Brasil acudirá a la conferencia de la ONU sobre Biodiversidad (COP16), de Cali, y a la de Cambio Climático (COP29), en Azerbaiyán, con la misma «preocupación» sobre la necesidad de financiación que tienen los países más pobres para la preservación del medioambiente.
La Cancillería brasileña confirmó este jueves que en ambas citas está prevista la presencia del presidente Luiz Inácio Lula da Silva, aunque aclararon que todavía no se han confirmado las fechas de sus viajes.
La COP16 en la ciudad colombiana de Cali será del 21 de octubre al 1 de noviembre, en tanto que la COP29 se celebrará en Bakú entre el 11 y el 22 de noviembre.
El secretario de Clima y Energía de la Cancillería, Andre Aranha, dijo en rueda de prensa que, en ambos casos, la preocupación central de Brasil pasa por la financiación que los países en desarrollo requieren de las naciones más ricas a fin de fortalecer sus esfuerzos para la preservación de los ecosistemas.
Aranha precisó que, en el caso de la COP16, la biodiversidad que se pretende proteger «está fundamentalmente en los trópicos», pero los países en desarrollo no terminan de cumplir con los compromisos de apoyo financiero para su preservación.
Según la secretaria nacional para el Cambio Climático, Ana Toni, en el caso de la COP29, Brasil aspira a que esta cita permita sentar las bases para un «verdadero cumplimiento» de asuntos ya acordados en otros foros y aún no cumplidos.
El más «crucial» es el consenso alcanzado sobre la necesidad de apoyo financiero de los países más desarrollados a los de renta baja y media que mantengan en pie sus selvas, cuyo incumplimiento llega «a poner en duda el real alcance del Acuerdo de París», dijo Toni.
Aranha también señaló que, tanto en la conferencia de Cali como en la de Bakú, Brasil abogará por «asociar» los debates de uno y otro foro, pues están «íntimamente» vinculados y deben enmarcarse en los objetivos de desarrollo y en una reforma de los modelos económicos y de gobernanza global.
Según el diplomático, existe una «discusión atomizada», sobre todo en términos de la necesidad de financiación a los países más pobres, que Brasil intenta superar desde su actual presidencia del G20, grupo que reúne a las mayores economías del mundo.
Subrayó que, en el G20, Brasil ha propuesto un debate «transversal» sobre todas esas cuestiones, que intentará reproducir en la COP16, en la COP29 y en otros foros internacionales.
Más allá del propio interés por la discusión de las cuestiones climáticas, en esta ocasión el Gobierno de Lula llegará a Bakú para recoger el testigo, en su condición de organizador de la COP30, que se celebrará en 2025 en la ciudad amazónica de Belén. EFE