Cuando José Benigno Perilla Piñeros concibió el proyecto de realizar un evento para mostrar las potencialidades de su departamento y proyectarlo fortalecido económica, institucional y culturalmente, no se imaginó que este sacudiría las fibras más sensibles de los boyacenses. Comenzó a trabajarlo apenas se posesionó como gobernador, en enero de 1995. Lo incluyó en su Plan de Desarrollo “Todos por Boyacá”. Consideró que el escenario ideal para ejecutarlo era Corferias en la capital de la República, donde la mayor colonia de habitantes es la boyacense.
—Lo que yo pensaba llevar a cabo era algo parecido a Expoagro.
Junto con sus asesores investigó las distintas exposiciones que se efectuaban en Boyacá. Le llamó la atención Expoboyacá, organizada por la Cámara de Comercio de Tunja. Contactó a sus directivos y les propuso realizar el certamen en Corferias. La respuesta fue negativa. Entonces les pidió que le prestaran el nombre del evento a la administración seccional para llevarlo a cabo en el mencionado lugar. Tampoco tuvo éxito en esta pretensión.
Sin resultado alguno tocó las puertas de otras organizaciones vinculadas a los sectores productivos de Boyacá para lograr apoyo a su iniciativa.
Transcurrió 1995 sin que se lograra un avance significativo en el proceso de concreción de aquel proyecto. Él y los integrantes de su equipo de trabajo se propusieron realizar una reforma a la administración seccional y, en consecuencia, le dieron prioridad a esta en sus agendas de trabajo.
A comienzos de 1996, elaborada ya la reforma, como mandatario boyacense inició una serie de reuniones semanales con sus asesores para diseñar un plan de acción y trazar el cronograma de la citada exposición. En desarrollo de estas, producto de una lluvia de ideas, apareció el nombre de “Boyacá en Corferias”. Poco a poco el proyecto se fue consolidando.
En febrero o marzo de aquel año, visitó al presidente de Corferias, Hernando Restrepo Londoño, para plantearle la iniciativa. La acogida fue plena desde el primer momento. A este le pareció interesante y atractivo el evento, pues por primera vez se mostrarían allí todas las facetas de un departamento.
A pesar de la receptividad de Restrepo Londoño, surgió el inconveniente de la congestión de eventos en ese recinto ferial no solo para lo restante de ese año sino para el primer semestre del siguiente. La posibilidad más cercana apareció para comienzos de agosto de 1997. Aunque distante en el tiempo, el gobernador formalizó la reserva en el calendario de eventos de Corferias.
De inmediato asignó a los asesores de la Unidad de Procesamiento Tecno Político, integrada por José Gómez, Carlos Arturo Olano y Giovanni Celis, la responsabilidad de buscar caminos para concretar aquel sueño. Hubo claridad en el sentido de que en el evento debería mostrarse el trabajo de los diversos sectores productivos de Boyacá, lo institucional y las manifestaciones culturales autóctonas.
Sobre la fecha de realización, amigos y allegados le manifestaron al gobernador que ese ya no era el momento apropiado para una ejecutoria semejante. Le recalcaron que, como mandatario de los boyacenses, para entonces, ya tendría el sol a las espaldas y, debido al debate electoral correspondiente, el aparato burocrático de la administración seccional, conformado en su mayoría por funcionarios de carrera administrativa, estaría más interesado en saber quién sería el próximo mandatario que en respaldar sus iniciativas. A pesar de estas advertencias siguió adelante.
José Benigno consideró fundamental la participación en el evento de todos los municipios. En consecuencia, instruyó a sus asesores para que se estableciera como objetivo básico la asignación de un stand para cada uno de los 123 poblados boyacenses. Este era un reto complicado. Para enfrentarlo, él y sus asesores encontraron una herramienta óptima: los Módulos de Atención Provincial, MAPS, organismos de desconcentración administrativa que su gobierno acababa de crear en cada una de las provincias y que estaba dirigido por un profesional encargado de coordinar el trabajo de los funcionarios del departamento en la respectiva jurisdicción territorial.
Los MAPS eran orientados desde Tunja por dos coordinadores: Jesús Dueñas y Mauricio Campos; este último fue reemplazado en marzo de 1997 por el arquitecto Samuel Ramírez. Ellos se encargaron de hacer el seguimiento de las metas asignadas a los directores, quienes, no sin esfuerzo, consiguieron que los alcaldes tomaran la decisión de participar en el certamen.
