
¿Sabemos de qué se trata este evento tan sonado que el día de mañana, lunes 21 de octubre, comienza con toda una diatriba de discusiones y análisis en torno a una temática de incidencia global?
La verdad no es menor: esta semana los aeropuertos del país se han visto abultados de personajes de todo el mundo, ya que se reunirá a más de 190 países en la ciudad de Cali. El Gobierno del presidente Gustavo Petro, junto a la Universidad John Hopkins, hace unas semanas llevó a cabo una socialización de lo que sería la COP 16, esto en la capital de los Estados Unidos, Washington D.C., pero recordemos que este país no hace parte del tratado, aunque el Gobierno del expresidente Bill Clinton firmó, este, como en muchos de los temas que se llevan al Congreso, NO prosperó.
En el año 2018, en la Cumbre Mundial de Acción Climática, llevada a cabo en San Francisco (Estados Unidos), Harrison Ford insistió en que “la naturaleza no necesita a la humanidad, pero la humanidad sí necesita de la naturaleza”. Sí que tiene razón el veterano actor.
Llevamos entre 10 y 12 meses escuchando y hablando de la COP 16, pero, ¿en realidad conocemos o tenemos claro qué se va a discutir entre el 21 de octubre y el 1 de noviembre en el Valle del Cauca?
Para contextualizar, debemos iniciar diciendo que esto de la COP tiene sus orígenes en la Cumbre de la Tierra, Llevada a cabo en la ciudad de Río de Janeiro (Brasil) en 1992, en donde se identificaron tres objetivos fundamentales: a.- La conservación de la diversidad biológica, b.- El uso sostenible de sus componentes, c.- La participación justa y equitativa de los beneficios que se derivan de la utilización de los recursos genéticos, conocido entonces como el convenio de biodiversidad y en torno a ello los estados miembros de las Naciones Unidas adoptaron un acuerdo jurídicamente vinculante, el cual empezó a regir un año después.
Pues bien, se celebrara la COP en su versión No. 16. COP es el acrónimo de ‘Conference of the Parties’, que se traduce al español en conferencia de las partes, en donde las partes son los Estados, las organizaciones regionales y actores no estatales que se reúnen para realizar negociaciones y adquirir compromisos sobre el medio ambiente y en especial sobre el cambio climático.
El objetivo es establecer agendas, compromisos y estudiar las acciones necesarias para conservar la biodiversidad mediante un uso sostenible de los recursos naturales.
El que Colombia sea sede de esta cumbre, es una oportunidad para resaltar la gran biodiversidad del país y ocasiona que el mundo entero se centre en Cali bajo un postulado, que propuesto por el mismo Gobierno nacional conlleva a la reflexión de “Paz con la naturaleza”, intentando buscar respuestas a ¿cómo conservar y usar de forma sostenible la biodiversidad? Casi nada, de cara al futuro.
Recordemos que el Plan de Desarrollo de este Gobierno gira en torno a dos paradigmas: el Territorio y el Agua, como ejes fundamentales de desarrollo.
En esta oportunidad se dará continuidad a los temas que en la COP 15, celebrada en Montreal (Canadá) en el 2015, consagró en el Plan de Biodiversidad los mecanismos necesarios para que nuestra actividad contribuya en el 2030 a generar condiciones medioambientales favorables y se alcance un impacto positivo sobre los ecosistemas y especies mediante el cumplimiento de 23 metas.
Los participantes adquieren compromisos y marcos de acción para conservar la diversidad biológica mediante la participación justa y equitativa de los beneficios derivados de la utilización de los recursos energéticos, tomando medidas determinantes para la protección de la diversidad ecosistémica, como la que afortunadamente tenemos en nuestro Amazonas y en nuestras tres cordilleras.
Entre los tópicos que más atención tendrá la COP 16, será la protección de la diversidad y la mitigación del cambio climático, temas que están interconectados con la actividad humana, que a hoy claramente refleja fenómenos como el de El Niño o La Niña, sufridos por lo menos en Colombia durante los primeros meses de este 2024 y que han sido constantes en otras vigencias.
La siguiente data nos pone a reflexionar: National Geographic señala que en nuestro planeta existen más de 7,7 millones de especies y el 20 % está en peligro de extinción, situación que necesita tomar medidas urgentes, como suspender la degradación de los hábitats, la sobreexplotación de los recursos y la emisión de todo tipo de gases que agravan cada día la situación del planeta.
Además, los problemas como el desabastecimiento de agua, los incendios forestales y el aumento de temperaturas son solo algunas de las manifestaciones de un territorio que enfrenta grandes desafíos por los daños que la humanidad ha ocasionado. Es crucial que tanto los Gobiernos y las comunidades trabajemos juntos para implementar políticas sostenibles, proteger los ecosistemas y adaptarnos a las nuevas realidades climáticas.
Es momento de tomar conciencia con acciones tan sencillas, por ejemplo, como apagar la luz de nuestra casa que no necesitamos, porque como señaló la premio Nobel de Paz 2004, Wangari Maathai, “la generación que destruye el medio ambiente no es la generación que paga el precio”. Ese es el problema.