Don Antonio José Rivadeneira Vargas, una vida ejemplar en el camino de su historia, entregado sin egoísmos ni reservas a sus luchas por Boyacá y sus gentes, hombre de mirada abierta y espíritu sincero, dispuesto al diálogo en defensa de sus valores, fue asertivo y respetuoso por las libertades propias y ajenas, siempre cimentó su vida en tres pilares: Dios, familia y sociedad, con principios de justicia y equidad.
Hoy el dolor por su partida nos acongoja, pero nos sentimos honrados, porque ese soñador en medio de su extensa producción literaria acompaño con la claridad de su pensamiento y sabias enseñanzas diferentes secciones y especiales de Boyacá Sie7e Días en sus páginas impresas y de igual forma desde nuestra página web con contenidos como el de la columna dominical ‘El escritor invitado’.
Hoy, precisamente en ‘El escritor invitado’, queremos rendir un homenaje póstumo, honrando su memoria, compartiendo nuevamente con nuestros lectores, esta pequeña muestra de su obra que él quiso publicar en nuestra columna el domingo 2 de mayo de 2021.
Hoy el alma Boyacense, llora la partida de Don Antonio José Rivadeneira, y abraza condolida a su familia.
Q.E.P.D.
Memoria, Gratitud y Paz del corazón – Antonio José Rivadeneira Vargas – #DomingosDeCuentoYPoesía
mayo 2, 2021
Cuando cursaba mis estudios de bachillerato en el Colegio Nacional de esta mi cara ciudad de Chiquinquirá, contiguo a la Basílica y convertido hoy en Liceo Nacional José Joaquín Casas, mi profesor de literatura, el ilustre catalán don Juan de Garganta me indujo a la lectura de una preciosa obra titulada “De la Consolación por la Filosofía”, cuyo autor Ceferino Boecio, ministro y luego víctima del emperador Teodorico, en la Prosa I del libro refiere que en la prisión se le apareció una mujer de venerable rostro y mirada brillante, de juventud inmune a la devastación del tiempo, cuya estatura crecía o se acortaba, según el ojo de quien la miraba y aunque ricamente vestida, su túnica aparecía desgarrada por las manos de los hombres insensatos que a través de siglos habían intentado verla en su admirable desnudez.
Ella era la Filosofía y desde entonces previno que nunca a ojos mortales se le permitiría contemplar a la verdad desnuda y sentencio que la vida es una lucha estrecha, en donde el vencedor no gana nunca nada.
He aquí, pues, la lección que marcó las directrices de mi comportamiento estudiantil y profesional y me incito a buscar con ansia y sin fatiga la verdad, a agradecer a Dios los logros obtenidos y a revertir a mis semejantes, siquiera algunos de los múltiples beneficios recibidos. Por ello puedo alardear que durante más de 50 años ejercí cátedra en Colegios y Universidades de este hermoso país, Colombia que tanto me ha dado, así como mi Boyacá del alma.
Desde el claustro de este mi querido Colegio adquirí predilección por las humanidades, cuyo conocimiento acrecenté con mis lecturas y luego perfeccioné en la Universidad, gracias al doctor Darío Echandía, mi profesor de filosofía del Derecho en el Externado de Colombia.
Mis coloquios con la Historia, provienen desde cuando siendo estudiante de bachillerato, el maestro Guillermo Hernández de Alba me confío el encargo de obtener el retrato de Antonio Paniagua Valenzuela y Fajardo, el cual localicé en un salón del Convento de los Padres Dominicos aledaño a la hoy Basílica de Nuestra Señora del Rosario de Chiquinquirá, allí además pude pergeñar el boceto biográfico del maestro Paniagua, que fue publicado en la Revista de la Universidad Nacional (No. 18 y 19), cuando por 1953 regente en su Facultad de Derecho la Cátedra de Derecho Constitucional.
¿Pero a que viene esta inmodesta digresión? Al orgullo y satisfacción que embargan mi espíritu por el hecho honroso y singular de que tuve el honor de instalar en nuestro querido Colegio, la placa por medio de la cual se rinde merecido y perenne homenaje a su patrono cívico, el poeta y humanista chiquinquireño, doctor José Joaquín Casas, porque hace más de cien años dio vida jurídica a la benemérita Academia Colombiana de Historia a la cual pertenecieron fuera de su fundador, el ilustre jurista Manuel María Fajardo, el historiador Guillermo Vargas Paul y a la cual pertenecemos el parlamentario Napoleón Peralta Barrera y yo.
Como oriundo de esta tierra, como hijo de ese ilustre plantel y como miembro de las academias colombianas de la Historia y de la Lengua, me inclino reverente ante la imagen de la Santísima Virgen del Rosario e impetro su auxilio por haberme permitido crecer en virtud y letras, haber servido a mi patria en todo cuanto ella es y vale, por haber contribuido a formar las juventudes en las diferentes cátedras que he ejercido y para perseguir sin pausa y sin fatiga la verdad, ya que fué en esta tierra, donde aprendí del sabio e inmortal Boecio “QUIEN QUIERA QUE BUSQUE LA VERDAD, SOLO LA HALLARA EN LA EXOTERICA PAZ DEL CORAZON”
Biografía
ANTONIO JOSÉ RIVADENEIRA VARGAS
Nació en la ciudad de Chiquinquirá, es bachiller del Liceo José Joaquín Casas ubicado en la ciudad de su nacimiento, salió egresado de la Facultad de Derecho de la Universidad Externado de Colombia.
Ha sido profesor de los colegios Gimnasio Boyacá y del Colegio Santiago Pérez de la ciudad de Bogotá. Catedrático de las Universidades Nacional de Colombia, Externado de Colombia, Católica de Colombia y Santo Tomás de la sede Tunja.
Miembro de Número de la Academia Colombiana de Historia y de la Academia Colombiana de la Lengua, Presidente de la Federación Internacional de Sociedades Bolivarianas.
Autor de varios libros y artículos relacionados con la Historia de Colombia, la vida y obra del Libertador Simón Bolívar, el Derecho Constitucional, el Derecho Indiano y varias biografías de personajes ilustres.
Los escritores interesados en participar en este espacio dominical, deben enviar sus trabajos a nombre del escritor, Fabio José Saavedra Corredor, al correo: cuentopoesiaboyaca@gmail.com. La extensión del trabajo no debe exceder una cuartilla en fuente Arial 12. El tema es libre y se debe incluir adicionalmente una biografía básica (un párrafo) del autor.
Los criterios de selección estarán basados en la creatividad e innovación temática, el valor literario, redacción y manejo del lenguaje y aporte de este a la cultural regional.