Como ninguna entidad ni gremio del sector privado asumió la organización del evento, el gobernador y sus asesores, luego de estudiar distintas alternativas, acudieron al Fondo Mixto de Cultura de Boyacá, organismo sin ánimo de lucro, con personería jurídica, autonomía presupuestal y capital proveniente de los sectores público y privado. Su junta directiva aceptó el reto y encomendó a la directora de ese entonces, Luz del Carmen Montoya, asumir la tarea de manejar esa feria exposición.
Por el préstamo del escenario y la provisión de la logística correspondiente, Corferias aplicó las tarifas vigentes. No hubo rebaja alguna. Para responder por estas obligaciones económicas, los organizadores acordaron que Corferias elaboraría la boletería, recaudaría el ingreso por concepto de entradas y lo abonaría al valor de los servicios señalados; el cobro de los stands a los expositores estaría a cargo del Fondo de Cultura de Boyacá.
En junio de 1996 el Gobernador y sus asesores comenzaron la tarea de concretar la participación de los expositores.
—El esquema de este certamen era diferente al de las ferias que se organizaban en Boyacá. Casi un año antes comenzamos a realizar el censo de los artesanos y emprendedores del departamento. Los contactamos, los motivamos y hasta los capacitamos en la prospección de sus negocios, en la elaboración de sus portafolios y en la promoción publicitaria de sus productos —recuerda José Gómez Acosta.
En desarrollo de esta tarea, los organizadores observaron que los artesanos y emprendedores se entusiasmaban con la idea de participar, pero cuando les advertían que debían pagar los costos de desplazamiento a Bogotá y el valor del stand, se desilusionaban y manifestaban su incapacidad de asumir aquellas erogaciones.
Los alcaldes de la mayor parte de los municipios acusaron el mismo problema.
Los organizadores no se desanimaron y continuaron adelante en su labor. Perilla entendió que era importante conseguir recursos para subsidiar a muchos artesanos y emprendedores, lo mismo que a los funcionarios de los municipios encargados de atender los stands. Comprendió, así mismo, que era necesario promocionar el evento a través de los medios de comunicación.
Para el subsidio de los stands de un buen número de artesanos y emprendedores pidió la colaboración del ente administrativo que manejaba la región centro oriente del país, denominaba CORPES Centro Oriente, cuyo director ejecutivo, Cristian Buitrago Rueda, asignó inicialmente $150 millones y luego, $100 millones más.
El subsidio de los stands de los municipios lo solicitó al director general del Servicio Nacional de Aprendizaje SENA, que para entonces era un boyacense, Rafael Ramírez Zorro, hermano del gerente del evento, Fabio; los dos nacidos en el municipio de Chinavita.
Respecto a la promoción del certamen, el gobernador realizó una peregrinación por las oficinas de los directores, gerentes y salas de redacción de los distintos medios de comunicación en Bogotá. Lo recibieron los hermanos Hernando y Enrique Santos Montejo, en ese momento director y editor respectivamente del diario El Tiempo; Ricardo Londoño, gerente de RCN Radio y directivos y periodistas de El Siglo, La República, Caracol Radio y Caracol Televisión; los directores de El Espectador. Lo entrevistaron muchos periodistas, entre ellos Juan Gossaín y Dario Arismendi, directores de los Noticieros Nacionales de RCN Radio y Caracol Radio, respectivamente.
A los asesores de la Unidad de Procesamiento Tecnopolítico se les sumaron a finales de 1996 Gustavo Quevedo Álvarez, secretario de Planeación del departamento; Óscar Gutiérrez Molina, secretario de Hacienda; Humberto Ávila Arciniegas, asesor del despacho y Fabio Ramírez Zorro, Asesor Especial en Bogotá. Mas tarde, en enero de 1997, se sumaron Pablo Emilio Cepeda, jefe de Control Interno Disciplinario; Leopoldo Arévalo, y Tito Antonio Huertas Porras, asesor del despacho. En abril de 1997, Fabio Ramírez Zorro pasó de asesor especial en Bogotá a Gerente de Macroproyectos y de inmediato el Gobernador lo designó gerente de Boyacá en Corferias.
Desde comienzos de julio de 1997, el Gobernador y sus asesores iniciaron las tareas de coordinación y ejecución del montaje de los stands.
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Desde el primer momento se evidenció la acogida del público. El seis de agosto, apenas se inició la operación de las taquillas comenzaron a formarse largas filas. Tal tendencia fue creciendo momento a momento.
