fbpx

Comunidad de Coralina, en Moniquirá, se opone a construcción de subestación eléctrica. EBSA explica el proyecto 

La comunidad prepara para este 9 de octubre una marcha pacífica en contra de la subestación.

Predio adquirido por la EBSA para construir subestacion en moniquira
Vereda Coralina, del municipio de Moniquirá, donde se proyecta la construcción de una subestación eléctrica. Foto: archivo particular

Habitantes de la vereda Coralina, del municipio de Moniquirá, están en desacuerdo y se oponen a la construcción y puesta en operación de una subestación eléctrica de 115/34,5/13,8 kV en ese lugar.

Este es un proyecto de la Empresa de Energía de Boyacá (EBSA), que, según la comunidad, el 14 de septiembre de este año invitó a los habitantes del sector a una reunión para el día siguiente en la escuela de la vereda Coralina, donde se anunciaba la construcción de la subestación eléctrica de 115/34,5/13,8 kV, “objetivos, alcance y especificaciones 

técnicas del proyecto; etapas, componentes del estudio de impacto ambiental y presentación de contratistas a cargo del estudio del impacto ambiental”.

Habitantes de ese territorio dijeron que, es la primera vez que la Empresa de Energía de Boyacá S.A. E.S.P. invita a toda la comunidad a conocer el proyecto de la construcción de la subestación en la vereda Coralina, y que este anuncio hizo que la comunidad se sintiera agredida, porque en la publicidad solo se hace mención al impacto ambiental.

“En ningún momento hicieron mención a los impactos socioculturales y económicos que afectan directamente a los habitantes de la vereda Coralina, sin tener en cuenta el artículo 79 de la Constitución Política de Colombia que consagra: ‘Todas las personas tienen derecho a gozar de un ambiente sano, la ley garantizará la participación de la comunidad en las decisiones que puedan afectarlo. Es deber del Estado proteger la diversidad e integridad del ambiente, conservar las áreas de especial importancia ecológica y fomentar la educación para el logro de estos fines’”, manifestaron residentes de la vereda Coralina.

Plano predio subestacion Moniquira ebsa
Este sería el predio donde se construiría la subestación eléctrica de 115/34,5/13,8 kV. Foto: archivo particular

Agregaron que, para la construcción de un proyecto de alto impacto para la comunidad, como es el de la subestación eléctrica de 115/34,5/13,8 kV en la vereda Coralina, se necesita de mucho tiempo, hasta años, para analizar todos los aspectos ambientales, socioculturales y económicos de las familias que van a ser impactadas con el mismo.

“El predio que supuestamente quiere adquirir la Empresa de Energía de Boyacá S.A. E.S.P., está rodeado por quebradas como La Naranja, La Zapatera y La Capona, fuentes hídricas que se encuentran en vía de desaparición, y con la construcción 

de una subestación eléctrica de 115/34,5/13,8 kV, ayudaría a la disminución de las mismas. Estas quebradas son fuente de agua para el consumo humano, ya que de ellas se surten los acueductos de las veredas de Beltrán, Coralina, El Chobo, Pantanillo y parte de La Vega. También se utilizan para las actividades agropecuarias de la región”, expresaron.  

Afirmaron que, este predio adicionalmente se encuentra ubicado donde hay concentración de viviendas, y que todos sus propietarios con gran esfuerzo y sacrificio han realizado inversiones con el fin de fortalecer sus proyectos agropecuarios, turísticos y educativos. “La subestación eléctrica y sus redes afectarían bruscamente los propósitos de cada persona, como son viviendas, instalaciones para albergar animales, cultivos, apicultura, entre otros”, señalaron. 

La comunidad recalcó que, la construcción de una subestación eléctrica y las líneas de alta tensión generan impactos ambientales significativos, ya que por una parte se produce una segmentación y fragmentación del territorio, genera alteraciones al paisaje, ecosistemas, fauna y flora, alteración a los suelos e incomodidades al entorno, y que requiere consumo de recursos naturales, generación de residuos, contaminación al aire, suelo y agua.

“Otro impacto ambiental es el uso en las subestaciones de aceites o de gases que contribuyen a aumentar el efecto invernadero o resultan muy tóxicos, como el hexafluoruro de azufre (SF6). Todos estos compuestos pueden generar gases y substancias tóxicas ante un eventual incendio”, indicaron. 

