La reconciliación entre el gobernador y el alcalde de Villa de Leyva #Tolditos7días

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Fue la política la que los unió y fue la misma política la que se encargó de separarlos. A Carlos Amaya y Víctor Gamboa, son más las situaciones que los han unido, que las diferencias que los distanciaron.

Se conocieron en la Universidad Pedagógica y Tecnológica de Colombia (UPTC): Víctor cursaba estudios de Economía en Tunja y era el representante de la Facultad de Ciencias Económicas y Administrativas, mientras que Amaya era el representante de la Facultad de Sogamoso.

Su liderazgo los llevó a conocerse y ahí se hicieron amigos, muy buenos amigos. Jugaban tenis de mesa, compartían en reuniones, organizaban actividades, fueron muy cercanos, fueron parceros hasta el punto de que conocieron el mar juntos, tras ser seleccionados para viajar a Cuba para participar de un evento en representación de la UPTC.

Por cosas de la vida el líder de la seccional Sogamoso resultó en el grupo de Rozo Millán y Jorge Eduardo Londoño, mientras que el de Ciencias Económicas se fue al grupo de Juan Carlos Granados, dos colectivos que eran como agua y aceite en esa época.

Pues ya eran 15 años los que llevaban prácticamente sin hablarse y sin estrechar la mano, según dijo Carlos Amaya en unas sentidas palabras el jueves pasado en una noche de integración que tuvieron con los alcaldes del departamento en el marco de la Primera Cumbre de mandatarios municipales que se desarrolló en Chiquinquirá.

Así es, el momento se dio justo con todos los alcaldes como testigos. Allí Amaya, quien ya en el evento le había escuchado varios de los proyectos y necesidades que tiene Villa de Leyva hizo subir al escenario a Gamboa y tras unas sentidas palabras, le dio la mano y un fuerte abrazo, luego de asegurarle que la Gobernación le va a ayudar para construir el colegio Antonio Ricaurte (podría tener un costo de unos 12.000 millones de pesos), quizá el plantel más importante de ese municipio, porque lleva el nombre del prócer de esa localidad, pero que es muy antiguo y se está cayendo a pedazos.

Como símbolo de la promesa de Amaya, para cerrar el pacto con Gamboa de sumar esfuerzos para sacar adelante a Villa de Leyva, el gobernador le entregó al alcalde una botella de Ron Boyacá 12 años con el compromiso de que la guardara hasta el día en el que inauguraran el colegio para brindar con Sergio, María Angela Holguín y Jorge Robledo, que tanto les insistieron para que se dieran la mano y trabajaran como los líderes que son.
Desde luego que el momento se convirtió en el tema de moda en el cierre de la cumbre este viernes, pero también en el acto más representativo del evento de dos días en el que Amaya invitó una y otra vez a los mandatarios a pasar la página, dejar de lado lo ocurrido en las campañas y trabajar en equipo entre todos los alcaldes y la Gobernación por un mejor departamento, por un Boyacá Grande. ¡Salud por eso!

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