Las carreteras que comunican a Casanare con Boyacá están cerradas por deslizamientos; más de 2.000 familias lo perdieron todo por la furia de las aguas que anegaron sus viviendas y cultivos; dos víctimas fatales por las lluvias, más otros reportes de áreas que están a punto de colapsar generan una situación de emergencia humanitaria.
El Comité Departamental de Gestión del Riesgo, ampliado con alcaldías municipales, decidió declarar el Estado de Calamidad Pública en Casanare por los daños causados a raíz de las fuertes precipitaciones de los últimos días, en una temporada de lluvias que apenas comienza, pero que ya deja un saldo dramático de afectaciones en las carreteras, de cuatro puentes deteriorados, numerosas viviendas en ruinas, cultivos y animales domésticos perdidos, plantas purificadoras de agua fuera de servicio y la vida de muchas personas en riesgo porque se aferran a salvar sus pertenencias.
Desde la administración municipal de Yopal se informa que se han emprendido intensas labores, en las que equipos de profesionales de Gestión del Riesgo se desplazan a los diversos sectores afectados por las inundaciones, producto de las fuertes lluvias, especialmente en las veredas San Pascual, El Morro, La Niata, Barbascos, El Amparo, La Manga, Quebradaseca y otras áreas rurales afectadas por la creciente de los ríos Cravo Sur y Charte.
En Támara hay seis familias afectadas por deslizamientos en la vereda Cruz Verde, Barro Negro y el casco urbano. También se reportan emergencias en los municipios de Pore y Paz de Ariporo. En Pore, cinco hogares del casco urbano fueron asistidos, tras sufrir pérdidas en sus enseres debido a inundaciones.
En Orocué se ordenó el monitoreo permanente del caudal del río Meta, que regularmente en las fuertes temporadas de lluvias produce inundaciones en las áreas urbanas y rurales, dejando como resultado cientos de damnificados.