Por eso, la comunidad de la vereda Coralina llevará a cabo el próximo miércoles 9 de octubre una marcha pacífica en contra de la construcción de la mencionada subestación eléctrica.

La manifestación está prevista para las 8:30 de la mañana y el punto de encuentro es el Centro de Acopio.

La EBSA indica en qué consiste el proyecto 

La Empresa de Energía de Boyacá (EBSA) señaló que, actualmente en la provincia de Ricaurte hay 10.650 usuarios en el sector urbano y 15.176 en el sector rural.

“En el municipio de Moniquirá se registran 12.296 usuarios, de los cuales el 91 % pertenece al sector residencial, el 7 % al sector comercial y el 2 % a sectores industriales y otros”, dijeron en la EBSA.

Manifestaron que, Moniquirá recibe entre 90 y 100 solicitudes de servicio mensuales, lo que se traduce en aproximadamente 1.000 nuevas solicitudes anuales, y que esta situación pone de manifiesto la urgente necesidad de construir nueva infraestructura que pueda soportar el aumento en la demanda de energía.

Afirmaron que, además de mejorar la calidad del servicio de energía para Moniquirá y toda la provincia de Ricaurte, la construcción de esta nueva subestación permitirá a Moniquirá una conexión directa al Sistema Eléctrico de EBSA, lo que facilitará una atención más rápida y oportuna en el restablecimiento del servicio.

“Como operador de red, EBSA presentó su Plan de Expansión ante la Unidad de Planeación Mineroenergética (UPME), acorde al Plan de Inversiones ante la Comisión de Regulación de Energía y Gas (CREG) incluyendo la construcción de la Subestación Coralina 115/34,5/13,8 kV y su conexión a la línea existente de 115 kV”, explicaron en la Empresa de Energía de Boyacá.

Agregaron que, este proyecto contempla una subestación de 115/34,5/13,8 kV, con un área de construcción aproximada de 5.000 metros cuadrados, así como una línea de conexión de aproximadamente un kilómetro que se unirá a la línea existente entre Paipa y Barbosa, construida en el 2023.

“El Estudio de Impacto Ambiental (EIA) es una herramienta fundamental para la toma de decisiones sobre proyectos, obras o actividades que requieren una licencia ambiental. Este estudio es esencial para evaluar, prevenir, mitigar, corregir y compensar los impactos ambientales significativos generados por el proyecto”, precisaron en la EBSA.

Puntualizaron que, para llevar a cabo el EIA, es necesario realizar visitas de campo que permitan caracterizar la zona en los siguientes componentes: biótico (flora, fauna, ecosistemas sensibles), abiótico (paisaje, agua, suelo, atmósfera) y socioeconómico (demografía, economía del sector, aspectos culturales y acceso a servicios).

“Además del Estudio de Impacto Ambiental, se lleva a cabo un diagnóstico y prospección arqueológica en el área de estudio. Este proceso busca identificar vestigios de nuestros antepasados, y la información obtenida debe ser presentada ante el Instituto Colombiano de Antropología e Historia (ICANH). Esto asegura la protección del patrimonio cultural y el cumplimiento de la normativa vigente”, recalcaron en la EBSA.

Según la Empresa de Energía de Boyacá, las subestaciones eléctricas no atraen o generan rayos, pues están equipadas con sistemas de protección que resguardan el entorno de los efectos de las descargas atmosféricas.

“Los equipos que componen las subestaciones cumplen con los límites permisibles establecidos por la normativa. Además, la tecnología actual continúa reduciendo los niveles de ruido que pueden emitir”, aseguró la EBSA.

Sostuvo que, la frecuencia de la subestación no supera los 60 Hz, mientras que la mayoría de los equipos electrónicos operan a frecuencias más altas.

“Estudios científicos han demostrado que la frecuencia de los campos electromagnéticos de la infraestructura eléctrica, que es de 60 Hz, no causa afectaciones a la salud. Según la OMS, el rango de frecuencia considerado seguro para la salud se encuentra entre 0 y 300 Hz”, manifestaron en la Empresa de Energía.

Añadieron que, la cercanía a las subestaciones eléctricas no genera desvalorización de los predios, ya que la desvalorización puede generarse por factores como la contaminación ambiental, malos olores, desagües o falta de servicios.

-Publicidad-