A las 10 de la mañana se abrieron las puertas del recinto. En la plazoleta de banderas de esa vitrina ferial, el alcalde de Bogotá, Paul Bromberg y el gobernador Perilla Piñeros presidieron una ceremonia que protocolizó el despegue del certamen.
Mas tarde, en el auditorio principal, ante una nutrida asistencia de expositores e invitados especiales, Perilla Piñeros pronunció el discurso de inauguración, en el cual dejó claro el propósito del certamen. “No hay mejor oportunidad ni escenario más propicio para este efecto que el evento que hoy nos convoca. “Boyacá en Corferias” es un llamado de sangre, de estirpe y hermandad que hacemos a todos los colombianos en general y a los boyacenses en particular; es una invitación a compartir valores, experiencias, realizaciones y logros”, dijo en tono pausado pero aseverativo.
Al día siguiente, siete de agosto, desfiló, por los pabellones y vías internas de Corferias, una multitud que impresionó a los organizadores y a los directivos de la corporación. Los contadores automáticos de los torniquetes de acceso registraron una asistencia de 30 mil personas, cifra récord para un solo día en la historia de aquel lugar de exposiciones. Dada la sorpresiva demanda de entradas fue necesaria la reimpresión de boletería. Durante los cinco días, la asistencia superó las cien mil personas.
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José Benigno Perilla Piñeros, gestor y ejecutor de la primera versión de Boyacá en Corferias, nació en Somondoco, se graduó como maestro en la Normal del Salitre de ese municipio, ejerció como docente en Almeida y Puerto Boyacá, luego adelantó el ciclo superior en la Normal de Tunja. Se trasladó a Bogotá en donde, mientras ejercía la docencia, estudió derecho en la Universidad Gran Colombia, institución en la cual también realizó una especialización en Derecho Agrario. Irrumpió en la política. Durante su tránsito por esta fue diputado a la Asamblea de Boyacá, Representante a la Cámara y Gobernador del departamento. Después de ejercer la gobernación cursó una especialización en Derecho Ambiental en la Universidad del Rosario en Bogotá.
Como Gobernador alcanzó los siguientes logros: Recuperación de la Cuenca del rio Chicamocha; creación de la Fundación Ecológica Lago de Tota, Ecotota; creación del Centro Integral de Rehabilitación en predios del antiguo Hospital Psiquiátrico de Tunja; creación de la Promotora de Microempresas de Boyacá, Productividad; impulso de la creación del Canal Regional de Televisión, Teveandina; creación del Programa Departamental de Bandas de Música Estudiantiles; creación de los Módulos de Atención Provincial; terminación e inauguración de la Plaza Real de Tunja; gestación e iniciación del proyecto de construcción de la Carretera Transversal de Boyacá o vía paralela a los oleoductos Otanche-Chiquinquirá-Miraflores-Monterrey; realización de los Juegos Campesinos y las Jornadas culturales; reforma administrativa como camino hacia el fortalecimiento institucional y organización y realización de los Campeonatos Mundiales de Ciclismo.
Sobre este último certamen, José Benigno Perilla ha dicho:
—Los Campeonatos Mundiales de Ciclismo los consiguió Miguel Ángel Bermúdez Escobar, a todo señor todo honor, pero el desarrollo lo hicimos nosotros.
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La espina dorsal de la primera versión de Boyacá en Corferias la constituyó la muestra manufacturera. Participaron 542 expositores pertenecientes, unos a la gran industria, otros a la mediana, muchos a la pequeña y, la mayoría, a las micro y famiempresas. Dentro de la gran industria se hicieron presentes Acerías Paz del Rio y Hornasa; de las medianas acudieron, entro otras, las carroceras de Duitama, con su promotor Armando Gutiérrez Acevedo (AGA) a la cabeza; dentro de las pequeñas, micro y famiempresas resaltaron las de Tunja, Duitama, Sogamoso y Chiquinquirá, pero, por lo menos dos o tres representaron a cada uno de los 123 municipios boyacenses.
Curiosamente el stand de Acerías Paz del Rio tuvo que ser subsidiado, ya que esta factoría atravesaba dificultades financieras y estaba al borde del cierre.
Además de la parte productiva, allí se mostraron diversas manifestaciones culturales. Dentro de estas se destacaron: la exposición de 126 obras escritas por autores boyacenses; el salón con 250 obras pictóricas; presentación de 50 agrupaciones musicales, 46 grupos de danza, tres de teatro, 10 de tradición oral; la actuación de bandas musicales de por lo menos 20 municipios y de un sinnúmero de conjuntos musicales en la plazoleta de banderas y, también, los bailes con reconocidos grupos musicales durante las distintas noches del evento.
