El equipo de Eduardo Pimentel acaba de armar un nuevo escándalo que amenaza el fútbol colombiano por una especie de cartel de supuestas apuestas ilegales.
El equipo ajedrezado de Boyacá sacudió ayer un nuevo avispero, del que ya se ha venido hablando y que cada vez cobra más fuerza en torno a una especie de cartel de supuestas apuestas, que en este caso involucra a jugadores del equipo de Eduardo Pimentel.
Lo hizo anoche a través de un comunicado oficial en el que informa que recibió una información que ya está en estudio: “En virtud de una información allegada a esta institución, se está realizando el estudio de presuntas apuestas en contra del Club, por parte de unos jugadores pertenecientes a la plantilla profesional del equipo.
En virtud de lo anterior, se deja claridad por parte de esta institución, que se rechaza todo tipo de actuar en contra de los principios y las buenas costumbres del DEPORTIVO BOYACÁ CHICÓ FÚTBOL CLUB S.A., así como en contra de los contratos de trabajo y la violación al reglamento interno de trabajo por parte de los trabajadores.
Conforme a ello, una vez realizado el estudio de las pruebas allegadas, se iniciarán los procesos disciplinarios a los que haya lugar, garantizando el debido proceso de pruebas testimonios. Lo anterior se pondrá a disposición de las autoridades respectivas para que se confirmen las presuntas pruebas de apuestas en contra del DEPORTIVO BOYACÁ CHICÓ FÚTBOL CLUB S.A.”
Boyacá Chicó está en la pelea para no descender a la segunda división.
Por ahora es puesto 17, con promedio de 1.04. Y aunque no es que haya tenido un buen papel este año en las canchas, en los últimos partidos se ha venido ahondando la crisis que llevó al equipo a tener un técnico por apenas 9 días.
Ahora habrá que esperar el desarrollo de esta historia, que aunque es la más reciente, no es la única, pero que sí se suma a las que ya han hecho desde otros planteles, incluido Patriotas, el otro onceno Boyacense.