El deterioro de las carreteras del Cusiana y del Morro-Labranzagrande es de tal magnitud, que es toda una aventura emprender el viaje entre las dos ciudades, que se deben entre sí lazos históricos de hermandad.
Las precipitaciones fluviales que han caído en el piedemonte llanero han complicado el paso de vehículos, que deben sortear serias dificultades para superar el deterioro de algunos sectores que, por tierra, deberían unir a Sogamoso con los llanos de Casanare, Arauca y Vichada.
Saliendo de Yopal vía El Morro-Labranzagrande se presentan los riesgos que presenta el sitio El Viejo, donde hay continuos deslizamientos de rocas, y luego se deben sortear dificultades para tratar de llegar a la quebrada La Almorzadereña, en jurisdicción de Casanare. Toda una hazaña, en la que hay que estar preparado con mucha paciencia y valor por los deslizamientos, agrietamientos de la banca, zanjas y huecos por donde difícilmente se avanza hacia el occidente de la cordillera Oriental.
En cada curva de la carretera se desvanecen las esperanzas que fincaron los gobernadores de Boyacá y Casanare, quienes recién asumieron sus cargos, hicieron tal alboroto que, las comunidades de uno y otro lado soñaron con una carretera pavimentada antes de terminar el 2024, pero no, las cosas siguen como antes, más de medio siglo, muy complicadas.
Ante las dificultades que presenta la denominada carretera ‘alterna’, quienes deben desplazarse entre Yopal y Sogamoso se arriesgan con los ‘Uber’ piratas, que se atreven a cruzar el pantanoso paso de Los Grillos, Huerta Vieja, La Orquídea y otros, en jurisdicción del municipio boyacense de Pajarito, que penosamente avanzan al lado de una gigantesca mole de cemento y varillas, que en algunos sitios aparenta, gráficamente, una obra de Alfred Hitchcock: ‘Los fantasmas de los puentes caídos’.
A propósito, el transporte pirata está afectando a las empresas legalmente constituidas, que tienen que utilizar la vía Sogamoso-Vado Hondo-Labranzagrande-El Morro-Yopal, por la cual solo es posible enviar busetas debido a las condiciones de la carretera.
Entre tanto, no hay autoridad que haga cumplir la resolución del Instituto Nacional de Vías (Invías) del pasado 26 de junio, en la que se ordena el cierre total de la transversal del Cusiana entre Curisí y Pajarito, y tampoco avanza la solución anunciada de una carretera alterna por Pajarito para obviar el paso por el puente Chorro Blanco, que amenaza con colapsar.