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Inusitada acogida tuvo el pabellón de la gastronomía boyacense, el cual debió ser montado a última hora y de urgencia porque el presidente de Corferias tenía prevenciones frente a este. Argumentaba que allí no se disponía de infraestructura para montar un pabellón especial de comidas típicas. El gobernador se obstinó en lograr la apertura de este y, tras mucha insistencia obtuvo la autorización del montaje de un puesto de comidas manejado por el restaurante Brasas y Brasas de Duitama. Luego consiguió la apertura de más stands de gastronomía típica.
—Pude convencer al doctor Restrepo Londoño diciéndole que la mayor parte de los productos comestibles iban a llegar procesados —evoca José Benigno Perilla.
Cuando faltaba tan solo una semana para el evento, el Gobernador y sus asesores viajaron a Bogotá para lograr la participación de restaurantes típicos boyacenses.
—Inicialmente fuimos a Tunjuelito y luego al sector de las Américas. Hablamos con varios empresarios de la gastronomía boyacense y se le midieron —cuenta José Benigno Perilla.
Pero, además de los alimentos elaborados con anticipación en diversos municipios, en las mismas instalaciones de Corferias se prepararon comestibles autóctonos como los alfondoques y las melcochas de Miraflores. El alcalde de esa localidad y los funcionarios del Módulo de Atención Provincial de Lengupá instalaron en uno de los patios del recinto ferial un trapiche y construyeron una enramada. En el primero molieron la caña y extrajeron su jugo. En la segunda, sobre un fogón, montaron un fondo gigante de cocción en donde a altas temperaturas el jugo se convirtió en estos deliciosos dulces. La caña de azúcar allí utilizada tuvo que ser llevada desde la localidad cundinamarquesa de Villeta.
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Las fiestas bailables realizadas durante el evento se convirtieron en citas multitudinarias. Se llevaron a cabo en el segundo piso de uno de los pabellones, que, según los directivos de Corferias, tenía una capacidad de 10 mil personas.
Durante los cinco días desfilaron las orquestas: Kubandé, Jorge Velosa y los carrangueros, los Tupamaros, Guayacán Orquesta, el grupo de rock Humo, los Alfa Ocho, la orquesta cubana original de Manzanillo y Joe Arroyo.
El último día del certamen se presentó un espectáculo musical en la plazoleta de banderas con la participación del Binomio de Oro, los hermanos Zuleta y Jorge Velosa; en esa oportunidad también intervino el declamador costumbrista El Indio Rómulo.
Inicialmente la programación solo incluía orquestas boyacenses y Jorge Velosa y los carrangueros como agrupación estelar en varias presentaciones. No obstante, dada la acogida lograda en las dos primeras noches, los organizadores se vieron en la necesidad de actuar con rapidez y contratar otras orquestas.
José Benigno Perilla recuerda que una de esas noches, tal vez la del siete de agosto, cuando la fiesta ya estaba prendida y el recinto se encontraba totalmente repleto, apareció el jefe de seguridad de Corferias para decirle que se había recibido una información según la cual un artefacto explosivo había sido colocado allí y que, en consecuencia, era necesario evacuar de inmediato el pabellón.
—Me dijo que se debía desocupar el salón en 10 minutos. Entonces le respondí: “en ese tiempo es imposible sacar a la gente. Que Dios haga su santa voluntad, pero aquí nos quedamos”.
A los 20 o 30 minutos regresó el funcionario y le manifestó al gobernador que luego de una búsqueda exhaustiva se había concluido que todo había sido una falsa alarma.
Dos días después, en la presentación de Joe Arroyo y Jorge Velosa, el duelo de salsa y carranga, el jefe de seguridad de Corferias apareció de nuevo para advertir que no podía ingresar una persona más porque el salón estaba repleto y la placa de concreto del piso podía colapsar.
Los organizadores atendieron la instrucción, pero las casi tres mil personas que estaban haciendo fila para ingresar protestaran airadamente. Unas se retiraron del lugar y otras permanecieron fuera del salón.
—Casi hay “bonche” —recuerda Perilla Piñeros, para quien estos bailes fueron un espacio de reencuentro de los boyacenses y un momento de disfrute pleno—. Todavía tengo en mi cabeza el recuerdo de ver bailando a Jaime Castro. Él no se perdió ningún día. Le faltó llevar maleta para dormir allá. Imagínese. El tipo estuvo feliz.
