
Cada cuatro años suele ocurrir en la mayoría de los municipios del país que llegan profesionales a ocupar cargos del nivel directivo a la administración, cuyo nombramiento obedece al trabajo político en campaña, a recomendados de congresistas, diputados y a uno que otro concejal, sin querer mencionar lo que ustedes ya se imaginan… Estos nuevos funcionarios, la mayoría sin ninguna formación en la parte pública, llegan con ínfulas y vanidades a querer cambiar el mundo, y en ese afán, a culpar a los funcionarios de planta de los problemas heredados de las anteriores administraciones, sin razón o evidencia alguna que pueda probar las presuntas acusaciones. En ese tránsito hay un acoso laboral lleno de atropellos, en donde desconocen la experticia de años de trabajo. Pero lo que no se imaginan es que están siendo evaluados por su actitud y carácter, y casi siempre los resultados son: profesionales sin experiencia y conocimiento del sector público, pero, eso sí, engreídos y arrogantes.
Señores secretarios de despacho y asesores, tomen las cosas con calma y actitud positiva, sean humildes, lleguen con mente de principiantes a aprender del manejo del Estado y en el mismo contexto aprovechen esa oportunidad que les da la vida, para que se empoderen de la administración pública y adquieran las competencias comportamentales que les ayude a escalar otras instancias en la vida laboral; permítanme recordarles que son aves pasajeras y que están en cargos de difícil nombramiento y fácil remoción; los trabajadores de planta son seres humanos, que gozan de unos derechos y que cumplen unos deberes que están en la Constitución y la ley.
Finalmente, alcaldes, tengan precaución además con los aduladores, zascandiles y ujieres, estos personajes no les dejan ver la realidad, son sujetos que están en la primera línea de la administración por ser amigos cercanos, pero por falta de aptitudes profesionales los convierten en unos auténticos lambones que dañan la imagen de ustedes.