieron los vecinos y especialmente en el grupo del curso.
“Muchas gracias al Sena, no sé otras palabras para poderles agradecer inmensamente, muchas gracias por los materiales, por la arquitecta, por el tiempo que nos destinaron, por hacer esos trabajos con las comunidades”, manifestó.
Adolfo Parra, otro habitante del sector, afirmó que el curso fue muy didáctico, porque a sus 57 años y siendo transportador toda la vida, sí había andado por encima de las placa huellas, pero que no tenía ni idea cómo se hacían y todos los procesos que hay que hacer con el hierro, el concreto, las bermas y todo.
“En mi caso, me quedaba pesado porque salía de trabajar y me tocaba ir al curso, pero el esfuerzo valió la pena, la obra quedó muy bonita, se valorizaron los terreros, nos están cambiando el alumbrado público a luces LED y se ha mejorado mucho la movilidad”, recalcó.
Destacó la labor de las mujeres del curso y reconoció que trabajaron de la mano, que se sintió muy bien en el curso, ejecutando la obra como tal al lado de las mujeres. La obra se hizo en un tiempo récord de 10 días y la comunidad señaló que la arquitecta Karol es una excelente persona e instructora.
“Dios y la Virgen quieran que el Sena siga siendo una entidad muy grande, muy colaboradora, prestadora de servicios, que siga sacando muchos profesionales, gente capacitada y se sigan enfocando en la gente que vive en el campo, mejorando vías y zonas críticas, que el Sena siga muchos años más y muchísimas gracias”, indicó.
El Centro Minero informó que, para el 2025 ya se tienen previstos seis programas de formación complementaria de placa huellas: tres para Paipa y uno para Duitama, Nobsa y Sogamoso, en el barrio Monquirá.