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El presentador y animador de los bailes y de los espectáculos fue Ramiro Dueñas, oriundo de Guayatá, quien estaba vinculado como locutor de planta a la cadena básica de RCN en Bogotá.
—Yo necesito a Ramiro Dueñas para que me acompañe en el evento —le dijo José Benigno Perilla a finales de abril de 1997 a Ricardo Londoño, presidente de RCN Radio, cuando lo visitó en su despacho para solicitarle colaboración en la promoción y difusión de Boyacá en Corferias.
—Tranquilo, cuente con Ramiro para lo que necesite y aquí le damos todos los permisos para que lo acompañe —le respondió el ejecutivo radial.
En efecto, del 6 al 10 de agosto Ramiro Dueñas, comisionado por RCN Radio, estuvo a disposición de los organizadores de este evento boyacensista.
Le impresiona recordar la acogida que tuvieron los bailes.
—Se batió el récord de asistencia para este tipo de eventos en una noche. Toda la gente que acudió no pudo entrar. Entonces muchos, sobre todo los esmeralderos, ubicaron sus camionetas alrededor de Corferias y con los equipos de sonido a todo volumen danzaron hasta las tres o cuatro de la mañana.
El último día, el domingo 10 de agosto en las horas de la tarde, Ramiro fue el encargado de presentar el espectáculo artístico de clausura en la plazoleta de banderas, el cual estuvo a cargo de los hermanos Zuleta y Jorge Velosa.
—La presentación de los hermanos Zuleta fue emotiva, porque los dos, Poncho y Emilianito, estudiaron en el Colegio Boyacá de Tunja. Por su puesto la actuación de Jorge Velosa fue apoteósica.
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En uno de los pabellones de Corferias fueron ubicados los stands de los municipios. En nueve metros cuadrados se exhibió su representación institucional, productiva y cultural.
Cada localidad se hizo presente con sus insignias (bandera y escudo), videos sobre el paisaje, frutos más representativos, artesanías y producción gastronómica. De esta última se destacaron: las colaciones de Arcabuco, las cucas y polvorosas de Chita, las mogollas de Guayatá, las arepas de Ramiriquí, las almojábanas y pan de yuca de Paipa, las mantecadas de Boavita y El Cocuy, los chicharrones de cuajada de Somondoco, los plumeros y cotudos de San Mateo, los dátiles y limones de Soatá, el sabajón y las conservas de feijoa de Tibasosa, los dulces de Belén, los bocadillos y panelitas de Moniquirá, las empanadas de mora de Floresta, las génovas de Corrales, los dulces de Socha, el arequipe de papa de Úmbita y los besitos de novia de Villa de Leyva, entre otros.
En ese mismo espacio los artesanos mostraron sus destrezas: los de Belén trabajando el esparto y convirtiéndolo en sombreros; los de Ráquira amasando la arcilla y convirtiéndola en ollas, materas, y hasta estatuas religiosas; los de Duitama haciendo tejidos a mano; los de Monguí tejiendo gualdrapas en telar vertical; los de Chiscas, Úmbita, Pesca, Nobsa y Güicán tejiendo ruanas y cobijas de lana en telar horizontal.
La comunidad U´wa no faltó en esta cita. Desde la reserva de El Chuscal, jurisdicción de Cubará, representantes de esta etnia viajaron hasta Bogotá y mostraron en el stand de ese municipio sus artesanías y el aceite de la palma de seje que allí producen. No fue fácil el desplazamiento desde esa zona fronteriza con Venezuela. Fuera de lo dispendioso del viaje, el vehículo en el cual se transportaban sufrió un aparatoso accidente; por fortuna, sus ocupantes resultaron ilesos y los productos que llevaban solo tuvieron daños parciales.
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El pabellón más visitado fue el de las esmeraldas. En un artículo titulado “Boyacá en Corferias: una ventana al mundo”, publicado en el libro “Boyacá, historias y destinos”, se lee: “Las interminables colas para ingresar justificaron que los visitantes pudieran apreciar las que son consideradas las esmeraldas más bellas del mundo, extraídas de las minas del occidente boyacense y del municipio de Chivor”.
Se afirma que “en Colombia nunca se había efectuado una presentación de tal naturaleza. Allí fueron exhibidas esmeraldas únicas en el mundo por su tamaño, brillo y preciosidad, pertenecientes a colecciones privadas o a muestras que periódicamente se realizan exclusivamente en Europa y Asia”.
