Los ladrones aprovecharon el fin de semana para hurtar los instrumentos, que se encontraban en la sede de la academia en la ciudadela La Bendición.

Un poco más de 100 niños que reciben clases de música llanera, ahora no lo podrán hacer, porque los ladrones entraron a la sede donde funciona la academia y se robaron, además de todos los instrumentos, los trajes típicos y el material didáctico.
El robo ocurrió en uno de los sectores populares de Yopal, en la ciudadela La Bendición, donde residen centenares de familias de muy escasos recursos económicos y donde los niños pocas actividades de entretenimiento pueden lograr, por falta de sitios de recreación y estudio.
Con el propósito de darles a los niños del lugar una oportunidad, el maestro José Satoba, con la ayuda de muchos ciudadanos, logró conseguir arpas, furrucos, bandolas, capachos, trajes típicos y otros elementos didácticos, con los que inició la academia Joropo y Tradición, con tal éxito que, en el torneo El Garcero del Llano, realizado recientemente en Yopal, lograron importantes figuraciones y triunfos, con niños que van de los 5 a los 11 años.
Este lunes, cuando el maestro Satoba llegó a la sede de la academia se encontró con la sorpresa de que les habían desocupado el lugar, con todos los implementos, utilería y las ayudas académicas con las que se educan en las bellas artes 120 niños, hijos de familias que residen en una zona de depresión económica.
Los niños y niñas que llegan a la academia, además de recibir formación musical, también alimentan sus mentes con temas culturales, pedagógicos, espirituales, deportivos y sociales.
Los ladrones aprovecharon el fin de semana y, seguramente en las horas de la noche, lograron forzar unas entradas y llevarse sillas, arpas, cuatros, maracas, vestidos, sombreros, ventiladores, el filtro de agua, el equipo de sonido, paquetes de fichas para juegos de los niños, material didáctico, témperas, marcadores, balones y libros, entre otras cosas.
Ángela Monroy, profesora de la academia, dijo con tristeza que no sabe de la suerte de los 120 niños, que residen en la ciudadela La Bendición y en inmediaciones de la invasión de La Fortaleza, infantes que no tienen alternativas de formación pedagógica, por el costo de los instrumentos y la falta de profesores especializados en pedagogía musical infantil.