La comida y la educación – Carlos David Martínez Ramírez #Columnista7días

Columnistas 7 dias Carlos David Martinez

El conocimiento sobre la comida y las destrezas para preparar y consumir adecuadamente los alimentos son cuestiones críticas para la adaptación humana.

Recientemente Colombia vivió con alegría que un grupo de niños haya sobrevivido alrededor de cuarenta días en la selva después de un accidente aéreo, ciertamente su conocimiento ancestral sobre las frutas del bosque amazónico fue clave para su supervivencia.

Claramente las relaciones con la comida no se limitan únicamente a la supervivencia, una alimentación balanceada y apropiada para cada tipo de metabolismo se correlaciona con un desarrollo evolutivo saludable y con la prevención de diferentes tipos de enfermedades.

También se reconoce la importancia de ciertos alimentos en diferentes rituales, así como la evitación de algunos esporádicamente (mediante ayuno) o por prohibiciones radicales de su consumo.

Desde la transmisión de conocimientos culinarios de una generación a otra, hasta en la enseñanza de técnicas de cocina en procesos educativos formales o de entrenamiento profesional, la educación tiene diversas relaciones claves con la comida.

En un sentido, digamos, filosófico, se esperaría encontrar coherencia entre las creencias y los hábitos alimenticios; por ejemplo, otrora los filósofos vivían (y comían) de acuerdo con sus creencias; se festejaba hedónicamente si se creía que era lo correcto, o se experimentaba la alimentación con austeridad si eso era lo que marcaban las ideas predominantes de una escuela particular.

En la actualidad, la industria alimentaria ha desdibujado lo que se entendía como una alimentación saludable algunas décadas atrás, por ejemplo, al eliminar fibra natural para agregarlas posteriormente de manera artificial en algunos procesos productivos. Eso no significa que el pasado era mejor en todos los escenarios.

De esta manera, la enseñanza de buenas prácticas culinarias puede incluir educación financiera, agronómica y agrícola, medioambiental, e incluso socio-política si se piensa en temas como el uso del suelo.

Como suele ocurrir en países con tanta desigualdad como el nuestro, la educación gastronómica varía muchas veces dependiendo del poder adquisitivo de cada grupo familiar. Mientras algunos esperan poder contar con acceso gratuito a planes a de alimentación escolar para sus hijos en escuelas públicas, otros pueden decidir sobre un enfoque científico o aplicado para la enseñanza de la gastronomía dentro de la oferta curricular de algunos colegios de “élite”.

Hay muchos enfoques posibles para la enseñanza de la gastronomía, es posible que lo que más necesitamos en este momento pase por involucrar la lucha contra el hambre, la sostenibilidad, la regeneración del medio ambiente y el cuidado de la salud.

-Publicidad-