Igualmente se explica que “al pabellón de la esmeralda se ingresaba por un socavón artificial construido con el apoyo y asesoría del SENA y de la entidad estatal Mineralco. Ciertamente, se experimentaba la sensación de estar dentro de una mina. De allí se pasaba a un sector en donde se cortaban y pulían las esmeraldas, procesos estos desarrollados por manos expertas y calificadas. Ahí se iniciaba la exposición propiamente dicha. Esmeraldas de diversas formas y tamaños aparecían sugestivamente colocadas en vitrinas adaptadas para la ocasión”.
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Y el ciclismo, deporte en el cual Boyacá ha descollado en el país y en el exterior, se hizo presente. El Gobernador consideró que dentro de la programación debía incluirse un acto en el cual se entregaran menciones de honor a las figuras rutilantes del ciclismo boyacense. Sus asesores celebraron la idea, pero uno de ellos propuso que esa ceremonia protocolaria se realizara luego de que se hiciera un ciclopaseo por alguna vía destacada de Bogotá. La idea fue acogida con entusiasmo y los organizadores iniciaron de inmediato la tarea de concretar el proyecto.
Fueron invitados los pedalistas boyacenses que habían ganado vueltas a Colombia y competencias internacionales. El recorrido se inició en Usaquén, tomó la carrera séptima hacia el sur, bajó por la calle 34, llegó a la carrera 30 y se dirigió a las instalaciones de Corferias.
José Benigno Perilla llegó al punto de partida con el propósito de saludar a quienes habían atendido la invitación y acompañarlos en bicicleta una distancia corta. Por eso apareció en sudadera y tenis. Allí estaban, entre otros, Roberto “Pajarito” Buitrago, Rafael Antonio Niño, Miguel Samacá, José Patrocinio Jiménez, Fabio Parra Pinto, Israel Ochoa, Genaro Soler; Édgar “Condorito” Corredor, Cristóbal Pérez, Miguel Sanabria y Graciano Fonseca.
Al ver juntos a tantos campeones, el gobernador se sintió intimidado, se dirigió a su paisano del Valle de Tenza, Roberto “Pajarito” Buitrago, primer boyacense en ganar la Vuelta a Colombia.
—Campeón, yo voy a ir en un vehículo, detrás de ustedes.
—No gobernador, usted nos tiene que acompañar. Miguel Samacá le trajo una cicla para que haga el recorrido y ya se la tiene lista.
—No, pero es que hace más de 20 años que no monto en cicla.
—No se preocupe, nos vamos despacio.
—Bueno, los acompaño hasta donde aguante.
Comenzaron a cubrir la ruta tomando las precauciones del caso y transitando por el costado derecho de la calzada.
El gobernador recuerda que:
—Unos metros después de la calle 100, en una pendiente les dije: “Hasta aquí llega Perilla”. De inmediato Rafael Antonio Niño me tomó del galápago y de ahí en adelante hubo relevos para empujarme. Llegué muerto a las instalaciones de Boyacá en Corferias. Presidí la ceremonia de entrega de los pergaminos de reconocimiento por representar a Boyacá en las carreteras de Colombia y el mundo. Después “Pajarito” Buitrago nos invitó a almorzar en su restaurante “El Campeón”, situado cerca de Corferias.
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Martha Edith Palacios de Perilla, sicopedagoga, oriunda de Tibasosa, en su condición de primera dama del Departamento se constituyó en soporte definitivo de la realización del evento.
Además de acompañar a su esposo en los actos centrales, atender a personajes ilustres y divulgar los programas adelantados por su despacho, en la práctica manejó las relaciones públicas del certamen, labor en la cual contó con el apoyo de la Oficina de Prensa de la Gobernación dirigida en ese momento por el comunicador social Héctor Salinas Castellanos.
De otra parte, se apersonó del seguimiento del bienestar y atención a los artesanos y funcionarios de los distintos municipios, cuyos gastos de desplazamiento y hospedaje fueron asumidos por la organización del certamen.
Su atractiva personalidad, espíritu dinámico y dulce trato con las personas fueron características definitivas en su aporte al éxito del evento.
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¿A qué se debió el éxito de la primera versión de Boyacá en Corferias? Todo parece indicar que fueron cinco los factores determinantes de esta masiva acogida. Primero, la profusa promoción en los medios de comunicación; segundo, la efectiva acción de los Módulos de Atención Provincial; tercero, la irrestricta y numerosa respuesta de los emprendedores boyacenses; cuarto, la entusiasta vinculación de las colonias boyacenses residentes en Bogotá, y quinto, el impetuoso liderazgo del Gobernador Perilla Piñeros.
