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Un nombre para olvidar – Ileana Hernández Grillet #DomingosDeCuentoYPoesía

Cuento y Poesia Ileana Hernandez Grillet 1

Ella recuerda que en su casa siempre oyó que la llamaran Nena. Había nacido después de cuatro hermanos varones y con una diferencia de edad de más de cinco años con el hermano que le precedía. Creía que ese era su nombre hasta que esa certeza terminó al comenzar el primer grado y oír que nombraban en la lista a una Escolástica del Carmen Pulido Briceño. Ni siquiera pensó se referían a ella. Pero la maestra le dejó bien claro que debía decir Presente al nombrarla así. El primer día de clase le pareció que duraba más de las horas que le habían dicho. No podía esperar llegar a casa y preguntarle a su mamá si ese era en realidad su nombre y el por qué ella lo tenía. Desde ese día lo odió. Tenía seis años y por delante vendrían muchos años de humillación, de esconderse bajo el apodo de Natica que le parecía al menos aceptable. Más digno. No ofrecía de entrada rechazos, ni críticas. Sonaba hasta cariñoso.

Su paso por el bachillerato fue de una completa actitud de querer ser invisible. Llegar después de pasar la lista, aunque eso significara tener que rogarle al profesor de turno que le pusiera la asistencia después. Al conocer a alguien jamás decía su nombre real, sino su apodo de Natica. Aunque éste también le comenzó a traer problemas al popularizarse una marca de crema de leche, llamada igual. Ya en la Universidad no cambió mucho el asunto, pero estaba más proclive a contestarle con un tanto de agresividad a quien se atreviera a jugarle bromas con su nombre. Natica se sentía con un peso incapaz de llevar.

Como solución definitiva decidió que se lo cambiaría legalmente, aunque fuera un proceso largo, costoso y que según su mamá era injustificado, porque ese nombre era tradición familiar por llevarlo la bisabuela paterna, próxima a cumplir cien años. Sería una falta de respeto con la anciana.

Al cumplir 18 años decidió comenzar los trámites antes de que el papeleo para efectuar el cambio fuera más complejo. Tenía que hacerlo antes de graduarse en la Universidad o su título quedaría expedido sin remedio con el odiado nombre.

También tendría ahora que elegir por cual se lo cambiaría. Heroínas, diosas griegas, poetas famosas, políticas de renombre, todos esos nombres empezaron a barajarse en su mente. No hallaba el definitivo, el que le cuadrara y quisiera llevar por el resto de su vida. Al fin se decidió por el más simple Ana María y

comenzaron los trámites que le traerían, pensaba ella, un cambio en su vida. Al mes su abogado le dijo que debía ir al Tribunal porque el Juez, recién nombrado, quería hablar con ella. Esto era algo inusual, pero el letrado le dijo que era urgente. Se presenta el día indicado y la futura Ana María va hasta el Juzgado a la hora indicada. Luego de un rato en la sala de audiencias, el secretario la llama y la invita a pasar al despacho del Juez. Muy ceremonioso, con algo en el ceño que a ella le pareció estaba fruncido, el magistrado la invita a sentarse. Toma unos papeles sobre el escritorio y muy seguro, mirándola fijamente le dice:

—Permítame presentarme primero. Mi nombre es Escolástico López Madroño. Ahora bien, dígame señorita ¿Por qué quiere cambiarse el nombre? ¿Cuál es su empeño en cambiar de identidad?

A Natica le pareció que una nube negra la cubrió totalmente y deseó que un diluvio la hundiera hasta la más honda de las profundidades.


Biogafía: Ileana Hernández Grillet

Venezolana. nacida en Caracas un 21 de diciembre del mismo año en el cual hubo el ataque a Pearl Harbor. Abogada de la Universidad Central De Venezuela (1964) y poeta y narradora de convicción. Diplomado en Escritura Creativa I y II de la Universidad Metropolitana de Caracas. (2009 y 2010). Taller de poesía con Armando Rojas Guardia. (2014,2016). Publicaciones: 1) Historias que laten en Choroni. 16 personajes, 16 Historias 2 ediciones, Años 2012,2013). 2) Mención Concurso de Memoria Colectiva 2011 en la Bienal Ramón Palomares.3) II Edición de cuentos 2013 de FAEC (Aprende a escribir un cuento) .4) Historias que laten en El Hatillo. Cuatro ediciones (2014, 2015, 2016, 2017)) en la publicación de la revista digital Marcapasos. 5) Confinadas. Publicación digital de la plataforma Pasión País. (2020). Heptameron II. Publicación de la Fundación Fahrenheit 451 (2022). publicación virtual ganadora de la Bienal Ramón Palomares 2011. Viajera, soñadora y alumna de Historias en Yo Mayor ( 2021)

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