Este aprendiz, pensionado de Acerías PazdelRío, sigue capacitándose para ser cada día mejor en su trabajo como soldador.
Héctor Horacio Amaya García tiene la misma edad del Sena y a sus 67 años no deja de capacitarse en lo que más le gusta y con lo que logró sacar adelante a su familia: la soldadura.
Aunque ya está pensionado, después de trabajar en Acerías PazdelRío, este boyacense, nacido en Socha, pero criado en el municipio de Paz de Río, actualmente realiza el curso de Técnico de Soldadura en Trazado y Corte en Lámina, Perfiles y Tubería, que ya está por concluir.
“En Acerías PazdelRío me forjé como soldador. Tengo mi señora, una buena mujer, que me ha apoyado en todo y ha estado al tanto de las cosas; tengo tres hijos, todos profesionales, cada uno en su arte, cada uno trabaja independiente y realiza la labor que estudió”, cuenta este modelo de aprendiz del Sena Regional Boyacá.
Tras pensionarse en Acerías PazdelRío, durante un tiempo se dedicó a conducir una buseta de su propiedad, pero luego la vendió. Por esos días conoció a una ingeniera que le propuso trabajar haciendo furgones y camiones, labor a la que está dedicado desde hace seis años.
En este nuevo trabajo se dio cuenta de que le hacía falta el proceso TIG, porque les llegaba mucho elemento en acero inoxidable y no había gente para hacerlo.
“Ahí es donde uno ve que hay una posibilidad en el mercado que falta por explotar. Debido a esto decidí hacer el curso en el Sena y para mí ha sido de gran ayuda. Tengo mis máquinas y paralelo al estudio, desde cuando estaba en la empresa o con la buseta, tengo mi taller donde yo hago ornamentación”, dice Héctor Horacio.
Pese a que siempre ha tenido trabajo, no le ha tocado fácil. Asegura que gracias al Sena es que ha salido adelante, pues ha recibido muchos cursos de soldadura desde que inició a trabajar. Hoy se capacita en soldadura TIG, que utiliza un electrodo de tungsteno que no se consume durante el proceso, y en soldadura MIG, que utiliza un electrodo de metal que sirve como material de relleno para la soldadura y se consume durante la misma.
Amaya García afirma, con orgullo, tener la misma edad del Sena, 67 años, durante los cuales ha hecho diferentes cursos en la entidad, especialmente en soldadura y otras especialidades, que le han servido para complementar su labor, como en diésel, dibujo técnico y electricidad.
“No necesito ser ‘el ducho’ en estas ramas, pero sí tener unas nociones, algo de conocimientos y qué mejor que el Sena”, manifiesta.
En su casa en Sogamoso, donde además funciona su taller, con su esposa tienen un pequeño jardín, porque también hizo el técnico de Producción Agrícola hace varios años. “Va todo a la par, porque de todo se necesita saber”, recalca Héctor Amaya.
Desde los 18 años empezó a comprar su herramienta y puso su taller, el que poco a poco ha ido dotando con las máquinas que necesita, siempre dedicado a la soldadura, aplicando las diferentes técnicas que ha ido aprendiendo con el tiempo.
“Yo me preparo no solo por aprender, también lo hago por el bienestar de mi salud, porque estudiando se me olvidan mis enfermedades y nunca es tarde para estudiar, la edad es lo de menos, entonces yo sí los invito al Sena porque ofrece mucha oportunidad, tanto de empleo como de preparación y de tecnificarse en cosas que con el tiempo uno puede hacer”, señala este aprendiz, quien vive convencido de la importancia de aprender y superarse.
En su taller trabaja todo lo que tiene que ver con soldadura: ornamentación, parales de carrocerías, recuperación de diferentes elementos metálicos, andamios, techos y todo lo que tenga que ver con este oficio.
“Los invito a que me visiten, a que conozcan mi taller. Estoy en la carrera 12 No. 46-106, barrio Sucre, frente al barrio Las Marías”, dice Amaya García.