En cuanto a la promoción a través de los medios de comunicación, el grupo Ardila Lulle, sin duda, llevó la delantera, pues a través de la asignación de un cupo publicitario de Cerveza Leona de $30 millones, suma que al decir del comunicador Ramiro Dueñas Pinto, “era un platal”, pautó con generosidad en las emisoras de RCN de Bogotá y Boyacá, la cuña de invitación al evento.
Los Módulos de Atención Provincial, MAPS, garantizaron la participación de los artesanos y de las alcaldías.
—En Boyacá en Corferias se observó que los MAPS, como instrumentos de desconcentración administrativa, le permitieron al gobierno seccional actuar en cascada, vale decir, que se transmitió en forma rápida, efectiva y fidedigna las decisiones o instrucciones del nivel directivo de la administración —dijo en octubre de 1997 el entonces asesor del Gobernador Tito Antonio Huertas Porras.
Con relación a la irrestricta y numerosa participación de los empresarios, en el libro “Testimonio de una gestión” (1997), en el artículo titulado “Boyacá en Corferias, una ventana al mundo”, se lee: “Ante la crisis generalizada que vive el país, los empresarios boyacenses consideraron que sí, efectivamente, el gobernador podría tener razón en que ese certamen era la alternativa acertada para abrir mercados nacionales e internacionales y porque vieron en el evento un espacio ideal para patentizar su esfuerzo, poner a prueba la calidad de sus productos, buscar credibilidad entre las entidades financieras, al igual que reclamar incentivos oficiales. La empresa privada apoyó el certamen porque la propuesta era coherente, estaba bien sustentada y, sobre todo, había sido planteada de manera sugestiva”.
Respecto a las colonias de boyacenses radicados en Bogotá, estas actuaron como instrumentos de transmisión de entusiasmo para provocar la asistencia al recinto ferial.
—Debido a las difíciles condiciones de orden público que vivía el país, muchos boyacenses residentes en Bogotá desde hacía tiempo no habían podido volver a su terruño para abrazarse con sus familiares. Los directivos de las colonias vieron en “Boyacá en Corferias” una oportunidad de reencuentro de las gentes de este departamento y por eso se organizaron para apoyar con entusiasmo el evento —apunta José Benigno Perilla.
Con respecto al liderazgo del gobernador, en el ya referido libro “Testimonio de una gestión” (1997) y en el mismo artículo aparece la siguiente referencia: “Pero, más allá de cualquier circunstancia coyuntural, el éxito del certamen se debió, sin duda alguna, a la capacidad ejecutiva, al espíritu emprendedor y al carácter resuelto del gobernador José Benigno Perilla Piñeros. Él concibió la idea y sus asesores la perfeccionaron y la jalonaron. La decisión de sacar adelante este proyecto sin gastar un solo peso del erario departamental fue suya. No le importaron obstáculos iniciales como los dos intentos fallidos de lograr la conformación de un comité mixto para organizar el certamen; tampoco lo desanimó el fracaso en la búsqueda de un operador privado. Directamente asumió el mando de la organización. Fueron jornadas fatigantes con muchas noches de desvelo, las que le demandó la organización de este certamen”.
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Pero si el éxito de “Boyacá en Corferias” sorprendió a todos, una vez terminó el certamen, la explosión de reconocimientos a los organizadores dejó perplejo a todo el mundo. No es usual que, en Boyacá en particular y en Colombia en general, se valoren las ejecuciones de los administradores públicos y menos si estos han ejercido la dirigencia política.
Ante el arrollador impacto de “Boyacá en Corferias” en los distintos medios de comunicación se divulgaron comentarios elogiosos al certamen. Además, al despacho del gobernador llegaron centenares de mensajes felicitándolo por ese significativo logro.
El 12 de agosto de 1997, dos días después de haber culminado el evento, el periódico Boyacá Siete Días, bajo el título “Lo mejor que le pudo ocurrir a Boyacá” editorializó al respecto. “Quien haya visitado la exposición de Boyacá en Corferias no dudará un segundo sobre la validez del titular que se le ha colocado a esta nota editorial”, señala el escrito.
Agrega: “Y es que, seguramente, muchos de quienes no estuvieron van a dudar cuando escuchen ese balance presentado por los encargados de promover y organizar el evento. Pero es cierto, ‘Boyacá en Corferias’ sobrepasó los pronósticos y los cálculos más optimistas, como fue reconocido por cada uno de los expositores y quienes visitaron los diferentes pabellones y módulos”.
Finaliza diciendo que: “Fue, repetimos, lo mejor que le pudo ocurrir a Boyacá en momentos de crisis como los actuales y en momentos en que el país necesita de optimismo y de ganas de salir adelante. Fue una soberbia demostración de la capacidad, el empuje y la pujanza del pueblo boyacense. Fue un evento que nos hizo sentir muy orgullosos de nuestro pueblo, de nuestro pasado, de lo que somos, pero, por, sobre todo, de lo que podemos hacer.
En este último aspecto radica la importancia de la empresa que se ha logrado. Unidos, con optimismo, orgullo y fe, los boyacenses podemos lograr cosas mucho más grandes”.
Las comunicaciones recibidas por el Gobernador provinieron de distintos sectores de la comunidad boyacense.
Los integrantes de los gremios productivos del departamento se pronunciaron a través de distintos voceros.
El presidente de los confeccionistas de Boyacá, Nelson Ramiro Espíndola Roa, destacó: “Si bien nuestro objetivo era hacer presencia en dicho evento, nos ha quedado una extraordinaria experiencia, nos ha creado la confianza y la fe que podemos llegar a mercados importantes y nos ha permitido medir nuestro verdadero potencial. Eventos como estos nos dan el apoyo que necesitamos los industriales de la confección en el departamento”.
El ingeniero Álvaro Riaño Cano, su esposa, Alicia Alonso de Riaño y sus hijos; Óscar, Adriana y Ana María, todos vinculados al complejo industrial de Maguncia en Sotaquirá, le manifestaron: “Reciba usted, su señora Marthica y su equipo de Gobierno una cordial y efusiva felicitación. Ya hemos mostrado la cara de Boyacá ante Colombia y los colombianos en esta fabulosa feria exposición. Usted ha desterrado la politiquería de la Gobernación. Así es como se hace patria y se pasa a la historia. Como boyacenses no nos queda más que agradecer tan noble y altruista gestión en favor de nuestra tierra. Un abrazo de admiración y amistad”.
El gerente de la empresa editorial “Luna Nueva S.A”, el excongresista Guillermo Mendoza Dávila le manifestó: “La presente no tiene otro objeto que el de felicitarlo por el impresionante certamen que acabamos de presenciar en el encuentro ‘Boyacá en Corferias’ y en el que con inmenso orgullo participamos como expositores. La demostración de organización y apoyo al sector productivo del departamento, a las más variadas manifestaciones culturales y artísticas, pero fundamentalmente a la intensificación del fervor por nuestra tierra, dejan sin duda un excelente sabor que debe abonarse a su gestión. Eventos como este deben institucionalizarse ya que son motores importantísimos para las actividades generadoras de riqueza, empleo y cultura para nuestro Boyacá”.
Las organizaciones cívicas igualmente se pronunciaron. El Club Rotario de Tunja, a través de su presidente, Rafael Fonseca Borrás y del secretario, Miguel Alberto Ulloa, le expresó: “El Club desea manifestarle su complacencia por el éxito obtenido durante la pasada feria de Boyacá en Bogotá. Conocemos que usted estuvo no solamente al frente para lanzar la idea, sino para que su desarrollo y su organización lograran la meta propuesta. Es nuestro deseo resaltar las personas que hacen bien a nuestro departamento y que trabajan para su progreso. Felicitaciones señor Gobernador”.
El poeta y periodista boyacense Juan Castillo Muñoz le escribió: “Imborrable la impresión ocasionada por el éxito de la magnífica muestra ‘Boyacá en Corferias’. Ella puso en evidencia la imagen tangible de un departamento vital, creativo, convencido de sus valores y cultor de sus raíces más profundas (…) La imagen que Boyacá reveló a colombianos y extranjeros es de verdad estimulante y enorgullecedora. Gentes de todas las procedencias exhibían con orgullo lo suyo, creado por sus propias manos, su imaginación, su inteligencia, su voluntad de trabajo. Fue una jornada insuperable de civismo y convicción boyacensista”
El dirigente político y empresario Germán Riaño Cano le hizo llegar al Gobernador Perilla el siguiente mensaje: “Reciba efusiva felicitación por formidable éxito. ‘Boyacá en Corferias’ constituye afortunado remate tu acertada gestión como gobernante excelso de nuestra tierra”.
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Después de esta primera versión de Boyacá en Corferias se llevaron a cabo dos más: la segunda en 1999, bajo la administración del gobernador Eduardo Vega Lozano y la tercera en 2013, durante el gobierno de Juan Carlos Granados Becerra. En estas se volvió a sentir el llamado de la sangre y la estirpe boyacenses.